Capítulo 53: Apostar

12 0 0
                                    

Era evidente que no estábamos en la misma página, porque sus sentimientos tenían una historia y un pensamiento demasiado profundo que yo no podía alcanzar aunque lo intente. Pero, así como aceptaba lo que él sentía por mí, Pablo, debía hacerlo.

— Me conformo mucho con tu respuesta, porque es más de lo que esperaba de ti. Ya te estas abriendo a nuevas posibilidades y eso, es un avance grande. Ahora, con respecto a pedirme disculpas por cómo me llamabas, no es algo a lo que le di importancia.

— Debe ser importante, no minimices ello, cuando confesaste que te dolía mi rechazo.

— Después de pensarlo un poco, creo que estoy pagando como te traté en el pasado y me alegra que aunque sea para descubrir mi mentira, estes empezando a recordarme. Eso es mucho más importante de cómo me sentí cuando me decías así.

— Aun así...

— Estoy pagando el precio por llamarte el día de tu descanso solo por una tontería y por no creerte cuando tanto me necesitabas. Lo que tú viviste en el pasado porque viste a un Pablo herido, yo lo estoy pagando ahora. Así que, creo que no hay algo que disculpar, si no, avanzar.

>> No buscar culpables, si no, maneras de poder avanzar un poco con todo lo que sentimos o queremos sentir. Mientras ideamos el plan perfecto para responder ante un ataque de José que debe acabar con su derrota, podemos desaprender lo que ya no nos sirve y aprender lo que nos puede ayudar a entendernos y ser más cercanos — dice Pablo y yo asiento.

Ahora si podía decir que me sentía más cómoda con él. Porque, aunque había confirmado que era una persona con la que contaba y quería lo mejor para mí, ahora estaba comprendiendo que aunque nos habíamos equivocados, nadie estaba pendiente de quedarse en el pasado y buscar culpables, si no, avanzar.

— Entonces, vamos a conocernos mejor. — digo y él asiente sonriéndome.

— Ahora, deja de aislarte y pensar cosas que no son. Si quieres aportar con los gastos del día, puedes ayudarme un poco con leer documentos importantes de mi trabajo para que todo lo que tengo que saber, lo conozca más rápido.

>> No necesitas ser una experta en números, ni aprender términos complejos que solo alguien involucrado en la administración entendería. Solo necesitas leer mucho y darme resúmenes por eso, por hacer eso, recibirías un pago y con eso, ayudarías en los gastos de manutención, ¿te parece?

— Eso te lo agradecería demasiado — digo y él me sonríe acariciando mi mejilla.

Es solo en ese momento que me doy cuenta de que estaba muy cerca de mí y ello, no me molesta.

— No todos somos exparejas deseando causar daño, porque nosotros ya sabemos mucho de eso. Ahora, lo que ambos queremos es una pareja que nos sume para ser mejor y no que nos lastime. Así que, estamos buscando lo mismo y espero que nos demos eso.

— Trabajaré contigo, así que, espero que seas un buen jefe.

— El mejor de todos porque no te necesitaré todo el tiempo y por ello, vas a poder ayudar a las personas como doctora. No te darán mucho dinero, pero, por lo menos, te moverás como pez en el agua.

>> No te sentirás que tu profesión está quedando en el olvido y que debes siempre avanzar aunque no sea en algo que no te guste. Con esto, podrás trabajar para ganar dinero para tus gastos y trabajar lo que has estudiado, mientras solucionamos el problema de las personas que te persiguen.

— Es un buen plan — digo y Pablo asiente, para después extender su mano frente a mí.

— Ahora, vámonos, Paulina. Es suficiente de estar encerrados aquí.

— He estado encerrada desde que desperté con estos pensamientos, Pablo.

— Y siguen persiguiéndote. Por lo que, es claro que esconderte no va a funcionar el problema. Entonces, aprovechemos que la casa está lejos de otras propiedades y que sus muros, son lo suficientemente altos para poder moverte como deseas.

>> Deja de estar encerrada, que cuando nos confirmen que el lugar es seguro y ya estén por terminar con la casa rodante, vamos a recorrer el ligar y quizás, podamos tener una cita como posibles novios. — dice Pablo y yo suspiro profundo.

Es evidente que él piensa en todo aunque aún no hemos llegado a ese momento. Pero, acepto su mano y salgo, porque después de todo, respirar un poco de aire fresco en un lugar tranquilo es una buena terapia de relajación, después de tanto estrés.

Saliendo con Pablo, almuerzo un poco en la terraza de la casa, mientras observo la extensa zona verde del lugar y como incluso hay toda una hectárea donde varias personas recogen cosechas que llevan a una casa que está relativamente cerca de esta gran mansión.

'Sin duda, Harry pensó en todo. Por eso, los alimentos son mucho más saludables de los que he consumido en el pasado' me digo mentalmente mientras termino de almorzar, hablando con Pablo de cosas del trabajo que me ayudan a comprender cuales serán mis funciones.

Ya no hay incomodidad con él, tampoco siento culpa, porque las cosas entre nosotros, han mejorado notablemente y ahora, ya no lo veo como una molestia, si no, como la ayuda que al parecer, casi siempre he tenido.

— Cuando todas las cosas estén mejor con respecto a tu seguridad, traeré a mi familia y también puedes traer a tu madre para que podamos compartir en familia. Mis amigos, que son tus amigos también, quieren verte, bromear un poco y demostrarte que podemos vivir sin huir o sentirse amenazado porque alguien quiera lastimarnos.

— Eso sería bueno.

— Te prometo que no descansaré hasta que todo este caos termine. Ese será mi tiempo límite para poder enamorarte lo suficiente al punto que decidas ser mi esposa.

— Sí que eres insistente. — murmuro.

— En el mundo de los negocios, es así. Debemos ser insistentes si es una buena inversión y como me refugie en mi trabajo cuando me lastimaron, creo que mi mente se centra en pensar como lo hago en los negocio.

— Entonces, soy un buen negocio.

— El mejor de todos, Paulina. Porque contigo crezco como persona sin que me presionen y soy feliz. Un hombre que sea feliz puede lograr muchas cosas. Así que, eres un gran negocio, uno que me esfuerzo por no perder, mi hermosa inversión, mi medicina.

Sin duda, no puedo acostumbrarme a sus comentarios demasiado reveladores. Porque es claro que sin que lo espere, me dice de muchas formas que quiere.

— Veamos si soy una buena inversión o si estas teniendo un espejismo de lo que soy realmente.

— Juguemos, me gusta que haya juego de por medio, porque así las cosas serán más emocionantes. Juguemos quien dará el primer paso para darnos un beso o agarrarnos de la mano.

— Está bien, veamos quien lo hace primero, quien lo haga primero, tiene que complacer al otro en algo. Así, nos centraremos en conocernos y no en dar tan rápido el siguiente paso, ¿te parece?

— Está bien, que sea así. Mientras, pensaré que quiero que me cumplas dice Pablo sonriente.

Sigue siendo tan confiado.

¿Quién eres? (2da parte de Ella es mi Medicina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora