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La mañana siguiente, los tres chicos se levantaron temprano yendo a despedirse de la señora Jung, quien, desafortunadamente, no podía quedarse más tiempo. Según ella, tenía que cuidar de sus cultivos que la esperaban nada más regresar.

Hoseok se despidió con un abrazo fuerte, no sabía cuando sería la próxima vez que podría ver a su madre así que tenía que despedirse bien. Quiso hacerlo con una gran sonrisa, pero al final como si de un niño se tratase se puso a llorar desconsoladamente. Al final, fue su madre quien acabó consolándolo, reconfortándolo al decir que pronto se volverían a ver.

Una vez más calmada la situación y con el aviso de la pronta salida del tren, la señora Jung se despidió por última vez de todos con un abrazo y un beso en la mejilla, adentrándose en el vagón. Hoseok se quedó un largo rato agitando la mano, hasta que el tren desapareció por ese túnel rumbo a su pueblo natal.

Suspiró.

Ahora tenía que buscar un trabajo a medio tiempo. Sabía que iba a ser duro tener que estudiar y trabajar a la vez, pero no podía hacer nada si la situación lo demandaba. Solo esperaba poder sobrellevarlo bien y poder seguir manteniendo su puesto como mejor estudiante del curso.

— Chicos. — llamó la atención de ambos seres, los cuales se encontraban admirando la inmensa estación. — Tengo que buscar un trabajo a medio tiempo.

— ¿Por qué? — preguntó Jungkook.

— Quiero regalarle algo a mis padres, por eso tengo que ganar dinero. — inventó una excusa.

— Dínoslo y te lo podemos hacer aparecer.

— Gracias, pero no. Quiero comprarlo con mi esfuerzo y además siempre nos irá bien tener un dinero extra para cualquier emergencia. Entonces, ¿me acompañáis?

— Me gustaría, pero no puedo. He quedado con mi hermana para ir a visitarla un rato.

Miró al ángel que se notaba rebosante de felicidad por poder ver a su hermana. Por el contrario, el demonio había cambiado su semblante por uno más serio e, incluso podía afirmar, triste.

— Oh ya veo, mándale saludos de mi parte.

— Lo haré. — sonrió. — Bueno, me voy yendo que no quiero que se me haga tarde. ¡Mucha suerte, Hoseok!

— Michi sirti. — imitó Jungkook luego de que Jimin se fuera. — Yo si voy contigo, Hobi. Jihye no es ni la mitad de agradable de lo que eres tú, no sé como Jimin la prefiere.

— Porque es su hermana, pequeño celoso. — pellizcó la nariz del menor. — Venga, vamos, que el día es largo.

Recorrieron local por local, tienda por tienda, yendo de entrevista en entrevista y de rechazo en rechazo. Ingenuo, Hoseok pensó que con sus excelentes calificaciones todo sería más fácil. Grave error. La realidad le cayó como un balde de agua fría ya que, en el mundo de ahora, importaba mucho más la experiencia que unas calificaciones excelentes. Pero ¿cómo esperaban que tuviera experiencia si no le daban la oportunidad de poder trabajar?

Esto empezaba a desesperarle. Ya no podía más. En estos momentos, prefería tirarse por algún lugar antes de presentarse a otra entrevista.

— Hobi, ¿quieres ir a tomar algo? Esta cafetería se ve muy bonita.

Jungkook había notado lo estresado que estaba el castaño, hasta a él le había exasperado seguir recibiendo negativa tras negativa. Por eso pensó que una pausa no le vendría mal, así podría despejar su mente y relajarse un rato.

Hoseok asintió, aceptando su propuesta, así que ambos entraron a la cafetería esperando encontrar en ella un lugar tranquilo donde poder recargar energías para alguna otra posible entrevista. El castaño sabía que ahora no podía darse el lujo de renunciar, tenía que seguir insistiendo si quería ganar dinero.

ANGEL OR DEVIL?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora