Capítulo 25

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Pues listo. Se acabó la guerra. El dinero que ganó por las ventas de la licencia del avión lo invirtí en la reconstrucción de la zona, proyectos de investigación y en especial en un proyecto que buscaba estudiar el impacto ambiental a la flora y fauna afectadas por el conflicto. Eso me valió un premio Internacional. Porque del Senado jamás esperé algo. Participé con Horizontec, una empresa mexicana, para el desarrollo de algunos aviones y frecuentaba seminarios y ceremonias de aniversario de la guerra.

Miguel me siguió en algunos proyectos. Cada quien formó sus familias y él hizo lo que tenía que hacer. Principalmente ya a cosas relacionadas con la familia. No dejemos de convivir.  

Hoy es 2056 y han pasado muchas cosas. Los años van y las cosas mejoran y empeoran, los que nunca hicieron algo ahora son héroes. Mientras que los héroes de verdad pues ahora puede que estén mendigando por las calles, estén en su estudio escribiendo sus memorias o anden viviendo una vida normal y superficial.

En el 41, para celebrar la primera década de la culminación del conflicto. Hicieron una ceremonia en un monumento hecho al honor de la victoria. Ya tenía diez años mi primera hija y ocho nuestro primer hijo. fue una divertida historia de que no teníamos con quien dejarlos encargada mientras su mamá: Héroe de Guerra por ocho bajas confirmadas, entre ellas, un B-1. 

Y su padre: Héroe de Guerra que comandó el bombardeo más importante de la historia de México y de la guerra.

Pero esa es otra historia.

Terminada la ceremonia de discursos de casi dos horas y solo aplaudir. Al salir del Palacio Nacional. Un hombre se me acercó con una mujer. Parecía tan emocionado de verme. Más que si yo fuera una estrella de rock o el mismo presidente. El hombre me buscó por años y me encontró. Era uno de aquellos bielorrusos que me secuestraron y venia a darme gracias de haberlo tratado como humano. Al inicio no le creía pero cuando contó paso a paso lo que pasó supe que era uno de ellos. Porque me relató que cuando nosotros nos fuimos mis compañeros los trataron mal. Tras múltiples exámenes psicológicos y varios estudios. Les asignaron el refugio y un trabajo controlado en una zona agrícola de Aguascalientes, ahí conoció a su hoy esposa que me quería presentar y que conociera al primer hombre que le trató con dignidad en mucho tiempo (pese a que los desnudos). Me pareció muy buen gesto. Aprendió a hablar español, formando una familia. Dejó atrás su pasado y dentro de todo le fue muy bien. 

Entre otras cosas. Lancé una primera bola en un juego de los Diablos Rojos del México, fui a capacitaciones en Alemania para que usarán de buena manera el Chapulín. De ahí otro momento importante fue cuando el 00 fue dado de baja el año pasado. En una ceremonia especial en la BAM No.1 con la tripulación de ese entonces, ya especializada en incendios forestales y la "original". Digo así por las circunstancias naturales de la vida. Don Gerardo, pues... se fue a vivir a las nubes. 

El Chapu se retiró del servicio debajo de un arco de agua justo como cuando llegó, fue bonito que pos su propio pie llegara al museo, pintado con su esquema que le llamarón "Ballenita" de la Marina, justo como el de aquél día del bombardeo. 

Años habían pasado y vi a Dimían, que no lo había tratado muy bien la vida, había desarrollado cáncer de piel por andar mucho tiempo en el cielo.  A mi mecánico favorito lo vi por primera vez sin sus lentes de soldador que tanto lo caracterizaban, si de por sí era chaparro, ya con la edad parecía un pingüino. De esa vez a hora he recibido entrevistas de parte de medios escolares y algunos institucionales. Incluso el Chapu es protagonista de un documental que ganó el Oscar en el 33.

Ay (respira... relájate) pues a petición de mi editor. (Mi hijo el de en medio) dice que cuente más de como conocí a su madre. Este libro se llama "Guerra Guerra", en alusión a las estrofas del Himno Nacional. Es una crónica de la Guerra México-Rusa. No una historia de amor. De ser así se hubiera llamado... no sé : "Amor en la Zanja", "La Pasión de la Guerra", "Sangre, Sudor y Algo Más.."

