A Turn of the earth

Capitulo 9

23 de octubre de 2004

            La casa está en silencio y en silencio cuando Dean se despierta. Por un momento, permanece tumbado boca abajo en la cama, observando las suaves barras de luz anaranjadas que se mueven lentamente sobre el suelo de madera. Probablemente sean las 5 de la mañana o antes, pero se siente demasiado inquieto para volver a dormirse. Golpea los dedos de los pies contra el colchón antes de gemir y levantarse, con los pisos de madera helados bajo sus pies descalzos.

            Se dirige a la cocina, el único sonido en la casa es el suave susurro de sus pantalones deportivos sobre el piso de madera, y es extraño para él estar en una casa bastante agradable con los residuos de la familia de otra persona, la vida de otra persona. La casa, una cabaña en el lago cerca de Branson, pertenece al antiguo compañero militar de su padre, quien había dejado que Dean se quedara generosamente bajo la impresión de que era un viaje de posgrado con su padre. Por supuesto, en realidad, hay matanzas de animales extrañas en las áreas boscosas alrededor de las partes (cuando no hay matanzas de animales extrañas), pero el amigo de su padre no sabe nada al respecto.

            Dean echa el café molido en el filtro y hace clic en la máquina, apoyando las manos en la encimera para mirar adormilado la luz del sol que se filtra entre los árboles. Es hermoso aquí afuera, piensa, un lugar en medio de la nada con solo árboles, un lago artificial y una pequeña carretera que se extiende por kilómetros. Se entretiene por solo un segundo en cómo sería estar en una familia propietaria de este tipo de cosas como una casa de vacaciones, como una vida de escapada. Sería bueno tener un lugar sólido al que correr cuando estás huyendo.

            Dean sirve café en una taza negra y camina por la cocina antes de abrir la puerta de vidrio que conduce al porche delantero. El otoño acaba de empezar a hacer frío y él está empezando a sentir el frío en las articulaciones, como siempre que el invierno está a la vuelta de la esquina.

            Dean toma un largo sorbo de café y respira silenciosamente el sabor terroso de las hojas sobre la tierra húmeda y el suave sabor del humo en el aire, como si un fuego ardiese en algún lugar cercano. Hace suficiente frío como para que le hormigueen los dedos de los pies, pero a Dean no le importa; es raro, muy raro cuando hay suficiente silencio como para poder oírse a sí mismo pensar.

            Ahora se siente solo todo el tiempo. Nunca lo admitiría en voz alta, apenas puede admitirlo ante sí mismo, pero extraña la sensación de compartir la cama con alguien, la seguridad somnolienta de los abrazos, los besos matutinos, las caricias y el sexo que significa algo.

            Extraña a Sam, extraña a su padre y extraña a Cas, pero extrañar a Cas es diferente, de alguna manera. Tiene el consuelo de saber que podría conducir hasta Sam y encontrar a su padre, si realmente lo necesitara; podría llamar a cualquiera de ellos solo para saludarlos y respirar tranquilo sabiendo que están vivos. Con Cas, es más difícil; duele más profundamente. No hay evidencia tangible de que vaya a regresar, de que tenga raíces en la vida de Dean, como si Dean extrañara a alguien sin ningún asidero al que aferrarse. Como si le faltara un recuerdo o un sueño.

            Dean exhala lentamente y la calidez de su aliento a café agita el aire formando una nube apenas visible. Cierra los ojos y escucha el suave susurro del viento que arrastra los árboles cada vez más escasos, el suave crujido de la cubierta bajo su peso cambiante, el crujido ocasional de las patas de un animal al crujir las hojas caídas.

            Hay un cambio antinatural en la atmósfera a su alrededor, como si el aire se tensara, y luego un crujido audible directamente a su lado, un pulso de calidez. Dean mantiene los ojos cerrados, tratando de mantener la respiración tranquila.