Thomas llevaba semanas viendo muy extraña a Sandra. De la noche a la mañana, se volvió fría, callada, siempre a la defensiva con él. Lo más seguro era que estuviera celosa de Ginna, pero ya se le pasaría en cuánto supiera el motivo, la razón de porqué se reunían a solas desde hace días.
El único método que encontró para elegir el anillo adecuado de compromiso para Sandra, fue pedirle a Ginna que le diera su opinión en cuál escoger, ya que conocía los gustos de Sandra muy bien y sabría determinar qué anillo le podría gustar.
Hoy era el día. Ya era el momento de pedirle matrimonio a Sandra. Por eso, salió del trabajo más temprano, yendo al apartamento que compartían para cocinar la cena favorita de Sandra con ayuda de Ginna. Tenía el tiempo suficiente para prepararlo todo antes de que Sandra volviese a casa, ya que le encargo hacer muchas cosas, haciendo todo lo posible por darle bastante trabajo ese día y no se desocupara hasta bien entrada la noche.
Una vez que llegó Ginna, prepararon "SHEPHERD'S PIE" una comida que consiste en una capa de carne de cordero picada, frita con cebolla, guisantes, zanahorias y recubierta con puré de patata. Era algo que le fascinaba comer a Sandra, su total perdición, sin contar que de postre prepararon Sticky Toffee, una tarta de bizcocho de prunas humedecidas en sirope y cubierta de toffee que la volvía aún más loca.
Cuando estuvo todo listo Thomas le agradeció a Ginna su ayuda. Sin ella no lo habría conseguido tener todo listo a tiempo, de eso estaba totalmente seguro. Se estaba despidiendo de ella con un beso en la mejilla, cuando oyó de repente a Sandra gritando desde la entrada de la cocina.
- ¡Thomas! - Dijo Sandra con una expresión en su rostro que reflejaba claramente su enfado. - Fue por esto que pediste el día libre, ¿Verdad? ¡Para venir a revolcarte con Ginna!
Hubo un silencio reinante en la cocina durante varios segundos, dejando ver claramente la tensión que se respiraba en esos momentos, hasta que Ginna lo rompió.
- ¿Estás loca? Sería incapaz de meterme con un hombre que tenga una relación. - Le contestó Ginna enfadada.
- Ya claro, ¿Y qué haces aquí entonces? ¡Explícame! - Gritó alterada Sandra.
- Ginna vete, ya le aclararé yo las cosas a Sandra. - Dijo Thomas interviniendo en la discusión.
- Está bien. Sandra espero que mañana todo este bien, te estimo mucho y no me gustaría perder tu amistad por un mal entendido. - Le dijo Ginna mientras recogía sus cosas y se marchaba.
Sandra siguió con la mirada a Ginna, la cual salió del apartamento totalmente cohibida por ella al haberle echado una mirada asesina.
- ¿Se puede saber por qué le has dicho eso a Ginna? - Le recriminó Thomas a Sandra. - Sólo vino a echarme una mano, a prepararte tu comida favorita.
- Sí claro, ¿te crees que soy idiota? No ha habido día en el que no os hayáis reunido a comer, en el que no os encontrara juntos en tu oficina cuchicheando. Tengo suficientes motivos para desconfiar, ¡Siempre que os he visto os habéis callado al instante y eso me confirma que sois amantes!
- ¿Pero qué diablos estás diciendo Sandra? Solo estoy enamorado de ti, no hay otra mujer que me interese.
- Así debe ser y así será. Ninguna mujer aparte de mí te puede tocar. Si no eres para mí... ¡No serás para nadie! - Gritó Sandra mientras se abalanzaba sobre él.
Todo sucedió tan rápido para Thomas, a una velocidad increíble, que no supo decir cuál fue el momento exacto en que Sandra se abalanzó sobre él, con la intención de acuchillarlo en el pecho y logrando su objetivo con éxito.
Thomas no se lo podía creer, aquella mujer que amaba lo acababa de apuñalar. ¿Hasta esos extremos llegaban sus celos?
- ¿Por qué lo has hecho? Si te Amo. -Dijo Thomas haciendo un esfuerzo por hablar. - Tus celos te han cegado. Ginna tan solo me ayudaba a prepararte una sorpresa.
- ¡Eres un maldito bastardo mentiroso! Sé perfectamente que te estabas tirando a Ginna. La fama de mujeriego que tienes nadie puede cambiártela. Pensé que yo podría, pero me equivoqué.
Desde aquella vez que os vi en tu oficina empecé a sospechar. Pero no fue hasta hoy cuando lo he confirmado. Además, ¿Para qué iría a ayudarte esa a prepararme una sorpresa? Mira no me tomes el pelo, estas mentiras me las conozca ya.
- Para que... te casaras conmigo. - Dijo Thomas con el último esfuerzo que pudo antes de quedar inconsciente.
La revelación que le acababa de hacer, Sandra no se la podía creer. ¿Por eso se reunieron todo ese tiempo?
- ¡Noooo! - Gritó Sandra al darse cuenta del error que cometió, dejando caer al suelo el cuchillo ensangrentado. ¿Qué había hecho?
Sandra se acercó a Thomas para darle un beso en los labios, mientras se acostaba a su lado, viendo cada vez más demacrado su rostro, aquel rostro tan hermoso y angelical que le enamoro. Viéndolo desangrándose poco a poco sin que nadie pudiera salvarlo ya de la inminente muerte.
ESTÁS LEYENDO
Relatos Cortos (EDITANDO)
RandomRelatos cortos, narra la historia de personas que cuentan cómo en su día a día intentan encontrarse un sitio en la sociedad, la vida... Deseosos de encontrar su ansiada felicidad, su libertad fisica o emocional y en el que muchos de ellos se encuent...