Pero bueno ahí va: Ella la conocí formalmente en esa reunión de planeación, tal vez la había visto antes entre los hangares pero nunca le pusimos atención. Ella se graduó de la Escuela Militar de Aviación y es medio año más grande que yo, de edad porque su estatura es pues notoria que no más grande que yo. Salíamos a tomar al bar de La Villa Militar y contábamos las historias de la vida. Entre ellas, me decía lo bello que es volar, sentir la libertad de estar en el cielo. Muy pocos bien esa experiencia de libertad y que nunca sentí el ser libre, gozar un vuelo hasta el 10 de febrero del 2032. De ahí nos juntábamos seguido en el servicio, por eso decía que el 401 y el 301 nos hicimos cercanos pues porque luego iban ellos a comer a nuestro hangar, luego nosotros al de ellos y así. Éramos la unión de dos reinos y todo duró hasta que la guerra se intensificó y cada quien voló para su lado. La vi cuando regresamos de la hacienda y le mostré la cicatriz y me regañó; Una de las cosas que no me dejaban dormir el día previo al bombardeo era que la preocupación de tanto pensar en ella y sobre pensar que en esas misiones de disuasión en el norte, de que pudo no volver y que esa ocasión ninguno de los dos podría volver. Así que antes de partir. Cuando la vi, le expresé todo mi sentir de que algo saliera mal. Me abrazó y la rubia me dijo que todo saldría bien. Todo saldría bien y terminado iríamos a pasear a Chapultepec o a algún parque. Así fue. Pidió vacaciones y paseamos. Al año de que terminará la guerra nos casamos y cuando nació nuestra hija. Se llamó igual que ella. a los dos años nació nuestro primer hijo, Víctor. Once años después nacería Julián.  y como se podrán dar cuenta uno de ellos se llama igual que yo. Listo hijo. Ahora déjame en paz. Sabes que te quiero. 

Pues aunque no quisiera. Pues la gente cercana les hizo de su conocimiento que sus padres son los Héroes más importantes del México moderno. Pues no había de otra, pues en libros de ingeniería sale mi nombre. Es más, basta con buscar en internet: "Bombardeo de Acapulco" o "Operación Viva México 2031" y sale mi nombre y el de su madre. No había nada que esconder. A ellos les enseñé que todo lo que oyesen hagan caso omiso. Que si yo fui malo y cruel por dejar caer bombas, no es cierto. Que fui un mesías. Tampoco es cierto; Les he contado secretos que no quiero que se releven y tampoco voy a contarles muchos otros. Pero eso si.  A mis tres escuincles les dije que les quedará claro que no hubo ganadores, solo perdedores. Porque ninguna de las dos partes fue mala. Ninguna de las dos partes fue buena; México fue victima de violencia velica. Pero los mexicanos, como los cabrones que somos también cometimos crímenes de guerra, como travestir a los prisioneros rusos y obligarlos a que se besarán entre ellos.  Abusando de que la homofobia en Rusia es un estilo de vida común y a los homosexuales los ven como terroristas. También les aplicaron el llamado "tehuacanazo". Básicamente al agua mineral la agitaban y hacían que de trancazo se la tomarán  mientras aun hacia efervescencia. Después de unos cuantos litros las victimas estaban llenas de agua y gas haciendo que fuera mortal moverse, ya que el riesgo de que les exploten las entrañas . Exagero un poco con lo ultimo, pero si era riesgoso. 

Por esas y otras torturas México no era un santo como para decir que éramos los buenos. Por ahora que estoy vivo. Nadie tiene preguntas. No le dan valor a mi existir y solo soy una reliquia. Pero el día en el que ya no esté. Todos tendrán preguntas que ya no les podré responder. A la estatua de bronce, piedra o mármol. Con mira fría e indiferente tratará a esa gente que quiere desenmarañar los misterios que hoy aún puedo contar.


Guerra GuerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora