Hablar con su jefe siempre le ha causado ansiedad.
El tipo era un viejo simpático, la clase que sabes a leguas que es un padre estricto pero justo. Ex-militar, alfa, músculos notables aún con su panza. Siempre que necesita hablar con él se siente un niño nuevamente, como cuando iba con su propio padre a pedir permiso para salir a jugar con sus amigos.Y esta no es la excepción.
El teléfono suena, una, dos, tres veces, y contesta.
— ¿Aló? ¿Min-hyeong? — Su voz gruesa y fuerte se escucha en el altavoz, por su tono, no parece enojado ni nada, quizá todavía no ha llegado a sus oídos lo que pasó esta mañana.
— H-hola, buenas tardes, Beom Seok Nim. Este... si, soy yo, Min-hyeong — intenta no sentir nervios, quitar el parche rápida y efectivamente, no alargar más el sufrimiento — Yo, eh, pasó algo...
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Su jefe lo escucha atento, apenas hace ruidos para dejarle saber que sigue en línea, lo deja hablar y hablar, dar explicaciones que ni él siente sean coherentes. Le informa sobre lo que está pasando en Twitter, que desconoce si se está esparciendo a otras plataformas pero que no lo duda, le cuenta exactamente qué pasó, pues siente que ocultarle información sólo podría empeorar la situación. Deja de lado sus sentimientos sobre el tema, sobre el omega, su carga, sobre cómo se sintió tenerlo tan cerca en sus brazos; se concentra en la pura y lógica verdad de los hechos.
— Ok, entonces, para recapitular, hoy a las afueras de estudio de televisión, tomaron fotos y videos de tu carga, que fuera de contexto se podrían malinterpretar y ahora se han vuelto virales ¿Correcto? — Su voz suena pausada, cree que debe estar anotando su declaración, el sonido de lápiz sobre papel al otro lado de la línea, para que si el asunto llega a mayores ambos estén en la misma página.
— Si, señor, correcto. — Está nervioso, la línea se queda en silencio unos segundos que se sienten como años mientras espera el veredicto.
— Está bien, por cómo lo explicas suena a que estabas haciendo tu trabajo, y simplemente... cosas pasaron, ¿No? — Se escucha tranquilo, como si al analizar la situación no le encontrara el mismo peso que él — No he visto las fotos, pero si todo es tal cual me lo describes, no veo que haya problema.
— Ah, muchas gracias, señor — Un suspiro se le escapa, siente que finalmente puede comenzar a relajarse. Volver a respirar.
— Aunque no celebremos todavía, ¿eh?, aún hay que esperar a ver que dicen desde la agencia de Min-seok. — Ah, no debió cantar victoria, quizá las personas que más tienen que perder aquí son ellos: el equipo de Min-seok, dependerá completamente de ellos lo que pase con él. — Hasta entonces, te mantendré al tanto si dicen algo.
Por un lado, si creen que esto perjudica de alguna forma la imagen de Keria al público, lo más probable es que pidan que sea removido de su cargo, si realmente creen que esto trajo mala publicidad, quizá deba asumir disculpas de manera pública junto con su empresa; su jefe no estará particularmente feliz con eso, pero por cómo fue la llamada, no cree que lo vayan a despedir como tal, quizá no lo envien a trabajos muy públicos por un tiempo, lo tengan con cargas de bajo perfil o en trabajos más pequeños y a corto plazo.
En el peor de los casos, su paga se verá afectada por un tiempo significativo, quizá tenga que vivir de sus ahorros mientras lo tengan penalizado. Su departamento no es barato, es su mayor gasto mensual y probablemente lo único en lo que realmente ha invertido en su vida (junto a su computadora, pero duda que eso cuente como una inversión) Si todo sale mal, su vida se verá afectada, pero no de forma irremediable.
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El Guardaespaldas (GuRia, ABO, R18+)
RomansMin-hyeong es un alfa que trabaja como guardaespaldas para las estrellas y idols, cree tener una idea clara de el arquetipo de sus clientes, hasta que conoce a Ryu Min-seok, mejor conocido como Keria, un ex-actor infantil que debuta como K-pop Idol...