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—No se que más hacer, Kanae— Sanemi solto un suspiro, tomando un poco del té verde que le había ofrecido su mejor amiga —Se que tal vez no debería ser tan celoso, pero no lo puedo evitar, el estúpido de Giyuu para más tiempo con ese... Ugh, con ese mocoso que conmigo— El pilar del viento se veía extremadamente molesto, últimamente su alfa prefería pasar tiempo con Tanjirō que con él.
—Ay Sanemi, querido, debes conversar con Tomioka, deben tenerse confianza el uno con el otro, y debe haber comunicación, en eso se basa principalmente uma relación, y por lo que me cuentas, ninguno de los dos está cumpliendo eso, sin ofender, cielo— Kanae era una dulce omega, amable y con un gran instinto materno, era la clara definición de "una omega perfecta", aunque ella solo se concentraba en dirigir la finca de las mariposas y atender a los cazadores de demonios que llegaban heridos a sus manos.
—Siempre que lo intento, terminamos peleando, y bueno, lo solucionamos de la mejor forma posible— Sanemi dijo con un notorio sarcasmo, se sentía extremadamente cansado por las tantas peleas que tenía con Giyuu, intento solucionarlo por su cuenta pero ya no tenía más ideas, por eso su segunda opción fue hablar con Kanae, ella era su mejor amiga y realmente lo apoyaba en todo, por eso el peliblanco le tenía cariño, incluso llegando a quererla como una hermana, aunque no se lo decía directamente.
—Bueno, yo te recomiendo que lo intentes una última vez, ¿está bien? Pero recuerda, ambos deben estar calmados mientras conversen y debes intentar controlar tu ira— Kanae era una buena consejera, por eso varios cazadores de demonios le tenían un gran aprecio, y más aún los que la conocían desde antes, ya que la omega de broches de mariposa solía ser la antigua pilar de la flor, sin embargo ella prefirió retirarse de la organización para dirigir la finca de las mariposas, a diferencia de su hermana menor, Shinobu, quién si siguió ese camino, siendo la actual pilar del insecto.
—Supongo que lo intentaré...— El omega susurro para si mismo, terminando su taza de té verde —Gracias Kanae, te lo agradezco— Sanemi le sonrio cálidamente a su amiga, pocas personas fueron las afortunadas de ver la amable sonrisa que el supuesto temible y estricto pilar del viento tenía.
—No es nada, Nemi— Kanae le devolvió la sonrisa a su amigo —¡Oh! Cierto, mándale mis saludos a Oyakata-sama cuando vayas a una reunión de pilares, no he tenido tiempo de verlo últimamente, me han llegado bastantes pacientes— Ella comento con una voz suave, acompañando a Sanemi hacía la salida.
—Lo haré, no te preocupes— Sanemi acepto el pedido de su mejor amiga, se despidieron y Sanemi fue a la finca Tomioka-Shinazugawa, mientras en el camino se quedo pensando de que manera podría hablar con su alfa.
No supo cuanto tiempo estuvo caminando, pero Sanemi notó un olor conocido para él, salmón con daikon, la comida favorita de Tomioka, al primogénito de los Shinazugawa se le ocurrió algo, si bien no era tan detallista, probablemente está vez lo sería para no tener problemas cuando hable con su pareja.
