┃Ꮶ𝚊𝚕𝚊┃
Me terminó el cuarto de helado mientras miraba una película, estaba tirada en el sillón, tapada con cincuentas frazadas.
Agarré el celular para ver si mi novio me había contestado los quinientos mensajes que le había mandado, pero nada. Va "novio" tendría que desacostumbrarme a decirle así, terminamos hace una semana.
Empecé a ver nuestras fotos juntos, no podía creer, no caía en que todo se había acabado. Si bien mi relación amorosa con Matías fue bastante difícil, yo lo ame cómo nunca había amado a alguien, lo acepte con todos sus defectos, ame cada uno de ellos.
Salgo de mis pensamientos cuándo siento que la puerta de casa se abre, prenden las luces y yo cerré los ojos, estaba mi hermano con sus amigos.
— hay tremendo día afuera y está todo cerrado acá. —se queja Alan abriendo las ventanas, cortinas, todo.
Ahora veo bien quiénes estaban, Zeballos, Equi, Langoni, Vázquez y Valentín.
— estaba mirando una película. —le digo sentandome en el sillón.
— ¿Qué tan mal tenés que estar para mirar yo antes de ti? —pregunta Luisito tirándose al lado mío.—, Hola Kalita, ¿Todo bien? —me da un beso en la cabeza.
— ¿Sabías que el de silla de rueda se muere? —dice Zeballos sentandose en el otro sillón.
— ¿Cómo que se muere? —habla Langoni.—, Con razón, por algo está en silla de ruedas.
— permiso. —me levanté agarrando mis frazadas.—, Me voy a dormir.
— ¿Por qué no salís? —me pregunta Alan.—, Hace una semana estás encerrada, Juana y Lía me preguntaron cómo estaban.
— ¿Por qué te hablas con Juana? —cuestiona Langoni.
Los miré por última vez y fui hasta mi habitación, en el camino me cruce con Equi quién estaba peleando con la puerta del baño.
— tenés que tirarla hacía adelante y de ahí le haces fuerza para abrirla. —le explico riendo un poco.
— mejor, y gracias porque me meo y no aguantó más. —ríe pero me quedo mirando durante unos segundos.—, ¿Todo bien?
— bien. —asentí.
— Alan nos comentó que tu novio se fue a jugar a Atlanta ¿Puede ser? —trata de sacarme tema, pero a mí se me cambia la cara.
— ex novio. —corregí agachando la cabeza.
— eso no nos comento. —niega rascándose la nuca.
— pasa que no sabe, capaz que el fondo sigo esperando.
— ¿Pensás que pueden llegar a volver y por eso no le decís nada?
— claro, aunque tampoco me habla, dijo que a distancia no íbamos a funcionar. —hice hombritos.—, Pero bueno, me voy a dormir.
Le dediqué una sonrisa y me metí a mi habitación, me tiré a la cama y no hice más que mirar el chat de Matías una y otra vez, lo ví en línea, pero no duró mucho, se desconecto a los segundos y ni siquiera vió mis mensajes.