Capítulo 13º

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Hacía frío, y las hojas empezaban a caer. Aile, envuelta en su capa de pieles, aguardaba a que dejase de llover para salir del hueco. Era el primer árbol que había visto, y ya entonces estaba mojada...

-¡¡Aat....CHÚS!!-estornudó-Vaya, hombre...ahora voy y me resfrío. Qué bien...-extendió la manta remendada y peluda, y se arrebujó bien en ella. Justo entonces, cuando empezaba a aburrirse de mirar la lluvia y estornudar, algo le cayó encima.

-¡¡AAGH!!

-¡¡AAAAAAH!!¿¡QUIÉN...!?¡¡ANNIA!!¡¡TE MATARÉ!!-amenazó Aile, pegándole un capón.

-Lo..lo siento...-dijo la otra entre jadeos, con los ojos completamente abiertos-¡Buah, no te creerás lo que ha pasado!...

-¡Estás loca!¡Irte así por las buenas a la Torre...! Al menos no llegaste, está claro...¿conseguiste ir al menos a un pueblo de por aquí?-comentó, medio despotricando medio burlándose.

-Tonta, claro que no fui a un pueblo...-sonrió, orgullosa de restregarle por la cara su logro-: ¡¡He llegado al Bosque Legris!!-dijo triunfante, haciendo que su amiga se desplomara contra el tronco.

-Al Bosque...¿al Bosque Legris?...Ya, claro...no me lo creo-declaró, mirando al vacío completamente seria.

-Claro que te lo crees. Con esa cara de empanada no se la pegas a nadie.

-¿A qué Bosque Legris?-inquirió, mirándola.

-¿Hola...?¿Tal vez al único que existe?

-Hay un bar que se llama así...

-Pues al que yo he ido no había cerveza, ¿sabes?

-¿Qué has hecho...?¿Cómo llegaste tan lejos?

-Ni idea.

-Ah...¿algo nuevo?-con esta pregunta, Annia se volvió seria de golpe; tanto que asustó a su amiga elfa.

-Oh, eso...

-Sí, eso.

-Verás...vi a Misaki-Aile también e puso seria.

-¿Sí?

-Iba con dos personas más. Una era desconocida, pero la otra...-dudó-Aile, la otra era Yashiro. Haël.

Ambas se quedaron paradas. Aile, de piedra.

-¿Häel?¿Estás segura?¿Qué Häel?-inquirió.

-La falsa, está claro. ¿Crees de verdad que Misaki y Yashiro...?

-¿Quién?

-Häel. ¿De verdad piensas que son diosas?

-Claro que no. Podría ser...-titubeó-Pero no, claro. Entonces es una herramienta de Ella...

-Sí, eso creo. Lo siento...

-Bah, da igual.

-Oh, pero hay algo bueno.

-¿El qué?-preguntó Aile, casi ansiosa.

-Misaki no fue la de lo de Kreiss.

-¿Entonces?-dijo, desconcertada.

-Fue Yashiro. Me da mala espina...-comentó lúgubremente.

-Sí...-dijo la elfa tras unos segundos. Sonrió tristemente-Pero al menos no fue Misa...¿sigue siendo...ya sabes...buena?

-Sí, eso creo. No quería abandonar a esas dos, así que es buena. Pero tampoco quería volver por ti-soltó. Aile 'preguntó, desconcertada:

-¿Por mí?

-Sí. Se ve que reñísteis o algo, pero está enfadada contigo.

-No, no hemos discutido...pues no sé-se encogió de hombros-¿Y qué más?¿Te fuiste así, sin más?

-Claro que no. Aparecí detrás de un árbol, y la verdad es que me asusté; el bosque era siniestro. Luego oí voces, y aparecieron estas tres perseguidas por unos kazas. Salí y me prendieron, pero me los cargué con esto-le mostró el anillo envenenado-. Luego volví por ellas, y hablé con Misaki a parte. Hice que los arbustos formaran un muro a nuestro alrededor, así que Yashiro y la otra no se enteraron de nada...pero se negó a venir conmigo. La forcé un poco...

-¿Un poco?

-Con las zarzas enredaderas-admitió Annia de mala gana.

-¡Annia!

-¿Qué? No quería venir...

-Agh...bah, da igual, sigue.

-Bueno, pues entonces...Misaki emitió ondas, salían de su cuerpo.

-¿Cómo?

-Que sí, que sí. Y luego la tierra empezó a temblar. Se le pusieron los ojos en blanco, y entonces...explotó.

-¿¡Cómo que explotó!?-chilló Aile.

-No, tranquila, no literalmente. Bueno, sí...hubo un espasmo más fuerte que los otros y una onda que nos dejó inconscientes...oye, ¿cuánto tiempo he estado fuera?

-Cinco...cinco días-contestó Aile, asombrada.

-¿Cinco? Habré estado...veamos...-empezó a contar mentalmente-Unos tres sin sentido-murmuró la ninfa-. Y luego...las miré, las tres igual que yo. Bueno, ellas no estaban despiertas. Pensé en matar a Häel; menos problemas para el futuro, pero no lo hice. ¿Por qué no lo hice?¿Por qué? Aún no lo sé...pero entonces se despertó, y...bueno, ya no podía hacerlo. Entonces me fui-apoyó la cabeza contra el tronco. Seguía lloviendo.

-Oh...¿Y el resto de días?

-No tenía energía, así que fui caminando.

-¿Y has venido desde allí en dos días? No te lo crees ni tú-reprochó su amiga.

-No, no...estuve esos dos días havciendo camino, y pude venir hasta unos pueblos cercanos. Luego volví transportándome otra vez, y el resto ya lo sabes.

-Sí, lo sé. Por cierto: ¡¡AU!! Pesas mucho, gorda-le dijo, riéndose.

-¡¡EH!!

                                                                           * * * * * *

En la Torre, quemada pero resistente, Lassha observaba el bosque hacia donde habían huido, en espera de nuevas órdenes. La Torre no había sufido grandes daños; sólo estaba más oscura que antes por el fuego. <<Es increíble>>, pensaba. <<¿Por qué me diría que las dejase escapar...? No tiene lógica>> Se sentó. Un repentino silbido precedió a la gran serpiente cornuda.

-¿Qué haces, Labiln?-le dijo a la serpiente-¿Acabaste ya con ellos?-la serpiente silbó afirmativamente.

-Bien.

La acarició con ternura, y Labiln se dejó hacer.

-¿Nuestra ama se ha vuelto loca, Labiln?No creo, pero...es extraño. ¿No lo crees?...

-Bssssssssssss...

-Ya. Aaaaah, qué cansancio...-sus ojos se volvieron azul ultramar. Miraba hacia lo lejos, hacia el Bosque Legris-Hummm...¿qué puede haber pensado...?

Los Misterios de AileDonde viven las historias. Descúbrelo ahora