Estaba cursando el tercer semestre en la preparatoria, soy una chica normal. Y por normal quiero decir que nadie me nota, tengo una mejor amiga y su nombre es Sarahi ella es todo lo contrario a mi con su personalidad arrolladora y cautivante que hace que me vuelva invisible en toda clase de reuniones o al caminar por los pasillos.
- No puedo creer que el idiota del profesor de sociales nos pida todas las actividades de la unidad para mañana. Tenemos vida. - dice exasperada mientras revisa la lista de actividades que debería tener comparándola con su libreta- genial me faltan cinco.
Me detengo en medio del pasillo y la miro desconcertada.
- ¿ Que no son cinco?
- Ahora entiendes mi problema - responde y yo niego con la cabeza.
Mientras de que ella es alta y con curvas yo soy mas de la clase de chica que podría ser comparada con un hobbit.
Pienso en ella mientras miro por la carretera.
Joshua me mira de reojo y me pregunta si me sucede algo a lo que yo respondo que no.
¿ como lo conocí? Bueno, eso fue gracias a Sarahi.
- Esta noche hay una fiesta en casa de Jorge y no tengo que ponerme. - dijo mientras echaba su cabello hacia atrás igual que cuando tenia la pizarra llena de problemas de calculo.
- Creí que tenías tarea. - dije concentrandome en mi libreta de física.
- la tarea puede esperar - dice con suficiencia - tu iras conmigo ¿verdad?
Me preparo para decirle que no pero ella no me deja terminar.
- ni se te ocurra decir que no, pasare por ti e iremos , da igual que no quieras o que tengas tarea. Tienes 17 años y cuando menos lo esperes tendrás 25 y no podrás divertirte.
- ¿Por que no podré?
Ella me miro exasperada.
- por que serás vieja, obvio.
Sabia que no había manera de que me escapara de ir pues ya lo había intentado anteriormente así que me deje llevar.
El olor a alcohol entró por mi nariz mezclado con el del cigarro. La música me aturdió y estuve a punto de regresar por la puerta e irme pero ella me tomo de la muñeca y me jalo hacia adentro.
Tome una cerveza y di unos cuantos sorbos, solo para relajarme. No era muy adicta a a la bebida pero en situaciones como aquellas necesitaba algo que me hiciera soportar aquellas fiestas.
Sarahi se desapareció a platicar con otras personas y yo me acerque a donde todos estaban bailando. Mi cuerpo empezó a moverse al ritmo de la música y deje de prestar atención a mi alrededor.
No me importaba encontrarme sola en medio de la pista por que la verdad es que nadie te nota cuando bailas sola salvo aquellos que no están bailando pero ellos estaban muy ocupados creyéndose pulpos contra las paredes de la sala, manos por aquí manos por allá.
Unas manos en mi cintura me sorprendieron pero no hice esfuerzo por moverme.
Entonces me giró hacia el y mis ojos se posaron en los suyos sin parar de bailar, sus manos me apretaban más contra su cuerpo y no me opuse a ello.
Era alto y aperlado con musculatura notable bajo su camisa azul marino. Llevaba una gorra tipo yankee de color negro y su rostro parecía perfecto. Sonreí.
- Soy joshua - susurró en mi oído.
Suspiré y sonreí.
- Soy Mabel. - dije aun moviéndome al ritmo de la música.
- Mabel - repitió y la forma en que mi nombre salió de sus labios me Cautivó.
Bajó sus ojos a mis labios y sentí escalofríos , como cuando estas en un lugar cálido y luego sales al aire frío de la calle.
De pronto fui consciente de sus labios sobre los míos y la velocidad cadencionsa con la que me besaba, saboreando mis besos mientras yo hacia lo mismo con sus labios.
Mi corazón dio un vuelco cuando se apartó de mi y lo miré desconcertada. ¿Por que había parado?
No sabía como ni por que razón esto se sentía como si estuviera bien y por lo tanto no perdía tiempo haciendo preguntas, yo simplemente quería seguir besandolo.
Miro de reojo hacia él, que mantiene la mirada fija en el camino. Todo de el sigue siendo igual , el mismo gesto de seguridad en su forma de hablar y caminar y la misma forma sobreprotectora con la que me mira en publico.
Es como si nada ni nadie pudiera dañarme estando a su lado , nadie excepto el .
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Hojas de marihuana
Roman d'amourMabel es una chica con una vida completamente normal. hasta que se ve cautivada por la personalidad arrolladora de Joshua Ruvalcaba , hijo de uno de los comandantes de narcotrafico mas famoso en la ciudad de Monterrey.