No quería verla a los ojos, sentía una profunda vergüenza por lo que había sucedido así que ni si quiera pasaría por el lago, simplemente seguí mi camino derecho sin importarme que puediese tener consecuencias.
Caminaba lento mientras que pensaba en ella, jamás comprendería porque era tan buena conmigo, porque no me juzgaba, porque me trataba como lo había hecho hasta ahora. No lograba sacarla de mi mente, su acto de compresión y amabilidad al haberme salvado de algo que realmente no deseaba, hacia que mi corazón se estrujara, no comprendería aquel sentimiento, solo sabía que me sentía aunque fuera un poco querido.
El lago ya había quedado bastante atrás y aún así sentía la necesidad de correr de regreso, buscarla y agradecerle infinitamente por todo lo que había hecho el día anterior. Aún así no iba a hacerlo, trague saliva fuertemente y volví a caminar. Apreté los dientes con fuerza y con cierto enojo, me sentía frustrado, ni si quiera era capaz de agradecer a quien me había salvado.
Me sobresalte al escuchar algunas pisadas que se acercaban a mi con rapidez acompañadas de una respiraron agitada, volte asustado y sentí al instante como todo mi cuerpo se relajaba.
—¿A dónde crees que ibas?
Frente a mi estaba Zullet, con algo de sudor por su frente que hacía evidente que había corrido por bastante tiempo.
—Y-yo, iba a mi casa. —Le respondí algo nervioso.—
—¿Y por qué no fuiste a verme donde siempre?
—Me siento un poco mal, quería descansar, además no quisiera enfermarte. —Dije intentando sonar lo más convincente.—
—¿Estás enfermo?
Ella se acercó a mi preocupada y tocó mi frente intentando tomar mi temperatura, mis mejillas se tornaron rosas por la vergüenza así que la aparte y mire al suelo.
—No te acerques puedes enfermarte...
—Ben, no importa. —La mire confundido.— De todas formas quiero ayudarte.
—No quiero tu ayuda.
Al escuchar eso ella se separó de mi con una expresión de tristeza.
—No entiendo porque no aceptas mi ayuda, trato de ser lo más amable posible para poder hacerte sentir bien, para que así puedas olvidar un poco tus problemas. Y tú simplemente me rechazas.
—Yo no entiendo el porque me ayudas tanto.
—Ben... Yo... Solo lo hago por ser amable.
—No quiero tu amabilidad, no me gusta que sientas lástima por mi. Déjame en paz Zullet.
—No es lástima Ben.
—¡Déjame en paz!
Abrió sus ojos sorprendida por mi actitud, pero poco después su expresión cambia a una aún más triste.
—De acuerdo.
La vi darse la vuelta para comenzar a caminar pero inmediatamente me arrepentí de mis palabras.
Ella era de las pocas personas que no me trataba mal, había hecho demasiado por mi y yo simplemente la despreciaba de ese modo.Quería alcanzarla, tomarla de la mano y pedirle perdón por ser un idiota pero sabía que era mejor dejarla ir. No podía relacionarme mucho con ella, si alguien lo notará ella sería motivo de burla, no podía ser tan cruel con ella para hacerle aquello.
Solté el aire que tenía reprimido y comenzé a caminar con dirección a casa, con un sentimiento de angustia al pensar en ella.
—Yo se porque te alejas de mí Ben, pero yo estoy en peligro estando a tu lado o no. Tu compañia me ayuda a despejarme.
Me detuve sorprendido por sus palabras, quería mirarla pero no me atrevia, estaba avergonzado. Apreté mis manos y reuní el coraje para voltear a verle, ella seguía caminando hacia mi dirección contraria y cada vez se alejaba más. Di unos pasos con la intención de alcanzarla y muy pronto estaba a un paso suyo, nervioso estire mi mano y tome la suya deteniendola.
—No te vayas Zulle... Tu compañía también me ayuda a despejarme.
Sentí un leve apretón, ella volteo a verme con una sonrisa que me hizo sonreí a mi también.
—¿Podemos ir a tu casa a jugar videojuegos?
Reí levemente por su comentario, y luego asentí con la cabeza.
—Vayamos...
