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"Pasitos de bebé"

— Con cuidado, San.— La enfermera, con ayuda de WooYoung, levantaron al rubio de la cama, dejando sus pies en el suelo.— ¿Cómo te sientes?— San no respondió, solo arrugó su nariz en señal de incomodidad.— Es normal, has estado en cama muchos días, tus piernas deben comenzar a moverse de a poco. Además, tu tobillo debe fortalecerse, ¿entendido?

Dejó que WooYoung lo sostuviera y caminó hasta traer un andador. Lo colocó frente a él y le ayudó a acomodarse allí.

— Nada de esforzarse mucho, ¿si? Si te cansas hazle una seña a WooYoung y él te traerá una silla. Empieza por el cuarto, si vas bien podrás salir al patio, ¿de acuerdo?

Otra vez, San no respondió, en cambio, WooYoung si lo hizo. La enfermera se quedó tranquila y dejó todo en manos del moreno.

— Muy bien, Sannie, a trabajar.

Dejó al rubio parado en el mismo lugar y caminó hasta el extremo de la habitación. No había mucha distancia y tenía la silla cerca por si debía correr a sostenerlo.

— ¿Puedes venir hacia mi?— Preguntó.

San hizo el amague de caminar pero su pierna parecía no querer responder. Además, la venda en su tobillo no ayudaba mucho a sus pensamientos, recordaba esa cosa metálica y le causaba escalofríos.

— San.

Subió la vista a WooYoung, quién estaba parado frente a él, con los brazos extendidos, esperando por él.

— Solo un poco, ¿si?, pasitos de bebé.

El rubio cerró los ojos, aspiró una gran cantidad de aire, la retuvo unos segundos y la expulsó rápidamente. Abrió los ojos, mirando fijamente a WooYoung, e intentó moverse.

Solo logró mover una de sus piernas, pero fue suficiente para que el moreno saltara en el lugar, celebrando su logro. San sonrió divertido. WooYoung a veces era algo especial.

— Vamos, princesa, otro pie.— Dijo sonriendo.

🎡🎡🎡🎡

— Buenos días...— Su voz sonaba ronca. Acababa de despertar en los brazos de su amigo, otra vez.

— ¿Dormiste bien?— El mayor asintió.— Iré a prepararte el desayuno así te vas al trabajo...— Susurró, pasando una de sus manos por el torso desnudo de su amante.

— No te preocupes, puedo...

— Nada de eso. De aquí, te irás con comida casera en el estómago. Fin del tema.— Dió un pequeño y corto beso en sus labios y se levantó de la cama.

— Se supone que yo mando aquí.

— Que tú seas el rey no significa que yo te haré caso en todo.— Le sacó la lengua, infantil.

— Eres todo un caso, Jeong.

— Y me amas igual.— Se retiró antes de que pudiera responderle, porque para Jeong, SeongHwa no lo amaba de la misma manera, entonces prefería evitar ese incómodo momento en donde su amante le diría que no lo veía de esa forma.

Volteando al hetero [WooSan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora