67.Familia Increíble

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-Altagracia, no pienso cambiar de opinión

-no estoy diciendo que lo hagas, pero ¿tienes que ser así?

-por mucho tiempo tuve mucha paciencia y le permití cosas que no debía por ti, porque tú me convencías pero eso se acabó

-estás exagerando, actúas como si hubiese cometido el peor de los errores, sí, ella no debió hacer lo que hizo, pero al fin y al cabo fue solo un beso de despedida, no sabían si volverían a verse, ¿qué tú no tuviste un amor de infancia?

-ni amor, ni infancia, por eso sé de lo que hablo, ninguna de mis hijas tendrá novio Sandoval, es mi última palabra

-¡no me grites!- advierto- y más te vale que entres en razón porque eso es algo que ahora podemos evitar pero no será por mucho tiempo, ya hablé con ella y le dejé claro que no podrá tener novio hasta que me demuestre que tiene la madurez suficiente pero debemos tener claro que es temporal, hoy es ese niño, pero mañana puede ser otro, tampoco podemos condenarla por querer experimentar

-¿y entonces por eso debemos permitir que actúe como toda una mujer y a nuestras espaldas?

-claro que no, solo te pido que no seas tan rígido

-Altagracia, ¿quién te entiende?, antes decías que era muy permisivo y las consentía mucho y ahora que soy rígido

-en todo debe haber un balance y tú te excediste con tus palabras

-no va a pasar por encima mío y punto- susurro- perdón por los gritos- me acerco- te amo- beso su frente

-dame su celular

-¿para qué?

-para revisarlo- se lo quito al ver que no tiene intenciones de dármelo

Mao llora aún pero una vez más su padre intenta calmarlo y en eso se oyen unos toques en la puerta.

-mami

-pasa mi amor

Mía entra bostezando y con puchero se acerca a mí.

-¿jugamos a las princesas?, Val no quiere jugar conmigo

-mi vida, ¿qué te parece si jugamos todos juntos en la noche, antes de año nuevo?, ahorita estamos ocupados

-¿qué haces?, ¿te ayudo?

-tu hermanito no para de llorar, tal vez tenga cólicos, intentaré alimentarlo y en cuanto se calme tú y yo vamos jugar un rato

Asintió sin más pero su cara lo dijo todo, después del largo regaño que le di ayer, ya no sé que más decirle, tanto Mía como Val me están dando más lata que los pequeños, se supone era al contrario.





Narradora

La ojiverde cumplió a su palabra, en cuanto calmó al pequeño Mao, se dirigió a la habitación de Mía y jugó con ella un largo rato al que se sumaron los gemelos, sin duda su vida había dado giro drástico al que no estaba preparada, pero esos momentos los amaba y no los cambiaría por nada.

Sin esperarlo, el resto de la familia volvió a sorprenderlos en su casa, cosa que fue un alivio para la pareja, necesitaban algo de ayuda aunque no quisieran admitirlo, unas horas a solas bastaron para calmar las aguas y meditar la agobiante situación de la cual Valeria es protagonista.

Mónica ya cansada de ir y venir incontables veces, decidió comprar un departamento cerca y traerse consigo a su familia para este tipo de festividades o ocasiones especiales. Isabella hizo lo mismo, y tal parece que la relación de ambas primas ha mejorado. Regina y Matamoros gozaban de ciertas atenciones que quedaron pendientes la última vez que vino, cosa que a Altagracia le costó aceptar, ni siquiera ella entendía su desconcierto, será porque es la primera vez que ve a Matamoros tan distraído, él tenía su novia pero no era así, y sabe que es tan profesional que si no sintiera algo realmente fuerte con su hermana, no hubiese entrado en ese territorio. Y eso le preocupa, teme que se lo lleve, es una persona muy importante en su vida y la de sus hijos.

𝚂𝚒𝚗 𝙴𝚜𝚌𝚊𝚙𝚊𝚝𝚘𝚛𝚒𝚊♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora