21. El quiebre de tu amor

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Ojalá escuchen esta canción mientras leen el capítulo, porque yo lo hice.

Llegó la fecha esperada, cinco años de matrimonio, con muchas altas y bajas, con buenos y malos momentos pero habían logrado llegar a un año más, y Minha no podía estar más que orgullosa, había pedido una semana de vacaciones que no tomaba hace mucho y se lo concedieron, toda una semana estaría disponible para su esposo y ya tenía planeado lo que harían, le pidió a él que tratara de adelantar todo con anticipación y esperaba que lo haya hecho, cocinó su comida favorita e hizo un pastel con ayuda de su mamá, que pacientemente le explicaba en la llamada.

Cuando Seungmin llegó a casa olió la comida y sonrió, se quedó unos segundos en la entrada y luego por fin dio sus pasos, vio a su esposa maquillada y con un vestido corto y muy sexy

—Felices cinco años —lo abrazó

—Felices cinco años amor —le respondió con un beso y ofreciéndole un ramo de flores—Te ves hermosa

—Gracias —se ruborizó y olió las flores—Báñate para cenar

Cuando salió del baño y se arregló, cenó con su esposa, la comida estaba deliciosa como siempre, partieron el pastel y se sorprendió de que le haya quedado rico al ser el primer intento.

No podía creer que hubieran cumplido cinco años, sabía demasiado bien que no había sido un buen esposo durante un tiempo, amaba a su esposa todavía, y se sentía mal que ella tuviera que perdonarle y pasarle cada uno de sus desplantes, la vio tan sonriente y feliz que era incapaz de hacerla sufrir más, aunque las cosas ya no fueran como antes.

Una hora después de que la cena terminó, Minha se fue a su habitación para cambiarse, estuvo esperando toda una hora sentada en el sofá con Seungmin a su lado, y él no la tocó ni le dijo nada, solo se quedó abrazándola viendo la televisión, vaya forma de terminar un día especial, o sea, sí era lindo que la tuviera abrazada como un oso, pero era su aniversario y quería que le hiciera el amor pero al parecer él no tenía ganas, había preparado ese vestido específicamente para ese día y no lo había sabido lucir, probablemente ya no era tan sexy como antes, y como no, si ya casi cumplía treinta y un años.

Se quitó el vestido y el sostén para ponerse una pijama y escuchó la puerta abrirse, lo que no vio venir fue como su esposo se acercó a ella y la besó. La besó con la lengua en busca de la suya, no se habían dado un beso así desde hace... ¿un año? No lo sabía ni lo recordaba, le rodeó el cuello con los brazos y lo atrajo más a su cuerpo, la acostó en la cama y se puso encima de ella, ella le rodeó la cintura con las piernas gustosa. Seguían teniendo sexo, obviamente, pero ya no como cuando eran más jovenes, con tantas ganas. Mientras que él se le restregaba, ella gemía, se sentía húmeda a estas alturas y solo deseaba ser penetrada, él le bajó las bragas y los tiró a un lado

—Tu lengua —gimió

—Siempre exigente amor, será después

Con sus dedos juguetea su clítoris y cuando los desliza hacia dentro la hace gemir, los mete y los saca unas cuantas veces más y después los retira para chupar su humedad

—Sabes delicioso —se acercó a besarla para que sintiera su sabor

—Mételo ya —lloriqueó

—No te desesperes

Siguio usando sus dedos y ella se sostuvo de sus hombros, cerró los ojos y solo disfrutaba, le besaba y mordía el cuello y ella gemía y sonreía de felicidad, hasta que él se apiadó de ella, se estiró para apagar las luces, dejando encendido solo una lamparita, se puso encima de ella otra vez estando ya desnudo, bajó hasta su vagina y lamió, lamio el clitoris, los labios y también lamio su ano, subió una mano a sus pezones y los tocó, estaban duros

Infieles Minsung/skz family Donde viven las historias. Descúbrelo ahora