35.Olvida todo

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Altagracia

-¿ya tienes los diamantes?- susurro- apúrate

-no funciona la clave que me diste

-ponle un cero más- digo impaciente- se murió- toco su nuca- se murió y no le hice nada

-¿cómo?

-cuando me vio sin blusa se cayó, pensé que se había desmayado pero no Esteban, está muerto

Escucho su risa en el fondo de la llamada seguido de unos disparos.

-espera, ¿te mistraste sin blusa?- reprocho

-tenía que embobarlo con algo, es viejo terco, bueno era- suspiro- no es momento de reproches, ¿ya contaste los diamantes?

-no alcanzaré a contar esto

-guárdalos y saca todo lo de la caja, te espero en el lugar acordado- cuelgo

Me pongo la blusa y veo a el anciano tirado en la silla, lo hago a un lado y empiezo a buscar en el computador el video de las cámaras de seguridad, saco todos lo cd y memorias para luego destruir el computador e irme antes de que tumbaran la puerta.

Me pongo la capucha y salto por la ventana. Corro lo más rápido posible y en cuanto veo la camioneta meto todo para luego esconderme en los arbustos.

-¿dónde estás?- susurro

Algo que no tomamos en cuenta era que la caja fuerte podría estar fuera de la oficina así que eso complicó las cosas, solo espero que Esteban sepa lidiar con esos tipos.

Le marco varias veces pero no contesta, estaba a punto de salir a buscarlo cuando lo veo correr con tipos a sus espaldas disparándole.

Nos subimos a la camioneta y empieza a manejar mientras yo les disparo, hace mucho no sentía tanta adrenalina.

-uhh- grito- muy bien mi amor- la beso

Ruedo los ojos, parece un niño.

-no sé porqué tan feliz- me quito la capucha- ni que fuera nuestro- le quito la bolsa con los pequeños diamantes- no creo que hayan 200, hay más

-pero mira lo que tengo aquí- le entrego la otra bolsa

Está llena de diamantes y toda clase de piedras de valor, incluso hay oro.

-ese viejito sí que tenía sus mañas- nos reímos- ¿ya los perdimos?- volteo

-eso creo

En cuanto llegamos a el departamento contamos todos los diamantes, uno por uno, finalmente decidimos esconder lo demás en un lugar seguro.

Me siento exhausta, fue un largo día y ya está por amanecer. Pero lo que realmente me tiene mal es esta oleada de sentimientos, no logro entender cómo un hombre que conocí ayer y ni siquiera le he visto el rostro puede provocar tanta emociones en mí.

Me doy una larga ducha en la que tuve tiempo de pensar muchas cosas, antes de salir del baño le hablo a Mónica para saber cómo están, me responde muy seca, sé que está molesta y no es para menos. Una vez más me dice que Matamoros no está, me duele hasta pensarlo pero tendré que contratar un detective para saber que se trae.

Salgo secándome el cabello y me acerco a Esteban quién está sentado en el mueble con la vista a la ciudad, pongo mis manos en sus hombros y beso su cuello tomándolo por sorpresa.

-¿sabes qué es lo más curioso?

-¿qué?

-que cada vez tengo menos interés en verte, ya me acostumbré y te veo normal

𝚂𝚒𝚗 𝙴𝚜𝚌𝚊𝚙𝚊𝚝𝚘𝚛𝚒𝚊♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora