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┃𝚔𝚊𝚕𝚊┃

salgo del gimnasio recién, recién. quise empezar algo para distraerme y me metí al gimnasio, y de paso me pongo más buena. o eso espero.

estaba toda sudada y horrible, tenía una calza y un top deportivo, una colita mal hecha y listo. así me quede esperando a Alan afuera del lugar mientras usaba el celular, hacía calor encima.

un auto sé estaciono enfrente mio, levanté mi mirada y veo que es mi hermano, pero no venia solo, la puta madre.

— ¡¿qué la miras la colcha de tu madre!? —sale por la ventana Alan, le decía a un auto que pasaba.

— bueno. —suspire y me desate el pelo disimuladamente para subirme al auto.

al primero que veo cuando entro es a Langoni, quién me sonríe, adelante iban Equi y mi hermano.

– ¡hola kalita! —me abraza Langoni.

— hola lango. —sonreí y después miré para adelante.—, ¿todo bien?

— todo bien. —asiente Equi mirando por el espejito, cruzamos miradas.

— ¿qué les pasa a todos que te miran hoy? que puta bronca. —dice Alan empezando a manejar.—, ponete mi campera, que tenemos que pasar a comprar.

— hace calor Alan. —lo mire suspirando.—, aparte quiero ir a casa yo, ahora quiero dormir.

— ¿cómo dormir? no te podes ir a encerrar ahora. —me dice Lango.

suspire y agarre el celular en el viaje hasta casa. aunque bueno, los chicos hicieron una parada en un supermercado, bajaron solamente Langoni y Alan. Ezequiel y yo nos quedamos en el auto, estábamos en silencio.

él usaba el celular, estaba mirando videos y se reía solo, yo solamente miraba para la ventana, a las personas que pasaban, me levante temprano para ir a correr, volví, me bañe, hice otras cosas y después fui al gimnasio, estaba matada, necesitaba dormir. aunque también me gustaba la rutina que estaba armando, pensaba menos.

— no te me vas a quedar dormida. —se ríe mirándome.

— estoy muy cansada. —me apoye en el asiento, quedando frente a él.—, ¿vos qué onda hoy?

— nada, me junte con los chicos nomas. —hace hombritos mirándome.—, que lindo te queda ese conjunto deportivo.

— igual que a vos el conjunto de boca. —me rió mirándolo a los ojos.

Equi suelta una risita negando con la cabeza, no podía evitar no mirarle esos labios gruesos que tenía.

— ¿qué pinta hoy a la noche? alan me comento que salía a cenar con Iara. —me pregunta sonriendo.

— no estaba enterada, osea que me quedo sola. —suspiré.

— por esa razón te estoy diciendo que pinta. —me habla obvio.

— ¿nos juntamos a tomar algo? —propone.—, si no querés salir, podemos ir a casa.

— no, si, vayamos a tomar algo. —sonreí.—, me re pinta con vos.

𝗖𝗼𝗿𝗮𝘇𝗼́𝗻 𝗥𝗼𝘁𝗼| ᵉᵠᵘⁱ ᶠᵉʳⁿᵃⁿᵈᵉᶻDonde viven las historias. Descúbrelo ahora