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Una chica pelinegra de ojos verdes se acercaba corriendo hacia donde se encontraba su amigo. Su flequillo se movía de un lado a otro con cada paso que daba. Además, a medida que avanzaba, iba empujando a cada persona que se ponía en su camino. Claro que con cuidado.

Había estado buscándolo por toda la escuela y no lo había encontrado hasta ahora. Siempre que tenía algo importante que contarle, el mayor parecía desaparecer como si de un fantasma se tratara. ¿Quién diría que por primera vez en años Yoongi iba a ir primero a clases y no a otro lugar? Desde luego ella no.

— ¡Yoongi, aquí estás!

Se paró, reposando sus manos en sus rodillas y respirando agitada. Correr por todo el edificio la había dejado agotada. La próxima vez que no encontrara a su amigo empezaría por su clase, ya había aprendido la lección.

Desde su pupitre, Hoseok veía como Yoongi acariciaba la espalda de Soohye, intentando que recuperara la respiración. Pasado unos minutos, la pelinegra ya estaba más tranquila y Yoongi le ofreció su pañuelo para que pudiera secarse el sudor de la frente.

«Hacen linda pareja, no puedo competir contra ella», pensó desanimado. Si bien era cierto que Soohye y Yoongi eran solo amigos, había mucha más probabilidad de que a Yoongi le acabara gustando ella que él. Sin duda.

— Eso no es verdad. Eres muy lindo, incluso más que Soohye podría afirmar— habló Jungkook.

Oh, es verdad, no se acostumbraba aún a que ambos, tanto Jungkook como Jimin, eran capaces de escuchar sus pensamientos. Al igual que tampoco estaba acostumbrado a que nadie los escuchara ni viera aparte de él. Era raro, pero mientras procurara hablar con ellos a solas nadie lo tacharía de loco.

— Sí, eres muy lindo. Además, ¿qué más tiene esa chica aparte de su lindura? Sí, es una chica y, por lo que nos has dicho, Yoongi es hetero, así que es muy probable que le pueda acabar gustando pero ... ¿Eso qué importa?

Jimin intentaba consolar a Hoseok, sin darse cuenta de que con cada palabra que decía, el castaño bajaba cada vez más su cabeza. Continuó hablando hasta que Jungkook le dio un codazo.

— ¡Aish! ¿Por qué me pegas?

Jungkook rodó los ojos, haciendo una señal para que se fijara en el castaño que estaba cabizbajo. Aquí el inexperto parecía ser otra persona y no él.

— Hoseok, tu belleza va más allá de lo exterior, en el interior también eres muy bello — intentó consolar el pelinegro luego de ver el desastre que había causado Jimin.

— Gracias.

Hoseok le mostró una leve sonrisa al joven demonio. En su cabeza aún seguían rondando las palabras de Jimin junto con sus propias preocupaciones e inseguridades ... ¿En verdad era mejor que Soohye? Lo dudaba.

— Ei, ¿hablando solo, Jung?

Notó que una de las manos de Yoongi estaba reposada en su hombro. ¿En qué momento se había acercado?

— ¡No!

Tal vez, gritó un poco demasiado fuerte, ya que llamó la atención de todo el salón. Los ojos verdes de Soohye lo miraban desde la lejanía con un deje de curiosidad.

— Perdón, no quería gritar así. — rascó su nuca, nervioso, mientras buscaba una excusa creíble para la pregunta del mayor.

Una excusa que no le hiciera parecer un loco. Estaba seguro de que si le decía que estaba hablando con su ángel de la guarda y el demonio que le acompañaba, acabaría encerrado en el manicomio.

— Solo estaba repasando para el examen de hoy. Me va bien hablar en voz alta para recordar las cosas.

Hoseok rogaba internamente que el peligris se lo creyera. Tampoco es que estuviera mintiendo, ya que sí solía hacerlo, solo que en su casa.

ANGEL OR DEVIL?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora