La flor, el talismán de protección

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-Creo que no estamos a salvo en este lugar_ Susurró Nathan al ver al viejo allí tirado, muerto en el suelo.

-¿Quien o que pudo causarle la muerte?_ Preguntó Mitchell sin esperar respuesta alguna.

Y todos callaron por un segundo...

-Iré a traer la pala, espero me ayuden a enterrarlo_ Dijo Will en voz baja como tono de respeto a Liroth.

-¿Quieres decir algunas palabras?_ Preguntó Nathan a Mitch mientras William se tomaba la libertad de entrar al sotano del difunto para buscar una pala.

Mitchell continuaba en silencio desde que logró ver a Liroth en el suelo, creo que era obvio el porqué.

-¡Dame una razón para no sospechar de ninguno de ustedes!_ Gritó ella, levantándose con los ojos rojos y llenos de lagrimas, corrió hasta la cabaña donde su habitación era el unico lugar tranquilo que esperaba encontrar.

-¿Que a pasado aqui?_ Preguntó Will al salir de prisa con la pala en mano.

-Vamos, cabemos un hoyo y luego en la cabaña te cuento_ Contestó Nathan.

Mientras tanto, en las instalaciones donde Zad se encontraba:

Ya el científico loco había despertado hacía varias horas, pero no lograba encontrar una manera de salir de su prisión, la cual lo llevaría pronto al borde de su locura.

Pero entonces una puerta a la vuelta del pasillo se abre, y suena el metal del cual esta hecha...

-¿Quien anda ahí?_ Pregunta Zad.

La silueta de un hombre se asomó, pero solo su sombra lograba apreciarse desde allí, asi que volvió a lanzar de nuevo la misma pregunta.

-¿Quien anda ahí?

Hubo silencio por un momento.

-Si quieres que te saque de esa prisión, debes cumplir con lo que te pida, que me ayudarás a encontrar a alguien que tú conoces, y firmarás este libro para mí_ Dijo la voz en la sombra.

-Por supuesto amigo, sacame de aqui, necesito comer algo, y la sed que mi garganta a soportado por horas ya se vuelve dolorosa, además, no e visto a mi esposa en días_ Respondió Zad.

El hombre de la puerta se acercó, dando a conocer su rostro, pero no logró reconocerlo, era alguien que nunca habia visto en su vida.

-Tu esposa murió hace años, ahora vamos, llevame con el científico_ Dijo aquel hombre alto y musculoso mientras abría la puerta con una llave que sacó de su propio bolsillo.

-¿Te refieres? ¿Al cientifico? ¿El señor de señores?_ Pregunto Zad asombrado, ya que no era algo normal que alguien se refiriera "al científico".

Y asi, creo, comenzó el viaje de Zad y el misterioso hombre de las sombras (Así le llamare por ahora).

De vuelta en la cabaña:

-Vamos Mitch, abre la puerta. ¿Acaso crees que alguno de nosotros fue quien mató al señor Liroth?_ decia Will al otro lado de la puerta, esperando que Mitch abriera.

Se abrió la puerta lentamente y el pequeño rostro de Mitchell se asomó entre la rendija.

-Lo siento chicos, me afectó mucho ver al señor Liroth en esa condición, aun así perdónenme por querer inculpar a alguno de ustedes_ dijo desde atras de la puerta que apenas dejaba ver la mitad de su rostro.

Will abrió la puerta y aprovechando la oportunidad, metió su mano por debajo de la cama en la que dormía la pequeña, donde se encontraba un enorme baúl lleno de misterios.

-Anda Mitch, si alguno de nosotros hubiera matado al señor, no estaría entregando esto en tus manos_ Dijo Will, sacando el baúl que había logrado conseguir en aquel observatorio en Rusia, lo colocó en la cama, al lado de la niña y la miró a los ojos.

Mitchell abrió el baul que deporsi no tenia seguridad alguna y al ver los documentos que allí se encontraban, solo pudo cerrar sus ojos y susurrar:

- Abuelito, estarías orgulloso de mí y de mis amigos.

El baúl contenía muchos documentos, pero los mas importantes eran aquellos más antiguos, entre ellos estaba un manual para invocar a Yog-Sothoth, el conjuro tanto como el encantamiento y el circulo de evocación; además de varios relatos sobre la voz de hastur, relatos sobre Nyarlathotep, un relato de leng en el frio yermo; el gran sello de Yog-Sothoth y por último "la Flor".

Mitchell tomó "la flor" con su mano derecha y la admiro en su palma por un momento.

-Ponla en tu cuello_ Dijo Nathan.

Mitch estaba tan asombrada por la joya que enmudecio, y con sus dos manos la pasó por encima del cabello, colgando la flor en su delicado cuello.

Y desde la muerte infinita, estoy seguro que Frederick estaba mirando con orgullo, pero tambien con desagrado la muerte de Liroth, el mejor amigo que tuvo en vida y al cual le habia encargado la tarea de cuidar el talisman que ahora Mitch portaba.

La Mancha En La OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora