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CAPÍTULO 14: MAVI EN ACCIÓN.

CAPÍTULO 14: MAVI EN ACCIÓN

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19 JULIO, 2022

MONTECARLO, MÓNACO





Max estacionó hábilmente el auto cerca de la entrada de la estación, mientras Mavi se mordía el labio, intentando descubrir una excusa creíble cuando le preguntaran dónde pasó su día libre.

Desde aquel beso, o mejor dicho besos, ella dejó que las cosas navegaran a su propio ritmo. Ese lunes, que era su franco, lo habia pasado junto al piloto en su departamento. No habia sido nada más que un momento para disfrutar de la inocencia de su reciente amor, además de dejar claro que se tomarían las cosas con calma. Concordaron mantenerlo en secreto hasta estar listos para contárselo al mundo, cosa que sin dudas revolucionaria todo.

—¿Mav? ¿Estás bien? —Max colocó una de sus manos en el muslo de la mencionada, la cual se giró a verlo y sonrió ante su tacto.

—Sí... —murmuró dejando salir un suspiro, mientras acariciaba la piel del muchacho—. Es solo que no sé cómo actuar.

—No tienes que actuar, solo déjalo fluir —dijo el rubio soltando una risita, sabiendo exactamente a qué se refería.

Cuando retiró su mano del muslo, Mavi le mostró un puchero que lo hizo sonreír nuevamente. Sin embargo, él sacó las llaves del bombín de arranque y se desabrochó el cinturón para luego mover su rostro para darle un beso en los labios. La bombero sonrió en medio de este y llevó los dedos a su nuca para acercarlo más. Al pasar unos segundos, Max cortó el momento para observar esos ojos celestes que tanto adoraba.

—¿Quieres que te acompañe? —preguntó sobre sus labios, obteniendo un asentimiento efusivo y alegre por parte de la chica. Él sonrió nuevamente y besó otra vez sus labios.

Mavi abrió la puerta al igual que Max, el cual estiró su mano para ayudarla a bajar. Ella largó una carcajada y la agarró, para luego borrar las arrugas inexistentes de su uniforme. Una vez el piloto activó la alarma, le ofreció su brazo y caminaron hacia la entrada de la estación número uno.

Al entrar, Dávalos esperó encontrarse con sus compañeros relajándose ya que eran las diez de la mañana, pero fue todo lo contrario. Sophie estaba gritándole a Dylan mientras mostraba un naipe, mientras que los demás los observaban confundidos aunque no pudieron ocultar sus risas debido a la diversión que les causaba.

—¡Estás haciendo trampa! ¡No se vale! —dijo la paramédico, y cuando Mavi se acercó a la mesa, entendió todo. Estaban jugando al Poker, el juego favorito de Sophie.

—A ver, a ver. ¿Por qué se están peleando? —preguntó la Teniente con voz alta y clara, que llamó la atención de todos. Sophie bufó sonoramente y Carpenter solamente carcajeó, burlando a su colega.

LA CHICA DE FUEGO | MAX VERSTAPPENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora