—¿Dónde estamos? —Preguntó Harry.
Moody hurgaba en su capa con las nudosas manos entumecidas por el frío.
—Ya lo tengo —Masculló; a continuación, levantó algo que parecía un encendedor de plata y lo accionó.
La farola más cercana hizo «pum» y se apagó. Volvió a accionar el artilugio, y se apagó la siguiente; siguió accionándolo hasta que todas las farolas de la plaza se hubieron apagado y la única luz que quedó fue la que procedía de unas ventanas con las cortinas echadas y la de la luna en cuarto creciente.
—Me lo prestó Dumbledore —Dijo Moody, guardándose el apagador en el
bolsillo—Por si algún muggle asoma la cabeza por la ventana, ¿Saben? Y ahora en marcha, deprisa.Moody tomó a Harry del brazo izquierdo arrastrándolo por las calles mientras que Tonks hace lo mismo con el Potter pelirrojo, los guian por la suelo cubierta de hierba; cruzaron la calle y subieron a la acera.
Cada paso que van entre los dos iban flanqueados por el resto de la guardia, que llevaba las varitas en la mano.
De una de las ventanas del piso de arriba de la casa más cercana, salía música amortiguada. Un intenso olor a basura podrida se expandía desde el montón de bolsas de desperdicios que había al otro lado de una verja destrozada.
—Es aquí —Murmuró Moody; le puso a Harry a Matt un trozo de pergamino en las manos y acercó el extremo iluminado de su varita para que pudieran ver el texto—Vamos leealo rápido y tiene que memorizarlo.
Los dos hermanos miran los trozos de pergaminos. La letra, de trazos estrechos, les resulta vagamente familiar. El texto rezaba:
El cuartel general de la Orden del Fénix está ubicado en el número 12
de Grimmauld Place, en Londres.—¿La orden de que?—Matt cuestiona.
—¡¡Aquí no muchacho!!—Moody gruñe—Esperen a que estemos adentro.
Moody les arrebata los trozos de pergamino y les prendió fuego con la punta de la varita. Mientras las llamas devoraban el mensaje, que cayó flotando al suelo.
—No hay número 12—Menciona Matt notando el número de las casas.
—Piensen en lo que acaban de memorizar—Dijo Tonks.
Eso hicieron y al terminar de pensar las palabras del pergamino quemado una maltrecha puerta salió de la nada entre los números 11 y 13, y de inmediato aparecieron unas sucias paredes y unas mugrientas ventanas.
Era como si, de pronto, se hubiera inflado una casa más, empujando a las que tenía a ambos lados y apartándolas de su camino.
—Wow—Harry se quedó mirándola, boquiabierto.
El equipo de música del número once seguía sonando. Por lo visto, los muggles que había dentro no habían notado nada.
—Vamos deprisa—Moody les dice casi empujando a Harry.
Ellos suben los escalones de la casa sin apartar los ojos de la puerta que acaba de materializarse.
Moody usa su varita y dio un golpe con ella en la puerta. Ante eso se escuchan unos ruidos metálicos y algo que sonaba como una cadena. La puerta se abrió con un chirrido.
—Entren, rápido —Moody les ordena.
Así ambos cruzan el umbral de la puerta. El pasillo no es muy bonito que digamos pero mientras contemplan el lugar oyen unas voces que son conocidas para los hermanos y hablan de ellos.
Moody los empuja para pasar siendo seguido los demás magos y por último Tonks quien les guiña el ojo juguetonamente.
Y hablando de Tonks, ella mira atrás para mirar a los hermanos pero al no darse cuenta por donde camina se tropezó pero por suerte no cayó al suelo.
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Los hermanos Potter y la orden del Fénix.
FanficLas tediosas vacaciones de verano en casa de sus tíos todavía no han acabado y Harry y Matt se encuentran más inquietos que nunca. Apenas han tenido noticias de Ron y Hermione, y ambos hermanos presiente que algo extraño está sucediendo en Hogwarts...