- Traje mi pasaporte - susurré aun mirando hacia la carretera.
- No lo vas a ocupar- Dijo tajante y mi corazón se aceleró pensando que tal vez no tendríamos qué irnos tan lejos o por tanto tiempo.- Ocuparas otro nombre y otra identidad. Y por supuesto otro pasaporte.
Aparte mi mirada de la carretera y la dirigí a el.
- No nos iremos por mucho tiempo... Verdad?- pregunte albergando la esperanza de que me dijera que no, qué nos iríamos por un mes en lo que todo se tranquilizaba y entonces podríamos volver.
-Nos iremos el tiempo que sea necesario - respondió.- o Por lo menos solo hasta asegurarme de que tu estarás a salvo te mantendré a mi lado, una vez que dejes de estar en peligro puedes volver y dejarme si lo deseas.
Intente comprender pero lo único que entendía era que el quería qué lo dejara. Se quería deshacer de mi.
Cierto era que no quería irme , pero la idea de volver sin el se me antojaba tan poco como masticar ajo y cebolla juntos.
Intenté reprimir el llanto y pensar como una persona madura, dejarlo seria mi mejor opción.
Todo el trayecto hasta el motel no intentamos charlar y no tenia ganas de fingir que esto era una nueva aventura y ser positiva.
Ambos nos cambiamos. El quedo en boxer y yo en ropa interior así como lo acostumbrabamos. Y nos dejamos caer en la cama .
Sentí la opresión en mi espalda y la pesadez del día que habíamos pasado en cuanto me deje caer sobre el colchón.
- Tienes hambre?- me pregunto sin mirarme con su brazo sobre los ojos , estaba exhausto.
Mi estomago hizo un sonido en respuesta, ni siquiera me había acordado de comer.
Joshua se incorporó y volvió a vestirse.
-Conseguiré algo para que cenemos.- dijo y sin mas se fue.
Luego de unos treinta minutos, casi estaba por cerrar los ojos, cuando llego cargando un par de bolsas de los cuales saco refrescos y un par de cajas de polietileno.
-Hamburguesas- anunció.
No eran mis favoritas pero supongo que de eso a nada mi estomago estaría agradecido.
-Gracias - dije en voz baja pero el no pareció oírme.
Tomé la mía y le di el primer bocado y luche arduamente por engullirlo.
Cuando levante la vista Joshua me miraba.
- Que pasa?- pregunté.
El negó con la cabeza. Se levanto y se paro frente a mí , que estaba en una orilla de la cama.
Apartó de mis manos la comida y comenzó a besarme. Primero lento y después comenzó a aumentar el ritmo.
Sus manos bajaron por mi rostro hasta mi sujetador y acamparon ahí. Me lo desabrochó y comenzó a besar mis pezones y luego les daba ligeros mordiscos.
Ahoge un grito de placer cuando una de sus manos bajo hasta mis bragas apartandolas con los dedos y masajeando mi clitoris.
Podía sentir la presión dentro de mi deseándolo y añorándolo.
-Joshua- susurre mientras me mordía el labio.
Eso pareció excitarlo mas y poco a poco metió los dedos en mi humedad.
-Quiero meterte la- dijo mientras me besaba el cuello.
Ahogue otro grito mientras el sacaba y metía los dedos una y otra vez.
- mete me la - dije entre jadeos casi suplicante - mete me la Joshua- implore.
Me abrió mas las piernas y me penetró despacio y luego mas furiosamente con cada embestida. Sentía su coraje y excitación cada vez que jadeaba.
- Me fascina hacertelo - dijo gruñendo - estas tan rica.
Escuchando lo que me decía cada vez me excitaba más.
-Dime que soy tuya- jadee.
El me tomó del cuello mientras me embestía.
-Eres mía, solo mía.- dijo y le rasguñé la espalda.
Mis uñas se clavaban y para mi no parecía ser suficiente a pesar de tenerlo tan dentro mio.
- Dime qué te gusta, dimelo- gruño.
- Me encanta, me encanta,amo como me lo haces, me encanta que me la metas. - jadee y me sonroje - la tienes tan grande y te siento tan adentro.
Gruño de excitación y aumento el ritmo a punto de venirse, mientras yo sentía que poco a poco estaba por terminar.
Se vino sobre mi vientre y me miró jadeando.
- si fuera por mi te la metería toda la noche- dijo aun entre jadeos mientras yo trataba de acompasar mi respiración.
Cerré los ojos y sonreí satisfecha deseando que hubiera mas noches así , donde pudieramos olvidar el por que huiamos.
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Hojas de marihuana
RomantikMabel es una chica con una vida completamente normal. hasta que se ve cautivada por la personalidad arrolladora de Joshua Ruvalcaba , hijo de uno de los comandantes de narcotrafico mas famoso en la ciudad de Monterrey.