A pesar de no haberlo hecho sentía que ella ya me había perdonado por haberle ignorado, comenzé a caminar hacia mi casa con ella de la mano. Era la primera vez que iba de la mano con una mujer que no fuese mi madre, me sentía un tanto extraño pero aún así no era nada incómodo.
—¿Puedes ayudame a encontrar la piedra esa que necesito?
—Necesitas encontrar tres y ya tienes una, la kokiri, necesitas conseguir la que te entregan los goron y la de los zora. —Le explique.—
—No entiendo nada.
En su cara se veía la confusión, volví a reír levemente y seguimos caminando mientras hablábamos de mi saga de videojuegos favorita.
Al llegar a casa abrí la puerta con la esperanza de no ver a mi madre, no quería recibir más comentarios incómodos de su parte. Pero para mí mala suerte apenas entramos mi madre estaba ahí con una gran sonrisa al ver a Zullet.
—¡Hola linda! Me alegra verte de nuevo.
—Buenas tardes señora, a mi también me agrada verla.
—Hola mamá, yo también llegue.
—Dije con obviedad.——Ah si, hola hijo. —Dijo desinteresada.— Ven linda, ¿Quieres tomar algo?
—Oh no, ella no quiere nada mamá, iremos a mi cuarto.
—De hecho me gustaría una taza de té, señora, si no es mucha molestia. —Me sorprendí por sus palabras—
Es que me gustaría conversar un poco más con usted.El miedo a que ella le contara algo sobre mi o sobre los abusos que recibía me invadió así que desesperado la tome del brazo un poco brusco y la arrastre hasta mi cuarto ignorando las quejas de mi madre.
—¿Que sucede Ben? ¿Por qué te comportaste así?
—¿De que querías hablar con mi mamá?
—De cualquier cosa, solo quería caerle mejor.
Yo guarde silencio mientras calmaba mis nervios.
—Ben, créeme que no soy capaz de revelar tus secretos si tú no lo quieres.
Dijo ella calmando todas mis dudas y ocasionando que ahora me sintiese mal por haber dudado de ella.
—Yo... —iba a pedirle perdón pero ella me interrumpo.—
—No te preocupes, te entiendo, ahora ¿Podemos jugar?
Asentí con la cabeza incapaz de negarme a ella, sonreí y ambos nos sentamos frente el televisor preparados para jugar.
𝐄𝐬𝐞 𝐝𝐢́𝐚 𝐥𝐨 𝐩𝐚𝐬𝐚𝐦𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐥𝐨 𝐦𝐞𝐣𝐨𝐫 𝐩𝐞𝐫𝐨 𝐚𝐥 𝐩𝐚𝐫𝐞𝐜𝐞𝐫 𝐧𝐢𝐧𝐠𝐮𝐧𝐨 𝐞𝐬𝐭𝐚𝐛𝐚 𝐝𝐞𝐬𝐭𝐢𝐧𝐚𝐝𝐨 𝐚 𝐬𝐞𝐫 𝐟𝐞𝐥𝐢𝐳.
ESTÁS LEYENDO
Backstabber. [Ben Drowned.]
أدب الهواة𝐎𝐡 𝐜𝐡𝐢𝐜𝐚 𝐞𝐫𝐞𝐬 𝐮𝐧𝐚 𝐡𝐚𝐛𝐥𝐚𝐝𝐨𝐫𝐚 𝐝𝐞 𝐦𝐢𝐞𝐫𝐝𝐚 𝐲 𝐭𝐨𝐝𝐨 𝐞𝐥 𝐦𝐮𝐧𝐝𝐨 𝐥𝐨 𝐬𝐚𝐛𝐞. 𝐂𝐡𝐢𝐜𝐚 𝐞𝐫𝐞𝐬 𝐮𝐧𝐚 𝐭𝐫𝐚𝐢𝐝𝐨𝐫𝐚. 𝘍𝘢𝘯𝘧𝘪𝘤 𝘪𝘯𝘴𝘱𝘪𝘳𝘢𝘥𝘰 𝘦𝘯 𝘭𝘢 𝘤𝘢𝘯𝘤𝘪𝘰́𝘯 "𝘉𝘢𝘤𝘬𝘴𝘵𝘢𝘣𝘣𝘦𝘳"