Backstabber. [Ben Drowned.]

𝟎𝟎-𝐓𝐡𝐞 𝐝𝐚𝐲 𝐰𝐞 𝐦𝐞𝐭.

𝐘 𝐚 𝐩𝐞𝐬𝐚𝐫 𝐝𝐞𝐥 𝐭𝐢𝐞𝐦𝐩𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐡𝐚 𝐩𝐚𝐬𝐚𝐝𝐨 𝐚𝐮́𝐧 𝐩𝐮𝐞𝐝𝐨 𝐫𝐞𝐜𝐨𝐫𝐝𝐚𝐫 𝐥𝐨𝐬 𝐦𝐨𝐦𝐞𝐧𝐭𝐨𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐩𝐚𝐬𝐞 𝐚 𝐭𝐮 𝐥𝐚𝐝𝐨. 𝐏𝐞𝐫𝐨 𝐡𝐚𝐲 𝐮𝐧 𝐫𝐞𝐜𝐮𝐞𝐫𝐝𝐨 𝐞𝐧 𝐦𝐢 𝐦𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐪𝐮𝐞 𝐞𝐬 𝐞𝐥 𝐦𝐚́𝐬 𝐞𝐬𝐩𝐞𝐜𝐢𝐚𝐥. 𝐄𝐥 𝐝𝐢́𝐚 𝐪𝐮𝐞 𝐧𝐨𝐬 𝐜𝐨𝐧𝐨𝐜𝐢𝐦𝐨𝐬.

Estaba sentado frente un gran lago disfrutando de las vistas y del aire fresco que azotaba en mi rostro cubierto de sangre. Los rasguños en mis brazos dolían pero no más que los golpes que tenía por toda la cara. Me acerque al agua y comenzé a lavar mi rostro para quitar todo rastro de sangre, no quería llegar a casa golpeado. Me dolía todo el cuerpo y no podía pensar con claridad, solo deseaba no existir más.

Escuché como unas ramas crujían por detrás de mí. ¿Esos bastardos no se habían cansado de molestarme? Me gire con cierto temor de verlos ahí pero lo único que vi fue a una chica con una cara de temor.

—¿Eres un fantasma?

Esa era la pregunta más absurda que había escuchado, no tenía ánimos para lidiar con una tarada así que solo me puse de pie y camine sin responderle sintiendo su mirada en mi.

𝐄𝐬𝐞 𝐝𝐢́𝐚 𝐬𝐨𝐥𝐨 𝐩𝐮𝐝𝐞 𝐩𝐞𝐧𝐬𝐚𝐫 𝐞𝐧 𝐥𝐨 𝐞𝐬𝐭𝐮́𝐩𝐢𝐝𝐚 𝐪𝐮𝐞 𝐞𝐫𝐚𝐬, 𝐧𝐨 𝐩𝐨𝐝𝐢́𝐚 𝐜𝐫𝐞𝐞𝐫 𝐪𝐮𝐞 𝐝𝐞 𝐯𝐞𝐫𝐝𝐚𝐝 𝐡𝐮𝐛𝐢𝐞𝐬𝐞𝐬 𝐩𝐫𝐞𝐠𝐮𝐧𝐭𝐚𝐝𝐨 𝐞𝐬𝐨. 𝐀𝐯𝐞𝐜𝐞𝐬 𝐦𝐞 𝐩𝐫𝐞𝐠𝐮𝐧𝐭𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐡𝐮𝐛𝐢𝐞𝐬𝐞 𝐬𝐮𝐜𝐞𝐝𝐢𝐝𝐨 𝐬𝐢 𝐞𝐬𝐞 𝐝𝐢́𝐚 𝐧𝐨 𝐡𝐮𝐛𝐢𝐞𝐫𝐚 𝐢𝐝𝐨 𝐚 𝐚𝐪𝐮𝐞𝐥 𝐥𝐚𝐠𝐨. 𝐀𝐪𝐮𝐞𝐥 𝐝𝐨𝐧𝐝𝐞 𝐭𝐨𝐝𝐨 𝐢𝐧𝐢𝐜𝐢𝐨 𝐲 𝐝𝐨𝐧𝐝𝐞 𝐭𝐨𝐝𝐨 𝐭𝐞́𝐫𝐦𝐢𝐧𝐨.

Corría con desesperación y con algunas lágrimas en mis ojos, termine llegando a el lago donde había estado el día anterior. Tal vez ahí lograría esconderme de esos idiotas, estaba paranoico y todo mi cuerpo temblaba de miedo. Escuché pasos detrás mío y en mi intento de huir termine cayendo al suelo. Mis lágrimas salían sin parar, abrace mi cuerpo intentando protegerme pero el delicado toque de una mano en mi cabello me hizo volver a la realidad.

Levanté levemente mi cabeza y ahí estaba la chica del día anterior con una mirada de preocupación y pena por mi. Mirada que odiaba completamente, aparte su mano con brusquedad y me aleje de ella.

—Perdon yo no quería molestarte, solo vi como esos chicos te-

—Callate. —Le interrumpí.— No digas eso, no lo hagas por favor.

Abrace mis piernas en un intento de ocultar mis golpes.

—Lo siento... Pero.

Ella se acercó más a mí.

—No puedo simplemente dejarte aquí así de herido. Iré a mi casa por un kit de medicina, solo espera aquí ¿si?

Me quedé en silencio sin comprender porque ella quería ayudarme, no estaba acostumbrado a recibir amabilidad. Ella se dio la vuelta y comenzó a caminar con rapidez mientras yo me quedaba en el suelo.

Limpie el resto de lágrimas que quedaba en mi rostro y me puse de pie para acercarme al agua y al igual que el día anterior lave mi rostro para quitar algunas manchas de sangre.