11.Mi amor

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-si no quieres perder la pierna más te vale que guardes reposo hasta que ya no haya riesgo de que se abra la herida, se te te puede infectar tía

Esbozo media sonrisa mientras me abrazo a Adi, sinceramente no estoy prestando atención a nada de sus sermones.

Empiezo a darle pecho aún acostada y le pongo una pequeña almohada para que esté más cómoda.

-me voy a llevar a Victoria si no te molesta

-¿a dónde?

-a dar una vuelta, quiero visitar la fundación

-bien, pero con guaruras

-me llevaría a Valeria pero no creo que quiera

-convencela, le hará bien convivir con otros niños, pero por favor no las lleves a la vecindad ya sabes porque

-ok, nos vemos al rato- la abrazo- cuídate mucho

-¡Altagracia!

Ruedo los ojos al escuchar esa voz.

-¿quién le dijo?

-teníamos que hacerlo ¿no?

-no, qué acaso él me va curar

-hermanita deja de refunfuñar, más bien trata de arreglar las cosas

En cuanto entra a la recámara todas salen inmediatamente con cualquier excusa.

-¿qué haces aquí?

-me dijo tu hermana que se te abrió la herida, tenemos que ir al hospital, ven acá

-no, déjame- veo a la niña- ya estoy mejor, Isa me atendió muy bien de hecho

-¿tu sobrina?, ay por favor

-sí, está estudiando medicina, aunque no lo creas lo hizo de maravilla, incluso me inyectó algo que mandó a comprar y ha disminuido el dolor

-me preocupa que se te infecte, quédate quieta unos días por favor

-lo haré en cuanto Alex salga de ese hospital, incluso pensaba quedarme con él toda la noche

-no, nada de eso, me quedo yo, tú de aquí no te mueves

-solo por esta vez te haré caso

-¿cómo está mi princesa?- me acerco a darle un beso- hola guapa- beso su pancita

Sonrío involuntariamente al ver la escena, Adhara lo observa agitando sus piecitos pero sin dejar de comer.

-te tengo un regalito

Dejo de darle pecho para que pueda cargarla y cuando lo hace saca algo de su bolsillo, una pulsera.

Estoy intentando ser fuerte pero en estos momentos en los que estamos en "familia", sentir que falta alguien me destruye el alma.

Vuelvo a cargarla para que termine de comer y luego su papá la lleva a tomar el sol a el balcón, decido llamar a Matamoros para ver a el niño aunque sea por llamada.

-¿ya estás cansado?, creo que no podré ir ahora, la herida se abrió de nuevo, pero puedo decirle a José Luis que vaya ya

-no te preocupes, en realidad estoy bien

-gracias- sonrío- ¿no ha despertado?, déjame verlo

-justo despertó hace poco, dame un segundo

Suspiro de alivio al verlo, ver sus ojos completamente abiertos y su cuerpo menos invadido por tantos cables me tranquiliza, sé que ya está mucho mejor.

𝚂𝚒𝚗 𝙴𝚜𝚌𝚊𝚙𝚊𝚝𝚘𝚛𝚒𝚊♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora