SOLSTICIO DE VERANO XVI

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Jeremy: Lo siento mucho, Ben. Siento haber estado tan esquivo contigo desde el jueves, pero tenía muchas cosas en la cabeza y no tenía ganas de estar con nadie.

Recibí ese mensaje de Jeremy por privado a los pocos minutos de su confirmación de asistencia en el grupo.

Ben: No pasa nada, pero sabes que puedes hablar conmigo de lo que sea, ¿verdad?

Jeremy: Sí, pero de esto no sé...

Ben: ¿Ya has olvidado la conversación que tuvimos en mi cama?

Jeremy: Créeme cuando te digo que no la olvido.

Ben: ¿Entonces?

Jeremy: El sábado te lo haré saber.

Jeremy: Por cierto, ¿puedo irme contigo en tu coche? Tengo que dejarle el mío a mi madre para ir al trabajo porque el motor del suyo se ha estropeado y tendrá que estar en el taller.

Ben: Claro, te recojo y llevamos a Cody. Ya lo vamos hablando estos días.

Jeremy: Gracias. Buenas noches, Benjamin.

Ben: Buenas noches, Jeremy.

Aquella semana pasó volando. Cada día había una discusión diferente en el grupo sobre qué comer, qué beber, qué música llevar, qué plan era mejor, etc. Me alegraba que todos estuvieran tan entusiasmados con mi cumpleaños, pero me tenían harto ya que al final todos decidían menos yo. Zac era el que manejaba casi todo. Maily hacía votaciones cada dos por tres sobre una cosa u otra. Connor sólo hablaba para quejarse, al igual que Pierre, porque no le iban a dar el día libre por el acuerdo que tenían con Jeremy. Alice y Rachel hablaban de un cantante con Lisa. No tenía nada que ver con las conversaciones de los demás, pero ellas iban a su rollo. Dan y Lucas no paraban de insistir en que no podía faltar bebida, y el bueno de Jeremy siempre les contestaba que no me agobiaran, que si querían algo que fueran ellos a comprarlo, que era mi cumpleaños y se suponía que era yo el que debía estar tranquilo y disfrutando. En aquellos momentos le adoraba con toda mi alma.

Mi relación con el rubio fue volviendo a la normalidad en esa semana. Seguía un poco distraído, pero para nada esquivo. En las clases siempre estaba atento y apenas me prestaba atención si no le hablaba de algo relacionado con las lecciones que dábamos. En los descansos, si podía evitar hablar conmigo a solas, lo hacía, y algunas noches le mandaba mensajes para hablar un rato con él, pero siempre me contestaba muy tarde, cuando yo ya dormía, o ni los leía, y al día siguiente, en clase, me daba la explicación de que llegaba tan cansado del trabajo que se acostaba directamente sin mirar el móvil. A mí me parecía bastante sospechoso, pero preferí no discutirle por no ser pesado y no molestarle. Quizás sólo eran imaginaciones mías y de verdad todo seguía igual que siempre.

El jueves llamé a mi tía Beth para explicarle lo de mi cumpleaños y pedirle el favor de que se ocuparan de Cody ese fin de semana. Ella aceptó sin ningún problema, al contrario, Will estaba tan aburrido que, al enterarse de la noticia de que Cody pasaría el fin de semana de nuevo con él, empezó a planear al detalle todo lo que harían. Mi tía me dijo que llamaría a la madre de Cody para detallarle todo lo que tenían planeado, a lo que yo me quedé mucho más tranquilo, excepto porque Will también quería pasar mi cumpleaños conmigo y tuve que prometerle que un día lo celebraría con él.

Llegó el viernes y quedé con Gary, Jasper y Zac para ir al supermercado a comprar la comida y bebida. Ellos aún estaban entrenando cuando salí con el coche de mi casa y decidí llamarlos para ver si les quedaba mucho.

Dime, Ben —contestó alguien al otro lado.

—¿Quién eres?

Zac, idiota.

SEASONS; Un Amor A Través De Las EstacionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora