"Ayuda"
Una semana había pasado desde aquel día. Una semana en la cual WooYoung no había salido de su habitación, más de dos veces para comer un par de galletas y no morir de hambre. Aunque con algo de esfuerzo lograba comerlas.
¿La razón? Simple. Ese día que subió por su celular, no esperaba encontrarse al rubio desnudo frente al espejo. Vió todo su cuerpo. Su hermoso y perfecto cuerpo. Y eso lo asustaba. Porque le había gustado.
Mentiría si dijera que no tuvo más de una erección pensando en la piel blanca, o su firme y redondeado trasero, o su pequeña y estrecha cintura.
"¡Ya basta!" Se repetía una y otra vez. Apretaba con fuerza sus frazadas, buscando eliminar esos pensamientos pecaminosos.
Se sentía solo. Nadie había ido a verlo esa semana. Ni siquiera tenía su celular. Su madre ni siquiera se preocupó en verificar si seguía respirando. Aunque mucho no le molestaba. Bueno... quizás solo un poco pero jamás lo admitiría.
Necesitaba relajarse, dormir un poco. Estaba muy cansado física y mentalmente. Con algo de esfuerzo se cambió de ropa (ya que no se molestó en cambiarla todos esos días), buscó algo de dinero y salió en busca de su fiel amigo. Ese que jamás lo traicionaria ni lo abandonaría.
— ¿WooYoung? ¿Seguías aquí?— Ok, escuchar a su madre decir eso provocó una punzada en su pecho. Un gusto amargo se instaló en su boca.
"Tan poco le importo..."
— ¡WooYoung!
— No te preocupes, me iré pronto— salió azotando la puerta con fuerza.
Camino varias calles hasta encontrar la plaza dónde sabía encontrarse al chino. Como no le pudo avisar, se quedó esperando a que milagrosamente apareciera por algún otro pedido. Y realmente fue así.
— ¡WooYoung! ¿Me escribiste?— preguntó confundido al verlo ahí.
— No, no tengo teléfono en este momento. ¿Te queda para mí?
— Siempre salgo con algo extra— sonrió de lado.
En un movimiento rápido, la pequeña bolsita blanca ya se encontraba en su bolsillo. WooYoung sonrió feliz. Colocó una buena cantidad de dinero en el bolsillo contrario.
— Un gusto hacer negocios.
— Lo mismo.
Siguió caminando varias calles, esta vez buscando un callejón oscuro para poder consumir tranquilo. Su madre había prohibido las drogas en su casa, y SeongHwa y YunHo no sabían acerca de eso.
Cuando lo encontró, se dispuso a sacar el paquete pero alguien lo tomó de los hombros, volteandolo.
— ¡¿Qué mierda haces?!
🎡🎡🎡🎡
San estaba preocupado, había pasado una semana sin tener noticias de su pancito. Preguntó muchas veces a SeongHwa y YunHo pero ninguno sabía nada sobre él. Pensó que SeongHwa iría a buscarlo pero el mayor solo le respondió "WooYoung es así, pronto volverá". Pero algo dentro de él le decía que WooYoung no estaba bien.
Ese día en su casa escuchó a WooYoung gritar, se vistió rápidamente la bata y bajó a ver qué sucedía. Pero no encontró nada. WooYoung ya no estaba. Subió a su habitación creyendo que había escuchado mal, sin embargo, tenía un mal presentimiento.
Aún conservaba el celular de WooYoung. Se sorprendió de que solo sonara una sola vez, ¿Nadie se preocupa por él? Eso le generó molestia. Al parecer él era el único preocupado por WooYoung.
Ese día fue a la tienda a buscar unas pastillas para la cabeza, su jefe lo sacaba de las casillas con tantas insinuaciones. Si no fuera porque necesitara el empleo habría renunciado.
Detuvo sus pasos al verlo ahí. Una sonrisa se formó en sus labios, pero se borró en el momento que observo el pequeño paquete blanco en sus manos. Furioso, se acercó a él, tomándolo de los hombros para enfrentarlo.
— ¡¿Qué mierda haces?!— Los ojos de WooYoung se abrieron asustados.
— San...
— ¿San? ¡¿SAN?! ¡¿SÓLO ESO DIRÁS?!— lo zamarrio un poco
— Yo...yo...— sus ojos comenzaron a cristalizarse
— Te desapareces por una puta semana, no te molestas en buscar tu celular, tus amigos no saben nada de ti ¡Y tú consumiendo esta porquería!— Tomó el paquete en sus manos, seguido lo arrojó a un charco de agua cerca suyo.
— ¡¡No!!— WooYoung quiso pasar su lengua al suelo, para recolectar aunque sea unos pocos granos, pero San lo detuvo— ¡Suéltame! ¡Idiota, te odio!— agotado, se derrumbó en los brazos del rubio, llorando.
— Tranquilo, pancito— susurró, acariciando su espalda— Yo estoy aquí, no te dejaré.— Continuaron así unos minutos, hasta que el moreno logro calmarse un poco.
Pasó su brazo al rededor de su cintura, ayudándolo a caminar. WooYoung no se negó a nada, se encontraba demasiado sensible en ese momento. Simplemente se dejó llevar por el rubio.
Llegaron a la casa del menor, subieron las escaleras hacia el baño. Lo dejo sentado en el inodoro mientras preparaba la tina con agua tibia. Le ayudó a quitarse la camisa, los zapatos y los calcetines. Pero cuando desabrochó su pantalón, el moreno se tensó, tomando sus manos con fuerza.
— Hey, tranquilo. No pasará nada y tampoco te veré nada. Quédate con la ropa interior, te conseguiré otra— le regaló una pequeña sonrisa. WooYoung relajó su agarre, haciendo que el rubio termine de desvestirlo.
Lo ayudo a ingresar a la bañera y comenzó a bañarlo. Pasó agua por todo su cuerpo de manera delicada, como si temiese lastimarlo más de lo que ya estaba. Con cuidado, sin poner nervioso al mayor, lavó su cabeza, deslizando sus dedos por la suave cabellera de su pancito.
— ¿Hace cuanto no te bañas? ¿Te volviste parte de una secta Otaku o algo?— intentó bromear mientras enjuagaba su cabello. Pero no fue gracioso para WooYoung.
— Hace una semana...— susurró. San sintió sus ojos picar. Su pancito había sufrido toda la semana y él no estuvo ahí para ayudarlo. También se notaba que no había comido mucho, se encontraba más delgado, sus costillas comenzaban a marcarse. Se agachó a su altura, quedando sus ojos fijos.
— ¿Qué sucedió?
— ¿Con qué?— La voz de WooYoung se escuchaba pequeña, como si su fuerza se fuera apagando poco a poco.
— ¿Por qué te abandonaste de este modo?...
— Por tu culpa...— lágrimas volvieron a rodar por sus ojos— ¿Por qué sigues en mi vida?¿Por qué no te marchas y me dejas tranquilo? Mi vida era perfecta antes que llegaras
— ¿Con drogas, mujeres y anorexia?— arqueó sus cejas— ¿A qué le temes?— susurró.
— Mi...mi padre...
— WooYoung...— las palabras murieron en su boca al darse cuenta que el moreno observaba sus labios con deseo y miedo.
Se fue acercando lentamente hacia él, quedando a escasos centímetros de sus labios. WooYoung estaba asustado, quería alejarse y golpearlo pero su cuerpo no respondía.
— Él no te podrá hacer más daño...— susurró sobre sus labios.— No dejaré que lo haga
WooYoung no soporto más y acabó la distancia entre ambos uniendo sus labios en un suave y tranquilo beso. San se sorprendió al principio pero no dudó en corresponder.
Sus labios se movían de forma lenta, disfrutando el contacto inocente y gentil. San colocó su mano detrás de su nuca, acariciando su cabello creciente. WooYoung hizo lo mismo, mojando un poco al rubio.
Se separaron por falta de aire, uniendo sus sus frentes. Ambos tenían los ojos cerrados, tratando de procesar lo que acababa de ocurrir entre los dos.
★Gukkie_Woonie★
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Volteando al hetero [WooSan]
General Fiction❥︎ - ¡¿ Eres hombre?! - ¡¿ Eres hetero?! Fiesta, alcohol, drogas, un chico bonito demasiado femenino y un fuck boy mujeriego. ¿Qué podría salir mal? . . . . . . . . . . . 🎡 Contenido homosexual 🎡 🔞 🎡 Incluye violencia...