☠️Capítulo 19☠️

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Pov Jisung

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Pov Jisung

Abrí mis ojos lentamente y parpadeando, intentando ser consciente de donde estaba, sentía un colchón bajo mi cuerpo y la almohada gastada bajo mi cabeza.

Moví mi cuerpo con el dolor muscular de pasar tanto tiempo con distintos resortes apuñalarme sin descanso por todos lados. Felix seguía a mi lado, de espaldas a mi, casi contra la pared.

Me senté mirando a mi alrededor, los chicos ya habían despertado y solo permanecían en silencio, las cortinas seguían abajo.

Estaban todos, excepto Chan.

—¿Dónde está...?

—Afuera, ha estado ahí toda la noche. Nos pidió que no te despertemos, que te dejemos descansar— respondió Changbin.

—No debieron hacerlo— me levanté preocupado. Él había pasado toda la noche despierto, dando vueltas y ocupándose de que estuviéramos a salvo.

Nadie dijo nada mientras me levantaba y me acercaba a la puerta. Al abrir, el sol me golpeó en la cara.

Era un día hermoso, pero poco me importó, porque mi verdadera atención estaba sobre una persona, una que no veía por ningún lado.

Rápidamente caminé hacia un costado de la casa esperando verlo a la vuelta, un par de cuerpos estaban tirados un poco lejos, pero lo suficientemente cerca como para ver el corte en sus frentes. Unos pasos después, al voltear por segunda vez vi su espalda, caminaba lentamente y estaba visiblemente cansado, sus pasos eran erráticos y su postura se notaba frágil.

Caminé hacia él, pero al parecer me escuchó porque en menos de un segundo volteó listo para atacarme.

Nos miramos por unos segundos a los ojos, los suyos lucían cansados y apagados, sus ojeras se podrían ver a kilómetros.

Bajó su navaja lentamente sin dejar de mirarme, aliviado, supongo que por no tener que luchar.

Sus facciones se relajaron y antes de que pudiera decir algo, estiré mis manos hacia su rostro acunando sus mejillas y deslicé mis pulgares a lo largo de sus ojeras. Cerró los ojos.

—Te ves horrible— le dije suavemente.

La comisura de sus labios subió un par de centímetros.

—También me alegra verte.

Ambos reímos despacio. Masajeé sus ojeras un par de segundos más y me detuve cuando abrió los ojos, mirándome de vuelta. Lucía tan cansado.

Sin dejar de hacerlo se acercó lentamente, centímetro a centímetro hasta que nuestros rostros se rozaron, sabía a lo que quería llegar, pero lo dejé por su cuenta hasta que nuestros labios se tocaron, linda y suavemente, solo entonces sus brazos me rodearon y presionaron contra su cuerpo.

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⏰ Última actualización: Aug 01 ⏰

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