Capítulo 24

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Narra Rubí:

¿Recuerdan que les dije que él me alteraba las hormonas mal?

Bueno, llegué a la conclusión de que posss que pasara lo que tenga que pasar y ya, pero eso no me quita las ganas de provocarlo y dejarlo con las ganas. Al menos cuando tenga la oportunidad de verlo..

Volviendo con el tema de su depa me enseñó la cocina, la sala, dónde queda el baño, una habitación vacía, excepto su habitación donde no me deja entrar y ya ven que soy demasiado curiosa.

—¿Que ocultas? ¿Un cadáver? No, ya sé.— lo mire con una sonrisa burlona. —Tienes fotos mías pegadas a tu pared.—

—¿Que? No, no tengo fotos tuyas pegadas en mí pared.— contestó nervioso.

—Bueno me obligas a hacerlo por las malas.— negué con mí cabeza, lo tomé por el cuello de su camiseta e hice que se agachara a mí altura para besarlo.

Mis manos bajan por su torso para retirar su camiseta y con disimulo abrí la puerta de su habitación para entrar mientras nos besábamos, también la cerré con mí pie, hice que se sentara en la cama conmigo encima, comenzó a bajar por mí cuello besándolo.

—No está nada mal tu habitación.— comenté mirando todo al rededor. —Ya quisiera yo tener esos pósters de chicas en mí habitación.—

Rió comenzando a desprender los primeros botones de mí camisa. —Callate que arruinas el momento.—

—¿Si sabes que no dejaré que llegues más lejos verdad?— pregunté mirándolo, levantó su mirada directo a la mía mientras aún desprendía los botones de la camisa.

—Si lo sé, pero no me importa me conformo con solo tocarte.— respondió desprendiendo el último botón. —¿Enserio llevas una camiseta debajo?— preguntó quitando mí camisa.

—Pues si, es que según mamá lo negro se trasluce.— respondí encogiendome de hombros.

—¿A qué te refieres?— preguntó confundido.

—¿Quieres ver?— pregunté con emoción y él asintió.

Me levanté de encima suyo, me di media vuelta para quitarme la camiseta y mostrarle mí tatuaje.

Amarre mí cabello en una coleta y lo hice a un lado. —Me lo hice hace tres semanas en Francia. ¿Está bonito verdad?—

—Si, te queda bastante bien, pero algo me molesta.— respondió, pude ver cómo se levantaba y caminaba hacia mí por el espejo que está en la puerta.

—¿Qué cosa?— pregunté y sentí como desprendió mí bra, rápidamente sujeté la parte delantera del bra antes de que se me cayera.

—Ahora sí puedo verlo mejor.— rió un poco delineando las líneas del tatuaje con sus dedos.

—Tonto.— sentí sus manos en mí cintura y su respiración en mí nuca.

—Pero este tonto puede hacerte ver las estrellas las veces que quieras bonita.— susurró en mí oído.

—¿Mismas estrellas que te hice ver yo en la motocicleta?— pregunté burlona.

—Tal vez.— subió sus manos hasta mis pechos y quiso quitarme mí bra por completo pero se lo impedí.

—¿En verdad crees que dejaré que me veas?— pregunté volteando a verlo mientras volvía a prender el bra.

—Tenía que intentarlo.— se encogió de hombros y yo negué con mí cabeza.

—Bueno..— me coloque de nuevo la camiseta. —¿Cenamos? Yo invito y tu haces el pedido porque si no yo le diré: Buenas pizzas ¿me da una noche?.—

Ojitos Lindos - Kazutora HanemiyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora