Flores curativas

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-El cargamento llegará mañana .- decía Joshua por teléfono.
Llevaba más de una hora hablando y yo no lograba entender de qué hablaba o que podía ser tan importante como para dejarme cenando SOLA.
Cuando finalmente terminó de hablar yo ya engullía los ravioles como si de lejía se tratara. Se atoraban en mi garganta y luchaba enormemente por no escupirlos y maldecir a quien fuera.
- Lo siento nena, ya sabes que manejó el negocio familiar. - se disculpó.
- ¿Tus padres son comerciantes o algo así?- pregunté.
En aquel entonces era bastante ingenua e inocente.
La pregunta lo saco de base por qué casi se atraganta con la bebida.
- Si , se podría decir que mi padre es comerciante.- respondió con lentitud como temiendo una segunda pregunta.- ¿Por qué lo preguntas?
- Oh , solo por qué escuche sin querer lo del "cargamento". - respondí.
Luego de un largo silencio y de tener la pregunta colgando por largo rato en la punta de la lengua por fin me atreví a formularla.
- ¿Y qué clase de cosas vende?- pregunté.
Su respuesta fue ensayada y concisa.
Lenta y tajante .
- Flores curativas y algunos otros productos.
La respuesta no me convenció. ¿Si eran comerciantes naturistas por qué necesitaban tanta seguridad ? Como ya lo dije en ese tiempo era bastante ingenua y bastante tonta.
Por fortuna ya no era la misma, Joshua hacía eso con la nariz cada vez que mentía, y si , sucedía a menudo cada vez que me decía que íbamos a tal lugar a "divertirnos" para tratar de aligerar la huida.
Mostramos los pasaportes y la papelería correspondiente . El oficial nos miro y pregunto por qué deseábamos entrar a España .
Joshua sonrió y con camaradería le dijo "Estamos de luna de miel, recién casados"
Su sonrisa orgullosa me hizo sentir mariposas en el estomago hasta que recordé que todo era una farsa y que solo estábamos huyendo y esbocé una sonrisa forzada.
El guardia nos dejó pasar y abordamos el avión.
Me acomode en mi asiento junto a la ventana tratando de no dejar que los recuerdos me asaltaran.
¿Qué había sido de mi familia? Llevábamos tres meses ya huyendo. ¿Mi hermano se vería un poco más alto? ¿Mamá y Papá se verían más viejos? ¿Me recordarían?
Claro que me recordaban , era su hija.
Esperaba no haber hecho sufrir demasiado a Mamá , o que no me extrañaran en lo absoluto.
La última vez que hablé con ellos fue al día siguiente de haber huido.
Yo me encontraba incontrolable y Joshua me permitió llamarles solo para tranquilizarlos.
<< Mi niña, ¿Estás bien? ¿Ya has comido algo? ¿Dónde estás ? ¿Por qué te fuiste? Por favor vuelve a casa mi bebe >>
Luche con todas mis fuerzas de no romper a llorar y convencerle de que había sido mi decisión.  De que era lo que yo quería.

Sé que no lo creyó . 

Sé que no se tragó una sola de mis mentiras por qué yo no era así y huir no era propio de mí.

Me despedí de ellos y nunca más volví a marcarles.
Algún día todo cambiaría y podría volver.

Pero mientras tanto me disponia a abordar un avion , hacia una vida que no era la mia.

Hojas de marihuanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora