No le había prestado mucha atención al partido, por primera vez mi cabeza no había estado ahí para apoyarlos pero sí festejaba los goles de los chicos y las dedicaciones que Sven me hacía a la distancia cada vez que él lo conseguía. Aunque me había obligado a mantenerme ahí con ellos, mi cabeza estaba muy lejos y mi mirada clavada en Annette prendida del alambrado que nos separaba mientras animaba a Thomas.
Odiaba sentirme insegura, odiaba volver al pasado y nuevamente sentir que era una niña a la que se le podía arruinar la seguridad en ella misma. Odiaba que Annette siguiera teniendo ese poder, ese efecto, odiaba de sobremanera verla ahí y saber que finalmente lo había conseguido: estaba destronándome.
No podía ni siquiera pensar en el hecho de que Thomas se lo estaba permitiendo, que era él quien estaba dejando que Annette nuevamente se interpusiera entre nosotros cuando sabía lo que me había hecho y lo peor es que no le importaba hacerme sentir así. Ese no era mi mejor amigo. No era el chico dulce que yo había conocido desde hace mucho tiempo.
No era ni de cerca el chico que usaba el chupón y se lo quitaba cada vez que yo estaba cerca para fingir que era un chico grande. No era el que me arrastraba de las fiestas para pasar tiempo conmigo, no era el que me acompañó y apoyó en mi sueño de ser artista, no era el Thomas que cuidaba de mí, de lo que me rodeaba: él no era mi otra mitad.
Cuando el partido terminó, —ganando de local— los chicos se despidieron de la tribuna y se fueron a los vestuarios mientras las personas se dispersaban. Usualmente los que apoyaban al equipo era la familia, los aficionados, también personas cercanas al predio que eran fanáticos del equipo y esta vez había alcanzado a ver algunos directores técnicos profesionales.
Sin esperar a nadie tome mi Coca Cola caliente que ni siquiera había tomado porque mi estómago estuvo revuelto toda la tarde y camine hasta el pasillo que conducía a los vestuarios. Me apoyé contra la pared mientras esperaba y a los lejos comencé a escuchar las voces de las novias de los jugadores y la de Annette. Decir que me sorprendió verla con ellas sería mentira, sabía que algo así ocurriría cuando la vi en las gradas.
Ellas coincidían mucho más que conmigo. Eran elegantes, femeninas, estiradas, hermosas y sus conversaciones combinaban sobre viajes, nuevos bolsos y sobre chicos que no eran sus novios. Los chicos me habían advertido sobre ellas la primera vez, pero como siempre no les había hecho caso y cuando las conocí supe que no era el ambiente en el que me quería rodear.
Thomas y Sven eran los más guapos del grupo, nadie dudaba de eso. Y como era la amiga de uno y la novia del otro, era un pez fácil de capturar incluso aunque su objetivo era robarme el puesto. Nunca entendí bien qué era lo que me querían robar, que puesto era el que se gastaban en decir que tenía. Suponía que no lo entendía porque yo no los veía a ellos como dos trofeos, sino por lo que eran.
—Quien diría que después de todo Thomas tendría novia...—dijo una de ellas que no supe reconocer con facilidad porque todas eran y hablaban igual.
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Acariciando tus curvas [trilogía #2]
RomansaEstrella siempre había soñado con tener una amistad como la que su hermana había encontrado en su tía Idaly, pero lamentablemente mientras más crecía más se daba cuenta que no estaba destinada a encontrar buenas "amigas" porque siempre llegaban con...