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—Te odio— Dijo Sanemi mirando con rencor a Giyuu

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—Te odio— Dijo Sanemi mirando con rencor a Giyuu.

—Me lo has dicho todos estos meses, no me lo repitas...— Susurró desanimado el pilar del agua, parecía más depresivo de lo que solía ser.

—Te lo dire las veces que sean necesarias, maldito desgraciado— El omega entrecerró los ojos, mientras se acomodaba en la camilla.

Dado que estaba cerca de cumplir los nueve meses de embarazo, y por lo tanto, el nacimiento de acercaba, Kanae le había pedido que se quedé internado en la mansión de las mariposas para mantenerlo constantemente vigilado a él y al bebé.

—Perdón... ya se que sigues enojado conmigo— Suspiró el alfa.

—Cállate— Ordenó, frunciendo el ceño —¿Puedes llamar a Kanae?— Preguntó, cálmandose en un dos por tres. En fin, cambios de humor.

Sin embargo Giyuu se quedo en silencio sin responder nada, lo que irritó al albino.

—¡Te hice una pregunta, Tomioka!— Gritó —¿¡Por qué no me respondes!?—

—Pero me dijiste que me callara...— Murmuró encogiéndose en su asiento.

—¡Pero-! ¡Ugh! ¡Simplemente trae a Kanae! ¿¡Quieres!?— 

—Ya voy, ya voy...— Seguido de decir esto, se retiro de la habitación en busca de la ex pilar de las flores, volviendo casi al instante ya que para suerte suya Kanae estaba cerca de la habitación.

—¿Necesitas algo, Nemi?— Preguntó ella con una suave sonrisa.

—¿Es normal que me duela tanto la espalda?— Se quejó el omega —Llevo horas así, ¡el dolor me está matando!

—Oh, claro, no te preocupes, es muy normal— La de broches de mariposa soltó una risita —Es una señal de que estás cerca del parto.

—¡Pero duele como el infierno!— Chilló.

—Mmm, ¡Ah, ya se! Tomioka-san, trajiste la crema que Mitsuri-san le regaló a Sanemi, ¿verdad?—  Consultó la única mujer en la sala.

—Traje todas las cremas, de hecho— Respondió el alfa, acercándose a uno de los cajones de la habitación y sacando la crema —Supuse que Sanemi lo necesitaría.

—Supusiste bien— Dijo Kanae agarrando el frasco de la crema —Levanta un poco tu camisa, Nemi, quizás esta pomada te puede ayudar por el dolor, según Mitsuri-san, es un 'relajante' para los músculos.

—Espero que sí— Suspiró con cansancio —Este bebé se esta llevando todas mis energías, estoy muy cansado...

—Así son los embarazos, Nemi— Comentó la de ojos lilas, aunque internamente, esperaba que realmente sea el embarazo, y no por la marca del lazo.

ミ★ ¡𝘏𝘦𝘺, 𝘐'𝘮 𝘴𝘰𝘳𝘳𝘺! ★彡 |  𝘎𝘐𝘠𝘜𝘜𝘚𝘈𝘕𝘌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora