Capítulo 115: Guerra de nombres

6 0 0
                                    

La preocupación en el rostro de Yohana, no desaparece. Pero, al menos se ve más calmada. Por lo que, la abrazo sabiendo que no va a golpearme y ella corresponde a mi abrazo, llorando.

— Te quiero amiga y si he reaccionado de esta forma, es porque sé perfectamente cuanto daño sufriste con ese animal. — dice Yohana llorando y yo asiento.

— Lo sé, pero, es por eso, que me he atrevido a llamarlo. Sé perfectamente que son enemigos bastante complejos y solos no hemos podido acabarlos. Ahora es necesario la ayuda, aunque sea de mi propio enemigo.

>> Necesitamos su ayuda si queremos salir pronto y la tendré. Porque no importa que tan cerca tenga las elecciones o cuanto se interpongan en su camino, yo soy su prioridad. Lo demostró cuando fue a buscarme a España y lo mostrará ahora. estaremos bien.

— Ojalá sea así, Paulina. Porque estamos arriesgando demasiado. Las cosas no están bien, pero, es por eso, que no podemos complicarlo más.

— Lo sé. He tomado las medidas, no te preocupes.

— Me imagino que no quieres que los chicos sepan, ¿no es así?

— Eso es evidente. Si se enteran, se sentirán mal porque he recurrido a nuestro enemigo. Sería un golpe fuerte en su orgullo. Por lo que, lo mejor es que no le digamos.

— ¿Qué pasa si las cosas no salen como pensaste? — pregunta Yohana y yo suspiro profundo.

— Estamos en un lugar seguro. Estarás bien con tu pequeño, mientras nosotros nos encargamos de enfrentarlos, tanto como sea posible.

— ¿Nosotros? — pregunta Yohana y yo asiento — ¿Tienes pensado ser parte del enfrentamiento estando embarazada? — pregunta Yohana incrédula.

— Debo hacerlo.

— No te dejaran. Pablo sería capaz de cortarse lo más preciado que tiene, antes de permitir que hagas parte de la batalla.

— Sé que es así. Pero, no tendrá otra alternativa. Soy la causante de todo este encierro y es por eso, que debo ayudar en la solución del problema.

— No deberías disculparte tanto por lo que está pasando. Ellos fueron los que tomaron sus respectivas decisiones y te tomaron como objetivo solamente porque quiere algo de ti. Es normal que uno luche por estar a salvo.

>> Así que, no te sientas mal por haber luchado hasta este punto. Yo hubiese hecho lo mismo y estaría agradecida por estar acompañada de tantas personas valiosas. Aunque sé que estás agradecida, también comprendo que sientes mucha culpa porque todos nos encontramos encerrados.

— No es para menos, sabiendo que es mi culpa.

— Vuelo y te digo, la culpa es de ellos y también de nosotros por haber decidido ser parte de tu vida. Cada persona de la que está aquí es porque así lo ha decidido y nadie está arrepentido de ello.

>> Así que, deja a un lado la culpa y avanza. Tu bebé no merece vivir en un entorno donde solo sé siente hostilidad, por la culpa y remordimiento. Disfruta tu proceso y avanza. Te lo mereces. — dice Yohana acariciando mi rostro.

— Nos lo merecemos. — susurro y ella me abraza.

Este abrazo es diferente a la anterior porque me reconforta. Aunque me digo muchas veces que esto no es mi culpa, no puedo evitar sentirme así porque están aquí debido a su relación conmigo.

Sin embargo, me alegra saber que no me culpan por ello y que pronto les daré la solución tan anhelada que hemos estado esperando. Porque confío en que las cosas saldrán bien, porque Dios está de mi lado y también confío en la posesividad de José, que causará un gran daño en la realeza.

Las dos salimos de la habitación, encontrándonos a Pablo. Su rostro preocupado, cambia a uno de alivio cuando nos ve.

