Perturbación

42 7 9
                                    

La luz de los reflectores que alumbraban los inmensos pasillos, y el suelo tan blanco como la esclerótica, daban lugar a la inquietud e incluso a la imaginación.

Pero era evidente, el lugar era un antro de adoración, que intentaba ser disimulado por paredes de concreto y librerias tan hermosas que cualquier amante de la poesia se escaparía de la realidad por meses.

Para Mitch todo se tornó claro tal agua de manantial, y sus pupilas dieron el brillo del pensamiento.
-!Todo es controlado por ese monstruo¡_ dijo susurrando.

-Así es querida Mitch_ contesto Zad_ nada podrás hacer por evitar la destrucción.

Mitchell cayó sobre sus rodillas, sus lagrimas fueron evidentes, aunque tratase de ser fuerte como Will le había enseñado desde aquella vez que lo conoció por mera coincidencia...

El destino está escrito y todos somos parte de él, nada puede variar ni evadirse, está dicho ya por los grandes Dioses.

¡Vamos niña!, tenemos trabajo que hacer, no pienses que serás útil allí llorando como imbécil, anda, ponte de pie_ le gritó Zad desde la puerta.

-Entonces hubo una explosión, que abrió de golpe la pared de al lado, el polvo no dejaba ver nada aparte de las granadas cegadoras que recorrían el suelo para hacer su trabajo.

Zad ya deporsi se encontraba desmayado producto de la explosión, los disparos enloquecieron en aquel lugar donde varios cuerpos quedaron sin vida y solo hizo falta un disparo para derribar a uno de los guardias que intentaba agarrar el brazo de Mitch.

Unos cuantos pasos se escucharon, mientras Mitch solo se contenía a llorar en el suelo, la voz de William se escuchaba entre el polvo gris.

¡Mitchell!_gritaba Will

¡Will!_ gritó Mitch al verlo salir del polvo, vestido de negro, con varios rifles en su espalda y un enorme equipo táctico de al menos 6 o 7 hombres.

-¿Donde conseguiste ayuda?_ preguntó ella.

-Johannes kepler me la brindó_ contestó Will.

-Entonces la leyenda del astrónomo era cierta, y de allí "la mancha" no conoce absolutamente nada. Al menos estamos más cerca de vencer a la mancha_ dijo ella.

-Es broma, tu hermano fue el que me ayudo a organizar los hombres para venir a por tí.

¿Nathan?, para ser sincera, creí que su cuerpo ya no conseguía dar latidos desde hace varios días_ contestó Mitch.

-¿Asi que me dabas por muerto ya?_ dijo Nathan, entrando por el oyo que habían hecho en la pared.

Mitch en el suelo, alzó la mirada, se levanto lentamente mientras sus ojos se ponían aún mas brillosos y el silencio por aquel hermoso reencuentro se hacía mas notable.

Los hermanos Cordeli se abrazaron, Nathan la besó en la frente, ella le recordó que lo amaba y él le recordo que era más fácil decir la palabra muerte en lugar de: su cuerpo ya no conseguía dar latidos.

Hace días que no sabía nada de ti, hermana_ dijo él_ Por suerte tu amigo Will logró contactarme gracias a uno de los hombres de "hulafa' almawt"
(Otra secta, enemigos publicos de los Almuminin mmin alzzulumat)

¿"hulafa' almawt"?_ preguntó Mitch.

Sí, tu hermano llevaba varios dias buscandote al parecer, y de camino hacia acá me topé con varias de estas personas que literalmente buscan terminar con los Almuminin mmin alzzulumat, además, es difícil caminar por estos lugares sin ver alguna foto de alguien desaparecido, y cuando vi que tu hermano estaba buscandote, decidí pedirle ayuda.

Lo hubiese ignorado por completo de no ser por varias fotos tuyas que logré reconocer_ contestó Will sonriendo.

Gracias, a ambos...
De no ser por ustedes, en este momento estaría bajo la jurisdicción de este pandereta de Zad_ dijo Mitch, al recordar que Zad continuaba allí desmayado en el suelo.

-Que haremos con él_ pregunto Will a Nathan.

El cual no respondió, solo lo tomo de las piernas, lo arrastro por el suelo como un maldito trapeador y lo metió en una de las habitaciones donde (sin él saberlo) mantenían en confinamiento a Mitchell hace unos días, antes de que ellos llegaran a por ella. Cerró la puerta con uno de los candados que encontró en una pequeña mesa y sin importarle lo que pasaría con el científico, decidió largarse de ahí junto a Will y Mitchell antes de que Zad tan siquiera supiese lo que había sucedido.

Tomaran una ruta alterna, no detuvieron su andar hasta llegar a el parque Jean Lafitte, donde conocían una vieja cabaña en medio del bosque, allí podrían esconderse por un buen tiempo e incluso talvez evitar morir por los recurrentes ataques que provienen de "la mancha".

Decidieron aparcar cerca de la cabaña, los autos quedaron un poco lejos pero tampoco tanto como para no correr en caso de peligro.

El equipo táctico que venía junto a ellos tomaron otra ruta, dirigiéndose hacia Pearl River, probablemente a realizar otra increíble tarea en pro de la humanidad y en contra de los Almuminin mmin alzzulumat.

En fín, arribaron su destino en la vieja y olvidada cabaña, donde sus camas los esperaban en el silencio de la naturaleza.

-Me da mucho gusto que estés bien, Will.

-A mi tambien me da gusto que te encuentres a salvo pequeña, y ahora que lo recuerdo...
¿Acaso tú?

Ambos se miraron fijamente.

-Sabes que, olvidalo, debí haber estado inconsciente o debió ser un sueño_ dijo Will.

-Buenas noches.

-Esos "Almuminin mmin alzzulumat" están locos_ dijo Mitchell mientras Will cerraba la puerta de la habitación.

La Mancha En La OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora