Deus ex machina (Dios baja en la máquina) es un recurso narrativo que tiene un nombrecito extraño proveniente del teatro griego clásico. Eurípides, un famoso dramaturgo de aquella época, solía enredar las tramas de sus obras de teatro hasta que el protagonista estaba casi perdido, y a último momento hacía aparecer a un actor personificando a un dios de la mitología griega, por lo general volando con algún tipo de arnés (de ahí lo de machina) que salvaba la situación, forzando la resolución de su problema inmediato.
Aún en la actualidad se sigue usando ese recurso, sobre todo cuando queremos terminar la historia y no tenemos forma de hacerlo: metemos un nuevo personaje que nos arregla las cosas, agregamos un nuevo elemento que solucione el conflicto, o de última hacemos que venga un tornado y se lleve al malo, pero que el bueno se salve 😎
Si escribimos sobre un protagonista que tiene problemas o conflictos, la idea es lograr que él mismo los resuelva. Si lo llevamos al límite y luego provocamos una especie de milagro que lo salve, el lector se va a quedar con gusto a poco, y tal vez no vuelva a leer una de nuestras historias.
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Lo que aprendí escribiendo (Humilde manual de inicio a la escritura )
De TodoComencé a escribir hace algunos años, pero si hoy intentara releer mis primeros textos, seguro los prendía fuego. No es que hoy sea la gran cosa, pero estudié bastante, y cada vez que encontré una lección interesante la escribí (y aún lo sigo hacie...