— Paulina, te he estado buscando por mucho tiempo. Me tenías preocupado, ¿Qué estabas haciendo? — pregunta Pablo y yo siento un dolor en mi pecho.

El solo pensar que lo que voy a decir, va a ser mentira hace que me sienta muy mal. Pero, me concentro en que es justamente lo que necesito realizar para que más adelante estemos tranquilos.

— Y estaba hablando con Yohana de nuestros embarazos. — Digo entrelazando mi brazo con el de ella.

— ¿Está todo bien? — pregunta Pablo, mirándonos a las dos.

— Sí, claro, ¿Por qué la pregunta? — pregunta Yohana

— No lo sé, se ven un poco sospechosas. — dice Pablo y nosotras nos miramos entre sí, para comenzar a burlarnos.

— No sé de qué hablas. Estamos solo conversando de lo que haremos con los bebés. Ya que, serán del mismo año, podrían tratarse incluso como hermanos. — dice Yohana y yo la observo unos segundos, para intentar descifrar si es una mentira o realmente piensa así.

La alegría me invade al no ver algún indicio de broma y Pablo se acerca tomando mi mano con emoción.

— Me alegra mucho que pienses así y no nos guardes rencor por lo que has tenido que vivir por estar con nosotros.

— Oye, aunque ustedes se conocen desde niños, yo fui entrenada para estar en todo momento a su lado — dice Yohana abrazándome con una mano.

— Lo entiendo, no necesitas ser posesiva.

— Ella es mía, Evans. Pero, sé que es feliz a tu lado y por eso, lo permito. Pero, conoce tu lugar, yo soy su chica, por lo que, donde ella este, yo estaré para ser su respaldo.

— Si que eres afortunada, Paulina, mi chica es tu respaldo, en cambio yo, estoy más solo, solín, solito, que Sid el perezoso de la Era de hielo. — dice Aidan con dramatismo

— No voy a permitir que con eso me manipules. Por mucho que quieras hacerte el dramático, no voy a colocarle Vegeta al bebé. — dice Yohana defendiendo su vientre y yo me rio por lo que acaba de decir Yohana.

'Me alegra que Pablo no tenga esas ideas extrañas' me digo mentalmente.

— Pero, cariño, ¿Por qué eres así? Paulina acepto que le colocaran al bebé Goku, sería bueno que nuestro hijo se llame Vegeta. Serán los super amigos. — dice Aidan y Pablo golpea su brazo, para que detenga su discurso, pero, ya es demasiado tarde.

'Cancelo lo que pensé anteriormente' me digo mentalmente

— Pablo Evans — susurro con voz fría.

— Cariño, no le creas. Es solo una broma para que Yohana ceda.

— ¡Por supuesto que no! ¡Tú alardeaste de eso hace poco! ¡Incluso hiciste que me sintiera celoso! — exclama Aidan y yo observo con los ojos entrecerrados al hombre que me sonríe, mientras acaricia su nuca.

— Bueno, es que es un nombre muy agradable, significa poder. Quiero que mi pequeño sea poderoso — dice Pablo y yo le sonrío.

— Y yo quiero a Inuyasha como mi protector y chico a mi lado, porque me gustan testarudos y musculosos, pero, sigo aquí contigo, Pablo. Es claro que ninguno de los dos tiene lo que quiere.

>> ¿Qué te parece si le colocamos Inuyasha Goku al bebé? Así, no soy mujer de Inuyasha, pero, mi hijo se llama como él. Cumpliríamos los dos un sueño grande — digo agarrando las manos de Pablo con emoción.

— En tus sueños. Se cancela el nombre de Goku e Inuyasha, ningún hijo mío tendrá el nombre de alguien que te gusta por muy personaje animado que sea — dice Pablo con seriedad y yo miro hacia Yohana sonriendo.

Si algo tienen Pablo y José en común, es lo posesivo y celosos que son.

¿Quién eres? (2da parte de Ella es mi Medicina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora