Capítulo 30

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Narra Rubí:

Acabo de despertar, no sé qué hora es, estoy durmiendo arriba del pecho de Kazutora, mientras acaricia mí espalda, y no se porque o como llegue aquí si recuerdo que anoche tomé una almohada para dormir. Aunque no me molesta, me siento bien aquí. Puedo sentir los latidos de su corazón, está tranquilo misma tranquilidad que me transmite a mí.

Mis padres hoy iban a salir temprano ya que es el cumpleaños de uno de los amigos de papá. Solo ruego que no escucharan nada de anoche.

—¿Gatita estás despierta?— susurró Kazutora acariciando mí espalda con sus dedos.

—Si, ¿Por qué?— contesté levantando mí cabeza para verlo.

—¿Podrías levantarte? Es que me duele el golpe.— pidió riendo y rápidamente me levanté.

—Perdón. ¿Duele mucho?— pregunté mirándolo preocupada.

—Un poco, igual me dieron unas pastillas y una crema para el dolor. Pero creo que no dura mucho los efectos.— contestó sentándose apoyando la espalda en el respaldar de la cama.

—¿Y dónde están?—

—En la habitación de enfrente.— me estaba por levantar pero me detuvo dándome un beso corto en los labios.

—¿Y eso?— pregunté confundida y él se miraba igual de confundido.

—Un beso.— contestó obvio. —Cogimos y todo ¿y te sorprendes por un beso?—

Sentí mí rostro calentarse y volteé mí mirada hacia otra parte.

—¿Puedo preguntar algo?— pregunté nerviosa.

—Dilo.—

—¿Eres así con todas o solo conmigo?— fijé mí vista a sus ojos.

—¿Por qué quieres saber?— me miró con una sonrisa ladina.

—Curiosidad.— me encogí de hombros.

Solo quiero saber si se comporta así solamente conmigo o con todas porque tengo esa duda desde hace tiempo, exactamente desde que Senju me dijo que no era así con todas.

—Tal vez, no sé.— se encogió de hombros y yo asentí mientras me levantaba de la cama.

Solo me confunde. Quiero golpearlo.

Fui a buscar las cosas y una botella de agua para que tome las pastillas, volví a mí habitación dándole las cosas, tomó la pastilla y me dejó la crema en mis manos.

—¿Qué?— pregunté mirándolo confundida.

—Ayúdame gatita.— me guiñó un ojo mientras se quitaba la camiseta del pijama.

No importa cuantas veces lo vea siempre me voy a quedar como estúpida mirando su torso desnudo, sus abdominales perfectamente marcados, sus pectorales, el tatuaje que me llamó la atención desde el principio. Eso es una de las cosas que me gustan de los hombres, y siempre llamarán mí atención. Y las chicas bueno no es necesario aclararlo es lo mismo que con los chicos.

Bajé mí mirada desde su tatuaje hasta su abdomen llegando a la v que se le marca hasta el comienzo del pantalón, lo imagino follandome la boca como anoche, mi mente cambia a otra imagen de él encima de mí entrando y saliendo una, otra y otra vez, a mí encima de él montandolo, frente a un espejo viendo cómo entra y sale de mí, ambos sudados con la respiración agitada, en el auto y en..

—Holaa.. tierra llamando a Rubí..— habló Kazutora moviendo su mano enfrente de mi rostro conectándome de nuevo a la realidad.

—He.. ¿Qué?— hablé media desorientada.

Ojitos Lindos - Kazutora HanemiyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora