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Media hora. Treinta minutos. Ese era el tiempo exacto durante el cual Yoongi llevaba parado delante de la puerta del apartamento de Hoseok. Ese día se había tomado bastante tiempo preparándose, cosa rara en él. Se había puesto bastante colonia, cosa rara en él. Por alguna razón, la idea de estar a solas con el castaño lo ponía nervioso, muy nervioso. Por eso, había llegado mucho antes de la hora establecida, y ahora se encontraba parado ahí como un idiota por treinta minutos.

¿Qué demonios le pasaba? ¿Por qué estaba tan nervioso? Hoseok solo era un amigo ... ¿no?

Sacudió su cabeza, empujando esas tontas ideas al fondo de su mente. No, no pasaba nada. Nada. Solo estaba nervioso porque era la primera vez que estaba en la casa del menor, sí, solo era eso. Ir a la casa de alguien por primera vez siempre ponía nervioso a cualquiera, ¿cierto?

¿Cierto?

Volvió a sacudir la cabeza. Basta. Tenía que dejar de preocuparse por tonterías, ahora tenía que centrarse en lo más importante ... ¿Debía tocar la puerta o no? ¿La tocaba? ¿No la tocaba? ¿La tocaba? ¿No ...?

— ¿Yoongi? — el peligris saltó en su sitio, sorprendido de escuchar la voz del menor.

Yoongi tosió, intentando disimular su sorpresa e intentando parecer calmado. Alzó su vista y pudo ver como el menor lo miraba con ojos curiosos, la puerta de su apartamento abierta.

— Justo iba a tocar el timbre, te me has adelantado, Jung. — habló casual.

Hoseok rió levemente y, por un momento, Yoongi pensó que era adorable. No, no, basta. Basta. ¿Podía dejar su mente de pensar tonterías?

— Pasa, vamos a la sala. — el castaño le sonrió, apartándose a un lado para que pudiera entrar e indicándole dónde podía dejar sus zapatos.

Por su parte, Hoseok estaba atento a cada paso que daba, intentando parecer lo más natural posible y no acabar caminando como una ternera acabada de nacer. Los nervios lo consumían, pero no quería hacer el ridículo.

— Con permiso. — habló Yoongi.

Entró al interior y se quitó los zapatos, dejándolos bien ordenados. No pudo evitar notar que, aparte de los suyos, había otros cuantos pares situados al lado. ¿Todos eran de Hoseok? Esa pregunta rondaba su cabeza.

Sin embargo, decidió no preguntar nada. No quería parecer muy intrusivo. Siguió a Hoseok, el cual lo guiaba a la sala y, una vez llegó allí, su pregunta obtuvo una respuesta. No, todos esos pares no eran solo de Hoseok. Esos pares eran de Soohye, Namjoon, el rubio y Jungkook, los cuales se encontraban sentados alrededor de una mesa.

¿No se suponía que él era el único que sabía de la sesión de estudios?

Un ligero sentimiento de ... ¿decepción?... se hizo presente en su corazón, ¿por qué se sentía así? Acaso ... ¿Acaso estaba decepcionado por no estar a solas con Hoseok? No, claro que no, eso era imposible. Imposible. Sí, seguro el sentimiento que sentía era de enfado, sí, enfado porque Soohye estaba demasiado pegada a Jimin.

Sí, eso sonaba mucho más factible. Mucho más realista.

— ¿Qué hacen Nam, Jungkook y el rubio aquí? — preguntó tratando de sonar casual. — No somos de la misma facultad, ¿no?

Es decir, hasta cierto punto entendía que Soohye estuviera ahí, porque estudiaban en la misma facultad. ¿Pero por qué los demás estaban ahí? Especialmente ese rubio.

— No, pero a Namjoon se le dan muy bien los números así que se ofreció a ayudarnos con el cálculo. Además, Jimin y Jungkook son unos expertos en idiomas así que nos serán de mucha ayuda, ya sabes que a veces tenemos que leer lecturas en otros idiomas.

ANGEL OR DEVIL?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora