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Los pilares del viento y del agua, Sanemi Shinazugawa y Giyuu Tomioka, comenzaron su relación poco después de que el de cabello azul haya conocido y salvado a un chico omega y a su hermana demonio en una montaña (de lo cual, nadie estaba enterado,...

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Los pilares del viento y del agua, Sanemi Shinazugawa y Giyuu Tomioka, comenzaron su relación poco después de que el de cabello azul haya conocido y salvado a un chico omega y a su hermana demonio en una montaña (de lo cual, nadie estaba enterado, obviamente), gracias a la ayuda de la ex pilar de las flores, Kanae Kochō.

Si bien para el Tomioka era difícil lidiar con la actitud agresiva y alterada de su omega, y para el primogénito Shinazugawa le era difícil comprender la actitud tan reservada y seria de su alfa, lograban complementarse mutuamente y solucionar sus problemas con rapidez, y para varios en el cuerpo de cazadores de demonios, era algo de admirar.

Después de todo, el malhumor y la depresión no deberían combinarse, sin embargo, siendo Sanemi y Giyuu la representación de ambos, estaban juntos, estaban bien en su relación, que a ojos de todos era bella, estable, e incluso tierna.

Pero las cosas se fueron cuesta abajo cuando apareció Tanjirō Kamado y su hermana, Nezuko Kamado, hubieran sido aceptados con facilidad, de no ser que la menor de los hermanos era un demonio, según el mayor de los Kamado, un demonio que no comía humanos.

—¡Eso es falso! ¡Ningún demonio es capaz de resistir a comer carne humana, lo que dice el mocoso seguro son puras mentiras para que nadie sepa que su hermana ya ha comido humanos!— Aquellas fueron las palabras del omega peliblanco, mostrando su característica agresividad. Sin embargo, nadie sabía como el Pilar del Viento se sentía en realidad.

Dañado, traicionado, herido. ¿Por qué Giyuu jamás le hablo de aquel chico de cabellos pelirrojos? ¿Acaso no confiaba en él? Esas y miles de preguntas más rondaban por la mente del omega, quien estaba al borde del colapso mental.

Peor aún, saber que su alfa estaba literalmente dando su vida (junto a Sakonji Urokodaki y el mismo Tanjirō) en caso de que aquella mocosa dañará a un humano, Giyuu debería cometer seppuku, fue algo que apenas escucho Sanemi, sintio la necesidad de llorar y darle un puñetazo a Tomioka.

Estúpido idiota depresivo, ¿Acaso no le importaba lo que sucedía? ¿Lo que dejaría atrás si Nezuko terminaba cediendo a los deseos que todo demonio tenía?

Por eso, fue que Sanemi intento poner a prueba a Nezuko, teniendo él un tipo de sangre especial, la sangre marechi, y sumando el olor potente de sus feromonas, era una horrible combinación para los demonios depravados con los que Sanemi se encontraba en sus misiones, quienes terminaban atontados y le daban la oportunidad a Sanemi de cortar sus cabezas.

Él no espero que esa demonio se negará a su sangre.

—Damos por terminada está reunión, mis niños, les pido de favor que si bien les es difícil, acepten a los hermanos Kamado como parte de nuestra organización— Buen momento para que Oyakata-sama hablará, su voz calmaba a todos, y Sanemi agradecía eso, porque para ese entonces, estaba al borde de un ataque de ira, quería gritarles a todos y maldecirlos, quería golpear a su alfa hasta hacerle recapacitar del error que había cometido al darle la oportunidad a Nezuko de vivir siendo una maldita demonio, pero no podía, y las cosas ya estaban hechas.

Aún así, luego tendría que hablar con Giyuu, pero eso sería cuando lleguen a la finca que ambos compartían, la 'Finca de la Tormenta', como la habían denominado y como la conocían todos en el cuerpo de cazadores de demonios. 

—¡Pero no entiendo! ¿¡Por qué nunca me contaste de esos estúpidos mocosos?!— 

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—¡Pero no entiendo! ¿¡Por qué nunca me contaste de esos estúpidos mocosos?!— 

Lo que intento que sea una conversación pacífica, termino en una discusión.

—¡Porque te conozco bien, Sanemi! ¡Incluso si te lo dijera, seguramente hubieras ido inmediatamente a asesinar a Nezuko!—

—¡Y tu sabes bien que te hubiera escuchado, hubiera escuchado tus razones del por qué le perdonaste la vida a esa niña!— Sanemi solo podía apretar los puños. 

—Lo peor de todo es que estás dando tu vida, ¡TU VIDA, Giyuu! ¡¿Acaso no te importa nuestra relación?!— Acusó Sanemi, estaba hirviendo de ira, decepción y el sentimiento de traición, tanta combinación de emociones, había ocasionado que sus feromonas cambien a un olor amargo.

Tomioka solo suspiro, acercándose a su omega y abrazándolo fuertemente, brindándole calidez usando sus propias feromonas para calmar al peliblanco

—Lo lamento, mi amor...— Tomioka susurró suavemente —¿Podrías perdonarme?"— 

—Um.. si...— Asintió Sanemi, más calmado que antes, le gustaba el olor y la calma que le transmitían las feromonas de su futuro esposo—Perdón por alterarme tanto, 'Yuu— Se disculpó

—Yo debería disculparme, te he ocultado cosas importantes como la de Tanjirō y Nezuko, y no debí hacerlo— Dijo Giyuu, su voz sonaba arrepentida, por lo que logró convencer a Sanemi de perdonarlo

—Está bien... estamos bien ahora, ¿No?— Preguntó Sanemi con una pequeña sonrisa, a lo que el pilar del agua solo asintió, devolviéndole la sonrisa.

Pero en el fondo ambos sabían que no, no lo estaban. A partir de ese momento, la situación entre ellos comenzaba a empeorar cada vez más.

Poco a poco, la desconfianza aumento, Sanemi odiaba que su pareja sea tan cercano al omega Kamado, y siempre le reclamaba sobre eso, cosa que empezaba a hartar a Giyuu.

¿La única solución? 

Fue simple, conversar ya no daba resultado, y por la inconsciencia y coraje del momento, pasaban de discutir a gritos, incluso llegando a dañarse físicamente más de una vez, a terminar desnudos en la cama.

Para muchos, tal vez era lo más inmaduro que podían hacer, pero para ellos, no había opción más que eso, incluso si intentaban buscar otra solución, terminaban en lo mismo de siempre.

Giyuu simplemente se hartó de todo eso, para él, su omega no hacía nada para colaborar en la mejoría de su relación, lo único que hacía era reclamarle, exaltarse y gritarle como un loco. Giyuu simplemente no lo soportaba más.

Seguramente varios están de acuerdo en que esa fue la peor excusa que alguien pudo escuchar.

De hecho, ninguna excusa puede justificar una infidelidad, peor aún sabiendo que tu pareja puede terminar dañado, sea emocionalmente o de otra forma.

Ah, Giyuu Tomioka, has cometido el peor error de tu vida, y te arrepentirás.

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Quiero agradecer a @skibidisigmatilin, pues gracias a esa bella personita, esta historia y la de 'Omega Instict' tienen lindos separadores (;

ミ★ ¡𝘏𝘦𝘺, 𝘐'𝘮 𝘴𝘰𝘳𝘳𝘺! ★彡 |  𝘎𝘐𝘠𝘜𝘜𝘚𝘈𝘕𝘌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora