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"Verdad"

- WooYoung- ChanYeol se dió la vuelta, fallando en ocultar su sonrisa- No te esperaba por aquí, ¿Se te ofrece algo?

- ¿Qué es esto, San?- ignoró por completo al mayor de todos, mirando al pobre rubio que se encontraba en shock.

- ¿WooYoung no sabía de lo nuestro, cielo?- se colocó una mano en el pecho, fingiendo tristeza.

- ¡Háblame!- el moreno gritó, enfurecido.

- Pancito eso es mentira, créeme.- dijo acercándose a él- Él me beso, yo no lo hice, créeme.

- ¿Qué haces aquí?- trató de sonar duro, sin embargo, estaba a punto de llorar y eso era una herida muy grande a su orgullo masculino.

- Trabajaba aquí...- dijo en un susurro. WooYoung jaló sus cabellos, respirando hondo.

- Habiendo tantos lugares en el mundo, ¡¿Justo aquí?!

- No le grites, WooYoung.- Intervino el mayor.

- ¡¡Cállese!!- de no ser por San, que le sostuvo la mano, lo habría golpeado.

- WooYoung volvamos a casa...- dijo llorando.

- Yo iré a casa, tu no vendrás conmigo.- se zafó de su agarre y salió molesto de ahí.

El rubio, entre lágrimas, intentó detenerlo, pero WooYoung fue más rápido y salió del lugar. Quiso perseguirlo pero una fuerte mano en su cintura lo detuvo.

WooYoung corrió por el parque hasta detenerse en un árbol, sin aliento. Se apoyó allí, secando sus lágrimas con un brazo, mientras, con el otro buscaba su celular. Buscó entre sus contactos el número de Lay, pero al momento de escuchar la voz del chino quedó en silencio.

"- ¿WooYoung?, ¿hola?". La voz de WooYoung había quedado atrapada en su garganta. Al escuchar al vendedor, su mente lo llevó a la imagen de San llorando, pidiéndole que dejara esa cosa. Y él obedeció.

Al no tener respuesta de parte del nombrado, el chino colgó. Se sintió tan patético. San lo engañó y él seguía pensándolo. Era idiota.

Siguió caminando lentamente, cruzando calles que no conocía, pensando en su infancia, su adolescencia y su adultez. En todas había infelicidad salvo en el momento en que se reencontró con San.

"Debí escucharlo..." pensó.

Se detuvo a mirar dónde estaba, notando que faltaban pocas calles para llegar a la casa del rubio. Comenzó a caminar en la oscuridad, hasta la casa. Se encontró HongJoog en la entrada, con cara de pocos amigos.

- ¡Ahí estás!, le marqué a San más de cien veces y no contesta. ¡¿Por qué dejan la casa sola?!, ¡se supone que no debes salir!, ¡uish!- WooYoung sacó la llave de su bolsillo y abrió la puerta. La casa estaba oscura y silenciosa. Ambos entraron, cerrando la puerta detrás, extrañados.

- ¿San?- El primero en hablar fue HongJoog.

WooYoung subió a los dormitorios pero no había nada, ni un rato del rubio.

- ¡San!

Revisaron todas las habitaciones de la casa, incluído el baño y la cocina, pero nada. San no estaba allí.

Volteando al hetero [WooSan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora