La semana transcurrió tranquila en la universidad, Jared estaba más tranquilo y habíamos podido ponernos de acuerdo en cuanto a la música y los pasos de la coreografía.
Nuestro entrenador estaba emocionado porque la teníamos casi lista. Teníamos menos de una semana para pulirla, pues la competencia estaba en puerta y daríamos lo mejor de nosotros.
— ¡Charlie! —Escuché a Clara gritar desde el otro lado del pasillo—. Como no comas, vas a desaparecer —mencionó cuando nos encontramos.
—Buenos días a ti también —sonreí—. Y claro que estoy comiendo, desayune tostadas con frutilla.
—Si tú lo dices —enganchó su brazo con el mío y caminamos hasta llegar a su casillero—. ¿Estás emocionada? Digo, la próxima semana es la competencia, vamos a ir a apoyarlos, a excepción de ya sabes quién.
—Ni que lo digas —puse los ojos en blanco—. ¿Has visto a Jared? No me llamó esta mañana.
—Bueno —mi amiga me miró dudosa.
—Charlie —sentí sus brazos envolver mi cintura y dejó un beso en mi mejilla—. Lamento no haber pasado por ti hoy, estaba algo ocupado platicando con mis padres y se me hizo un poco tarde.
Me giré y lo jalé del cuello para besar sus labios. Respondió de inmediato.
—Bueno, tortolos —habló Clara—, tráguense solos, no frente a otros.
Sonó la campaba.
—Te veré para ir al ensayo —dijo apartándose de mí y soltándome—. Te amo.
—Hasta...
Apenas iba a contestarle pero se giró y se fue a prisa.
—Raro —dijo mi amiga abrazando sus libros—. ¿Qué me decías?
—Que ha estado raro y no contesta mis mensajes.
—Sí, bueno te está engañando —la miré sorprendida—. ¿Qué? Es lo que hace un hombre cuando deja de responder y actúa raro y esa actitud —lo señalo a lo lejos—, no es normal en él que siempre está como un imán contigo.
Sopese en las palabras que dijo Clara mientras caminábamos a nuestro salón.
Faltaba solo alguien ahí dentro; Sally, la chica de curvas perfectas y cabello divino, capitana del equipo de porristas del campus y que siempre era inoportuna. Todos cuanto la miraban babeaban por ella. Sentí una punzada en el pecho y la duda me invadió completamente.
El profesor dio la clase, pero yo no estaba ahí. Mi mente divagó en Jared y Sally, con mil imágenes atacando a mi mente. Ellos, en una habitación, en su coche, en un sillón; mientras se besaban y se toqueteaban.
—Charlie —la mano de mi amiga pasó repetidas veces frente a mi rostro y volví a la realidad—. ¿Estás bien? Te ves... un poco pálida.
—Estoy bien —fingí una sonrisa. Entonces miré a mí alrededor y me percaté que estábamos solas en el aula—. Pero...
—Sí, bueno... si tú estás bien, yo soy reina de Inglaterra —me miró con preocupación—. Y no creas que no me doy cuenta de las enormes ojeras que tratas de ocultar con el maquillaje, ¿todo está bien?
Clara me conocía bien, ella sabía que mi madre y yo habíamos huido, podía confiar en ella.
—Siento que alguien me persigue y...
Su teléfono comenzó a sonar, seguido del mío.
—Pero que —su rostro palideció y me miró—. No, no lo veas.

ESTÁS LEYENDO
Barrera de hielo
RomantizmCharlotte es una chica que vive bajo presión. Siendo una excelente patinadora de hielo, con el novio perfecto. Pero hay secretos que oculta el pasado, y un día es secuestrada, para caer de golpe a la realidad, sabiendo que es la persona que menos es...