Volteando al hetero [WooSan]

30

"Bebé"

La semana pasó bastante rápido, se convirtió en una rutina para todos, dedicándose a cuidar a San todo el tiempo. HongJoong y MinGi llegaban temprano por la mañana y se iba por las noches cuando terminaba el horario de visita. MinGi había conseguido trabajo como guardia de seguridad en un centro comercial, trabajaba el turno nocturno, quedándose libre para estar en el hospital el resto del día. WooYoung, prácticamente, se instaló en la habitación y no salía de allí, los mayores le traían comida, sin embargo, se notaba su delgadez en su rostro y, cuando subió sus brazos, estirándose, su camiseta se elevó un poco, dejando expuestas sus costillas.

San estaba preocupado, todos se veían cansados y agotados de vivir así. Se sentía culpable, como si fuera una carga para todos ellos, un bebé al qué debían cuidar. Ese día no aguantó más la situación y comenzó a llorar, delante de todos.

El primero en reaccionar fue WooYoung, quién estaba sentado frente a él. MinGi y HongJoong estaban distraídos mirando por la ventana y no notaron las silenciosas lágrimas del menor hasta que oyeron la voz de WooYoung.

— ¿San?, ¿qué pasa?, ¿te duele algo?, ¿llamo a la enfermera?— Habló rápidamente, hacercándose al rubio.

— ¿San?— HongJoong dirigió su mirada al nombrado y se preocupó al verlo así— ¿Qué pasa, cielo?, háblame...

San no respondía, tampoco emitía sonido al llorar. Su cabeza era un lío, quería que todos se fueran, quería estar solo y no ver más nadie. Sus brazos comenzaron a temblar, su respiración fue cada vez más de prisa, estaba a punto de tener un colapso.

— ¡MinGi, la enfermera!— Gritó WooYoung, seguido de tomar a San entre sus brazos, rodeándolo en un abrazo, sin ejercer mucha presión.

MinGi salió corriendo de la habitación, buscando ayuda. HongJoong se cubrió la boca con una mano, reprimiendo su llanto. Ver a San de este modo lo rompía.

— Sh...ya pasará, tranquilo, todo estará bien.— Eran las palabras que el moreno susurraba mientras acariciaba sus cabellos rubios. San seguía temblando, pero sus lágrimas habían parado gracias a esa dulce voz en su oído.

Pocos minutos pasaron para que MinGi llegara con la enfermera y un médico de turno. WooYoung estuvo a punto de separarse, sin embargo, San lo tenía sujeto fuerte.

— Sannie, el doctor quiere revisarte...— Susurró. El rubio negó con la cabeza, como si fuera un niño pequeño, y se aferró a él más fuerte.— Princesa, solo será un momento, ¿si?, luego volveré a abrazarte, lo prometo.— El rubio lo pensó unos segundos y soltó la camiseta del moreno.

WooYoung se quedó a su lado, dejando que el doctor revisara al menor. Dió orden a la enfermera para que cambiase los sueros mientras citaba a los familiares afuera.

— ¿Qué sucedió?— Habló HongJoong.

— No estoy seguro, pero que haya movido la cabeza para responder es un avance.— WooYoung sintió un leve cosquilleo en su pecho.— Su cuerpo está sanando bien, mañana le haremos otra placa para ver cómo evoluciona sus costillas. Enseguida enviaremos una enfermera para que revise sus heridas, pero se ven bien...

— Buenas tardes, ¿sucedió algo con el paciente?— Llegó el psicólogo del hospital a ver a San, sorprendiéndose de ver a sus familiares fuera.

— De la nada comenzó a temblar y llorar.— WooYoung suspiró luego de decir eso.

— Comprendo.