7. El mensaje

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Cuando vio a Min-hyeong en la hora del cambio de turno, quedó de enviarle un mensaje. Quedó de explicarle lo que Min-seok le había revelado la noche anterior; no la parte donde confesó que le gustaba su compañero, no, no, eso se lo llevaría a la tumba, pues siente que el omega lo mataría si siquiera pensara en decirle a otra alma. Cree que entre más bajo el omega, más peligroso, y puede asegurar que Min-seok no es la excepción.

No, quedó de explicarle la poca información que tenía del "incidente". Rara vez hablaba con sus compañeros fuera de horario de trabajo, más allá de una que otra partida rápida con el otro alfa, pero siente que esta no es una conversación que puedan tener en terreno enemigo, y por lo que ha escuchado, toda esa empresa está en su contra. Una pena, aunque son los que firman el cheque a final de mes, a ellos no los contrataron para proteger a una agencia de tercera, ellos están ahí por el omega, y por nadie más, y si eso incluía cuidarlo incluso de sus agentes, pues que así sea.

Min-seok era un rayito de sol. Una fuente inagotable de energía y carisma. En el primer día, él y Hyeon-jun conectaron de inmediato, era como tener un hermano pequeño. Alguien con su personalidad tan amigable, cree que le sería imposible no entablar amistades donde sea que fuera. Tenían gustos parecidos y disfrutaban de las bromas, no le sorprende que se hicieran cercanos, aunque últimamente sentía que coleccionaba omegas.

Hablando de eso.

Cuando abrió la puerta de su departamento, un humilde estudio de una sola habitación que había podido costearse en una zona económica y segura de Seúl, se percató inmediatamente de un aroma dulce que inundaba su hogar.

Hyeon-jun siempre lo asemejaba a un carnaval en la playa, como palomitas y algodón de azúcar, con un matiz fresco como el océano. Olía a omega en celo. Conocía ese aroma como la palma de su mano.

Hace poco más de un año tomó un pequeño trabajo de una sola ocasión, donde escoltó a miembros de un equipo de esports en su división de academia durante un showmatch para el inicio de temporada. Su trabajo era solo cuidar al equipo durante los traslados, impedir que los fans se subieran al escenario y evitar disturbios, sencillo.

Nunca se imaginó conocer a Choi Woo-je.

El carrilero superior se veía tan pequeño, tímido, a pesar de ser casi del mismo tamaño que el guardaespaldas. Era su primer torneo frente a tanta gente. Recuerda acompañarlo desde la camioneta de su equipo a los bastidores y verlo caminar con su cuerpo rígido, tratando de calentar sus manos frías de nervios. Sus pies casi tropezaban entre ellos mismos. Se suponía que ese día sería su debut, con apenas dieciséis años, y aún usando su antiguo apodo, previo a ser conocido como Zeus.

Hyeon-jun no pudo evitar echarle un ojo más que a sus compañeros. Se le veía más ansioso, al borde de un ataque de pánico. Cuando estaba de guardia, a su lado, caminando entre los fanáticos, su cuerpo se movía por inercia, ofreciendo su compañía, esperando que esta fuera reconfortante.

Cuando se encontraban tras bambalinas le trajo una botella de agua y un calentador para sus manos. Quien diría que ese sería el comienzo de su amistad.

En su cama, anidando entre sus sábanas y cobertor, usando la camisa de trabajo del alfa del día anterior como pijama, se encontraba descansando el omega. Hace meses le había pasado un juego de llaves para que pudiera venir cuando quisiera, su departamento se encontraba vacío la mayor parte del tiempo con él trabajando así que no le molestaba. A veces llegar a casa y tener a alguien esperándolo se sentía bien. Y podía ofrecerle un lugar seguro para escapar durante su celo, era un beneficio mutuo.

Se sentó sobre su cama, en el pequeño espacio que le dejaba el cuerpo de Woo-je, quizá debería invertir en un sofá o un futón para cuando venga. Con lo frecuente que es encontrar al omega durmiendo en su habitación, en su pequeña cama de una plaza, no estaría mal. De por sí ya compra el cereal de la marca que le gusta, su cepillo de dientes en el baño junto al suyo, parte de su closet ahora tiene ropa del omega, aunque éste insista en robarle la suya. Si, podría ser una buena inversión.

El Guardaespaldas (GuRia, ABO, R18+)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora