La niña de la flauta

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Sé encontraba allí el cientifico de nombre Zad, acomodando la repisa que luego de que aquellos estupidos agentes lo molestaran, habia quedado hecha pedazos en el suelo.

*Se escucha el portón de seguridad abrirse*

-Ah, seguramente han llegado esos bastardos_ penso Zad.

Salió a recibirlos como era costumbre entre ellos, abrió la puerta y comenzó a molestarlos.

-Eh, ustedes bastardos, deberian comprar condones para...cierto, olvido que aquí no hay mujeres_ riendose de lo maricas que eran.

-Callate doctor, te traemos nuevos pacientes.

Mitchell y William bajaron esposados del auto.

Parecía que aquellos dos habían accedido a ser esposados, al no mostrar resistencia contra los agentes.

-Este lugar, ¿donde estamos?_ pregunto Will alzando su mirada a la increíble altura del tejado.

-Llevenlos a mi oficina_ gritó Zad, mirando de forma extraña a la niña, como si ya la hubiera conocido antes.
Pasaron varias horas en las que sólo podían hablar entre ellos, intentando tranquilizarse y comprender lo que acontecía.

-¿Te puedo hacer una pregunta?.

-Claro Mitch, preguntame.

¿Podré casarme algún día?

-¿Es eso lo que quieres en tu futuro?_ dijo Will mirandola con extrañeza y confusión al ver que tal niña podía soñar con cosas como esas.

-Si, quiero estar tan enamorada como tú, y aunque la muerte me separe de mi esposo, seguir amandolo por el resto de la eternidad.

Will la miró con sus ojos nublados...

Se abre la puerta de la oficina en un golpe como si Zad viniese muy enojado.

-Malditos bastardos, consiganse una mujer_ gritaba mientras entraba e interrumpía la conversación que Mitchell y William mantenían.

Cerró la puerta, tomó una silla que sobraba por ahí, y comenzó a interrogarlos.

-Will, eres negociador, teniente de operaciones especiales y astro físico, ademas según dice aqui en tu expediente de la Nasa, haz viajado recientemente a HAT_ dijo Zad bastante sorprendido.

-Todo eso es correcto señor...

-Zad, puedes llamarme Zad.

-Todo eso es correcto señor Zad.

Quiero mostrarles algo que descubrimos hace ya varios años, ya que espero puedan ayudarme_ dijo Zad mientras les hacia señas para que lo siguieran.

Salieron todos juntos de la oficina, siguiendo a Zad.
Llegaron a una enorme bodega donde habia una enorme mesa y en ella un mapa(también enorme) sobre el que mantenían una flauta dentro de un frazco de vidrio.

Todos (incluyendo a los agentes) se pararon frente a la mesa y postraron sus manos en ella.

William inmediatamente reconoció aquella flauta y entró en panico.

¿¡Donde esta la niña que tenia esa flauta!? _gritó mientras golpeaba la mesa y amenazaba a Zad con un cuchillo tactico que tenia oculto en su pierna.

-Detenganse_ señaló Zad_ este hombre es de suma importancia para la investigación, no le hagan daño...
La flauta la encontramos en unas expediciones arqueologicas muy antiguas, asi que es imposible que esta sea el arma homicida que buscas, sabemos lo de tu esposa, y sabemos tambien como la has pasado de mal estos ultimos dias.
Hace algunos años encontramos las escrituras de un tal Frederick en una vieja Escuela astronómica...

-Mi abuelo_ dijo Mitch en voz baja.

-¿Tu abuelo?_pregunto Zad.

-Así es, mi abuelo escribió y diseño este mapa, lo recuerdo muy bien. Él me narraba los sueños mediante los que obtuvo toda esa información._ dijo Mitch tratando de mostrar que ella sabía más que todos en la sala.

-¿Entonces sabes quien es la niña de la flauta, a la cuál tu abuelo hacía referencia en varias ocasiones como "la apasiguadora de la oscuridad"?_ pregunto Zad intrigado_ o diría yo, la asesina de la mujer de William.

-Soy yo_ Contestó Mitchell.

La Mancha En La OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora