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CAPÍTULO 15: LAS PEQUEÑAS COSAS

CAPÍTULO 15: LAS PEQUEÑAS COSAS

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25 JULIO, 2022

MONTECARLO, MÓNACO

Mavi no tuvo tiempo de sentarse a disfrutar su plato con unos pancakes, recién hechos por Dylan, porque la voz alta y chillona de su mejor amiga la sobresaltó.

—María Victoria, ¿cómo es eso que salvaste a una persona sin mi presencia?

—Pensé que me ibas a decir algo más sensato, Soph —carcajeó Mavi mientras se terminaba de acomodar en la silla del comedor. La mencionada la miró seria y se colocó a su lado, esperando por una respuesta—. Era una emergencia. Además, como bien dijiste, tú no estabas ahí; pero tus consejos me han ayudado a salvar a esa chica, sin dudas.

—¡Ja! ¿Tú admitiendo que mis consejos sirven? ¡Dylan! ¡Esto es épico! —señaló a su compañero que estaba en la cocina, él cual largó una carcajada. Mavi chasqueó la lengua, divertida—. Hay videos en todas las redes. La gente está enloquecida —separó en sílabas la palabra, sin razón aparente—, por cómo has actuado.

—¡Lo he visto! —opinó Dylan, apagando velozmente la estufa para luego acercarse a las dos féminas—. Honestamente, yo soy Livia en la vida. Siempre espectador, nunca actor —guiñó un ojo, mostrando una mueca.

—Hablando de Livia —Sophie cambió de tema, girando su asiento para verlos a ambos. Carpenter alzó las cejas, esperando a ver con qué ocurrencia salía la rubia—. ¿Alguno sabe cuando vuelve? La verdad me tiene harta Sierra.

—Me imagino —murmuró Mavi, entre dientes. La mera mención de aquella mujer la tensaba, los recuerdos que venían ligados a ella todavía seguían zumbando como mosquitos molestos en su cabeza.

—Cada llamada es una tortura. No puede pasar ni un segundo sin llamar la atención. ¿Nadie le puede decir que en este trabajo tienes que salvar vidas en vez de buscar fama?

La declaración de Maddox había sido de manera imprudente, puesto que Sierra podría estar en cualquier espacio de la estación y escucharla. Dylan mordió sus labios nervioso y señaló brevemente con su dedo índice detrás de ella. Sophie tuvo miedo de girarse, pero aún así lo hizo con sus ojos entrecerrado, encontrándose con la mismísima paramédico.

Sin embargo, a Sierra pareció no importarle lo que Sophie había dicho ya que no dijo ninguna palabra. Simplemente se acercó a la cafetera y se sirvió un poco de café en la taza, para luego observar al trío con una sonrisa. Mavi mordió su lengua para evitar una pelea, pero realmente le caía muy mal. Nada de lo que hiciera podría cambiar lo que había hecho aquella noche.

LA CHICA DE FUEGO | MAX VERSTAPPENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora