Besos con sabor a palomitas

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Los paseos diarios en su motocicleta siempre al salir de la preparatoria ya no parecian sorprendentes como el primero. Al poco tiempo me vi acostumbrada a rodear su torso con mis brazos y a salir corriendo del insipido edificio directo hacia el y besarlo con tanta fuerza que juro que ignoraba varios abucheos o carraspeos de los estudiantes que pasaban junto a nosotros.
En esos momentos no importaba, no se que era lo que me hacia perder la cordura y la timidez con el, todo era demasiado natural y sencillo y yo solo me dejaba llevar.
Casi siempre nos limitabamos a besarnos en algun lugar apartado o a dar vueltas sin rumbo fijo asi que cuando me propuso una ida al cine no me opuse.
- ¿Que pelicula deseas ver? - me pregunto mientras miraba la cartelera inspeccionando las peliculas.
- Una de terror - respondi . El me miro divertido.
- interesante eleccion - dijo.
- Que tiene de malo?
- nada, solo crei que escogerias una de amor y esas cosas.
Hice un mohin.
- amm no, la verdad es que odio esas peliculas, siempre acaban igual y la verdad es que las relaciones no son asi.
El alzo la ceja divertido.
- así como?
- ya sabes ,las personas en realidad no dejarían todo por alguien ni harían cosas estúpidas.
- tal vez es por que nadie las ha hecho por ti.
Me removi incomoda y empecé a hablar de cualquier otra cosa.
No sabia qué tiempo después tendría que tragarme mis palabras.

- Roberto nos estará esperando en Cuernavaca, ahí me dará el maletín con en dinero y los pasaportes para largarnos.
Su voz me devolvió a la realidad y yo mire por mi ventana mi reflejo en el espejo lateral lleno de ojeras y cansancio.
-pasaportes? - pregunté, eso significaba qué nos iríamos realmente lejos.
- si. Ya habíamos hablado de esto- dijo.
Y yo me mordi la lengua para no gritar.
"No, tu lo hiciste"

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