Capítulo 112: Llamarlo

6 0 0
                                    

Dos días después

La tensión es demasiado grande. Todos están frustrados, molestos o ansiosos porque el tiempo se nos acaba. En dos días exactamente, son las elecciones y José, va liderando en las encuestas.

Aunque sé que eso no es del todo por ser el ciudadano modelo y no tener conexiones con la mafia, no se puede ignorar el hecho que va liderando y por mucho. Así que, tengo poco tiempo. Debo apresurarme.

— ¿Dónde está Estiben? Mi madre lo está buscando — dice Ismael.

— Todos están arriba, intentando solucionar el problema. — digo e Ismael asiente.

— Paulina, uno de los chicos te está buscando. Me dijo que si no te encuentra, dejara el encargo en tu habitación. — dice Ismael y yo corro a ese lugar.

Con la ansiedad recorriéndome, tomo la caja donde hay varios placebos y debajo de todo ese medicamento, está el teléfono que le pedí. Implorando que José no haya cambiado de numero después de todos estos años, escribo este y espero impaciente en el baño.

Aunque sé que nadie vendría aquí, porque los últimos días se han concentrado en las elecciones y las consecuencias negativas que podría traernos que José se vuelva más poderos.

Suspiro profundo, autorizo la llamada internacional y espero impacientemente, deseando que la suerte este de mi lado. Pero, se va directo al buzón de mensajes. Intento una segunda vez y obtengo la misma respuesta, pero, no me doy por vencida.

Al quinto intento, alguien contesta la llamada y yo tensiono mi cuerpo, cuestionándome si fue buena idea llamar o no. Sin embargo, escuchar su voz, me confirma porque debo hacerlo y por eso, toco mi vientre.

— ¿Quién habla?

— Soy yo, ¿me recuerdas? — pregunto curiosa y yo escucho una risa burlona

— Paulina, mi querida Paulina. Podrán pasar miles de cosas, pero, no podría olvidarte y tú tampoco a mí. Si no me crees, solo mira el teléfono donde me llamas, me han dicho que en el accidente perdiste tu memoria.

>> Pero, aun recuerdas mi número aunque han pasado tantos años y yo no he tenido la valentía de cambiar de número, porque esperaba que te comunicaras conmigo en algún momento. Así que, dime, cariño, ¿ya te divertiste lo suficiente y por eso, llamas para que tu amor vaya por ti?

El miedo que siento al escuchar su voz, entra en conflicto con el desagrado de su voz burlona. Todos los recuerdos de lo que me hizo vivir, llegan a mi mente, golpeando mi estabilidad.

Pero, mi mano en el vientre, me recuerda que debo ser fuerte. Necesito ser fuerte si quiero salvar a mi familia de la condena que yo misma he provocado. Por lo que, respiro profundo y obligo a mi voz aparecer.

— José...

— Vaya, no sabes cuanto me agrada que me llames. Es como un sonido relajante que me libera de todas las preocupaciones. Llamarme en estos días tan angustiantes, es muy dulce de tu parte, pero, siempre has sido dulce, ¿no es así?

El desagrado me invade, pero, me esfuerzo en no maldecirlo y después colgar. Es lo que él quiere, desesperarme al punto que olvide mi objetivo y no se lo voy a permitir. Necesito calmarme y continuar con mi plan.

— ¿Qué te angustia, José? Tienes las elecciones en tus bolsillos con todos los negocios que has hecho para tener ese poder, es imposible que pierdas — comento con frialdad.

— Me alegra mucho que el amor de mi vida este pendiente de mí. — dice José y yo suspiro profundo.

— Se nota que soy el amor de tu vida. Por eso has recurrido a mafiosos y muchas alianzas para tenerme acorralada, con el poder que por medio de la política obtienes, ¿no es así? — pregunto curiosa

— Oh, parece que te molesta mi ambición, ¿no quieres ser primera dama, esposa? Lamento no preguntarte antes de entrar como candidato, pero, parecía que no querías hablar conmigo después del incidente con tus padres.

'Si que es cínico, ¿Cómo se le ocurre llamar accidente a algo que él seguramente disfrutó hacer?' me pregunto mentalmente mientras veo los dijes en mi manilla.

Desde la discusión con mi madre, no he hablado más con ella, por lo que, tomé la pulsera con los dijes que habían dejado como señal cuando yo era más joven, con el fin de recordar que no siempre fue mala.

Quería recordar que mis padres biológicos, hicieron cosas por mí con el fin de darme una familia agradable sin familia que quisiera matarme, justo lo que deseo para mi hijo. Los dijes, brillan y se mueven con el movimiento de mi mano sobre mi vientre, recordándome que nací y fui criada de personas valientes.

Mis padres biológicos se enfrentaron a muchas cosas y quienes me adoptaron, pasaron por muchas cosas conmigo. No todo fue malo, así como con mi familia actual, hay momentos de alegría, donde nos recargamos de energía.

Pero, también hay momentos de dolor, tensión y sacrificios que nos han ayudado a comprender quien está de nuestro lado y quienes no, eso es una ganancia grande. Una a la que debo aferrarme para poder enfrentar al demonio de mi pasado y destruirlo.

— No soy tu esposa y sabes perfectamente que no fue un incidente lo de mis padres. Los mataste, José. Acabaste con lo que amé en mi vida, mis padres y mi hijo. Pero, no pienso hablar de eso, ya lo he superado.

— Te marqué. En el pasado te marque tantas veces que concebiste a mi hijo. Claramente, las cosas no fueron adecuadas para que continuaras con tu embarazo, pero, eso no quita la marca que he dejado en ti.

— ¿No fueron adecuadas? José, me golpeaste hasta que sufrí un aborto y te equivocas, no me has marcado — le digo con voz fría

— Debes estar llorando ahora y me alegra saber que soy la causante de ese llanto. Eso me hace recordar el poder que tengo sobre ti.

'No, no puedo darle ese poder. He sanado, Pablo me ayudó a sanar. Ahora tengo una familia que lucha por protegerme, así como yo lo hago por ellos.' Me recuerdo mentalmente.

— Malnacido.

— No sabes cuanto me arrepiento de interrumpir tu embarazo. Desde ese entonces, no he podido embarazar a una mujer. Es tan molesto, si hubiese sabido eso, te habría permitido mantener el bebé. Para este tiempo, el pequeño estaría en la escuela.

Sus palabras me hacen pensar en ello y también, en todo el infierno al que estaría condenada, un infierno que puede afectar a los míos si él queda en la política. Así que, debo enfocarme.

— Me has estado buscando todo este tiempo y aunque te he llamado, no has podido localizarme, ¿no es así?

— Mi mujer es tan inteligente. No como los ineptos que tengo bajo mi mando.

— Te llamo porque quiero proponerte algo, José. Si haces lo que te pido, no solo me verás, si no que, me esforzaré en concebir todos los bebés que desees. Seré tu chica sumisa, pero, para eso, necesito que prometas y dejes constancia de tus promesas.

— ¿Qué propones, Paulina?

— Información. Necesito información importante que tú me puedes dar. Solo teniendo eso en mis manos, sabré que no serás capaz de matarme, después de darte tus hijos. — digo mirándome en el espejo.

'¿Qué rayos estoy haciendo justo ahora?' me pregunto mentalmente dudando de mi propio plan.

¿Quién eres? (2da parte de Ella es mi Medicina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora