Había pocas cosas que me hacían realmente feliz por la mañana. La primera era cuando despertaba en el departamento de Sven y podía pasearme desnuda por todos los lugares mientras aprovechaba la soledad debido a que él mantenía su rutina de entrenamiento junto a Thomas más temprano de lo que despertaba. Lo segundo era cuando preparaba el desayuno e improvisaba en la cocina y lo tercero, que venía agarrado de la mano de eso, era cuando la melodía de la canción "Tras el cristal" rompía el silencio acompañándome.
Era un ritual, lo tomaba como una música pura de manifestaciones que quería para mi vida. Oírla me llenaba de vida, de colores. La voz de porta no hacía más que motivarme, que tomar el día por las riendas y dejar de lado el estrés del día anterior como si no hubiese existido, como si no hubiese pasado por el.
Me detuve delante del espejo que estaba al lado de la puerta principal y repasé mi apariencia. Me había tomado la molestia de ponerme unas bragas porque no me sentía cómoda andando sin ellas, pero no el brasier así que mis grandes pechos estaban libres de cualquier tortura. Nunca había estado insegura con mi cuerpo, suponía que porque Sven y Thomas siempre se habían encargado de hacerme sentir segura.
Thomas nunca había dejado de recordarme lo valiosa que era, pero Sven me demostraba con otras cosas que mi cuerpo era una gran debilidad. Mis pezones se endurecen cuando recuerdo nuestra noche anterior y ladeo mi cabeza pasándome las manos por mis pechos que van tomando color a medida que ejerzo fuerza sobre mi piel.
Brooklyn baby de Lana del Rey comienza a sonar y tragó saliva subiendo una mano hasta mi cuello y bajando la otra por mi vientre. Me gustaba ver color en mi piel blanca, pero las manos de Sven eran tan delicadas sobre mí que no hacían ese efecto. Anoche, cuando me dejé llevar por la neblina de placer, intenté que me tomara del cuello para saber que se sentía pero él no lo hizo. Solo rodeo una de mis mejillas y me beso como siempre, como si no quisiera romperme.
Me gustaba mucho el tipo de sexo que teníamos, la dulzura con la cual me trataba y la delicadeza a la hora de atenderme y apostaría a que si no hubiese entrado a esa pagina de sexo cuando él había viajado la otra vez, no tendría las dudas que ahora sí. Inocente, sin saber que me esperaría realmente, entre muerta de la curiosidad a ver videos sexuales para saciar la adrenalina que tenía mi cuerpo aquella noche, pero nunca esperé encontrarme con lo que me encontré.
Cierro mis ojos dejándome llevar por la melodía de la canción y bajando la mano que había rodeado mi cuello inconscientemente, encierro uno de mis pechos con fuerza. La imagen de aquel hombre que desconocía viene a mi mente, la forma en la que penetraba a la chica con tanta fuerza que en ese momento creí imposible y temblorosa baje mi mano desocupada hasta mi zona baja para tantear la humedad.
Los latidos de mi corazón comienzan a descontrolarse cuando nuevamente entró a aquella ola interminable de éxtasis, a aquel lugar desconocido que había empezado a llamar hogar y como últimamente había estado haciendo, comienzo a imaginarme un escenario ficticio.
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Acariciando tus curvas [trilogía #2]
RomanceEstrella siempre había soñado con tener una amistad como la que su hermana había encontrado en su tía Idaly, pero lamentablemente mientras más crecía más se daba cuenta que no estaba destinada a encontrar buenas "amigas" porque siempre llegaban con...