Soohye miraba molesta a ese pedazo de idiota que tenía parado delante de ella de espaldas, solo unos pocos metros y unas cuantas personas los separaban. Sus ojos verdes estaban entrecerrados, intentando con ellos mandar mil dagas. Estaba a punto de cometer un asesinato, corrección, lo iba a hacer si nadie se lo impedía.
Atravesó como pudo esa multitud de cuerpos sudosos bailando al son de una canción electrónica que desconocía. Todos parecían disfrutar de la fiesta, algunos más borrachos que otros.
Ella había sido una de ellos hasta hace unos momentos, bailando junto con sus amigas mientras bebían. Disfrutando de la fiesta bajo esas luces neón que cubrían todo el escenario, bailando al son de las canciones que ese dj ponía sin importarle nada, libre de preocupaciones. O al menos así fue hasta que vio a cierta persona.
Al fin, luego de unos cuantos choques con extraños, pudo llegar a su objetivo. Le tocó la espalda, esperando a que se girara. Sabía que si lo llamaba no iba a escucharle, la música estaba demasiado fuerte como para que lo hiciera.
— ¿Este era tu fatal imprevisto? —gritó para que su voz fuera escuchada una vez el chico se giró.
En todo momento, mantuvo sus brazos cruzados y su mirada fija en él. Sentía unas inmensas ganas de tirarle su bebida, pero no podía. Esa maldita bebida le había costado lo suyo, no podía permitirse más gastos. No al menos si quería seguir bebiendo.
— Yo también me alegro de verte, Soo. — sonrió el chico, recibiendo una sonrisa fingida de parte de la pelinegra. — Venga, alegra esa cara. — Intentó agarrar las mejillas de Soohye, pero ella apartó su mano de un golpe.
— ¡Le mentiste a Hoseok, Yoongi! — reclamó enfadada.
¿Cómo no podía darse cuenta de que había hecho mal?
— Fingiste todo ese teatrito delante de él. Por favor, Yoongi. ¡Por poco y te pones a llorar!
— Cálmate. — posó sus manos en los hombros de la pelinegra, tratando de mantenerla en su lugar. Parecía que en cualquier momento se le iba a lanzar encima, y no estaba muy lejos de la realidad. — Solo fue una mentira inocente. Además, a Hoseok le encanta estudiar, seguro que ni le molesta.
¿Cómo podía ser tan cínico? Sabía que a veces Yoongi podía llegar a ser un gran hijo de puta, pero siempre había visto que lo era con personas que se lo merecían, no con personas como Hoseok que nunca había hecho algo malo.
— Venga, disfrutemos de la fiesta — comentó el peligris, restándole importancia al asunto.
Desde una ventana, se encontraba Jimin observando todo lo que sucedía en el interior de esa casa. Esa chica, la tal Soohye, no parecía ser mala persona. Es decir, había defendido a Hoseok aun sin ser su amiga. Con más razón, no entendía como tanto Hoseok como ella se podían juntar con tal idiota.
De solo verlo no podía evitar que la ira brotara desde su interior. En serio que no soportaba a ese chico.
Pobre Yoongi, no sabía con quién se había metido.
Rápidamente, se retiró a un pequeño callejón que estaba situado al lado de esa inmensa casa donde se estaba celebrando la fiesta. Allí, nadie podría ver lo que estaba a punto de hacer, de lo contrario le descubrirían y obviamente él no quería eso.
Con un chasquido, su aureola y alas desaparecieron. A su vez, toda su ropa fue cambiada por un conjunto más "humano y juvenil".
De vuelta a la fiesta, Yoongi se dispuso a agarrar del brazo a Soohye. Pensando que así podrían ir juntos a la pista de baile y disfrutar. Pero, contrario a sus expectativas, recibió una negativa por parte de la chica, quien retiró bruscamente su brazo, evitando todo contacto con él.
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ANGEL OR DEVIL?
FanfictionJung Hoseok vive su amor no correspondido por Min Yoongi con total normalidad, pero toda su vida da un giro de 180º cuando a su vida llegan Park Jimin y Jeon Jungkook, un ángel y un demonio ¿Acaso estaba soñando?