XLIV

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Luego de muchos intentos por abrir mis párpados dio resultado, estaba acostada en una apenas iluminada habitación, varios aparatos a mi alrededor.

La realidad me golpeó duramente haciendo escapar un gemido de dolor, mi corazón dolía. Subiendo mi mirada allí estaba Damon sentado al frente de mi en un gran mueble.

—Cariño ya nuestra princesa despertó ¿Cierto? Tengo que ir a verla, ella detesta desenredar su cabello sola— le digo intentando colocarme de pie.

—No— escucho claramente su voz mientras se acercaba hacia mí subiendo de nuevo mis piernas a la cama.

—Queria que la ayudará— digo con la voz quebrada— no quería morir, pedía ayuda y no puede hacer nada— solté en medio de un sollozo— Es mi culpa, nunca debí hacer nada, nunca debi existir solo traigo destrucción,  muerte y dolor— digo en medio de jadeos la respiración me estaba faltando.

Este sin decir nada se acercó y me abrazó fuertemente mientras sollozaba en su pecho.

—¡No se lo merecía!— repetía una y otra vez.

—Ella quería un pastel de chocolate—

—¡Tenia que haber muerto yo!— le grité.

—No repitas eso nunca más— lo escucho decir con molestia.

—¿¡Dónde demonios estabas!?— le gritó alejándome de él.

—¡¡Todo esto es tu culpa!! Si no fueras echo esa maldita fiesta todo fuera sido distinto, eres un maldito egoísta que no piensa nada más que en él mismo, te odio— digo mientras con mi dedo índice golpeó su pecho.

—No sabes cuento me arrepiento de ello— dice mientras veo como una solitaria lágrima sale de su mejilla.

—Tenia que haber huido, ofrecerme a Dominic que se yo— digo desesperada mientras el dolor de cabeza me consumía.

—¡En tu puta vida vuelvas a decir eso!— me grita furioso— Lo que pasó pasó y sí me duele tanto o mucho más que a ti, pero en estos momentos tienes un hijo que te necesita que por ma que he intentado acercarme a él y solo llora y nunca para no come, nada— me dice tomándome del mentón.

—No soy capaz de cuidarlo d, solo he traído desgracias a su vida desde que llegué a ella— dije sentía que me estaba ahogando.

—No puedes darle la espalda porque si a ti te duele, a él más que a nadie en el mundo— susurró acariciando mi mejilla.

—Siento haberte dicho eso antes no te lo merecías — dije en medio de un susurro.

—Si solo hubiera buscado más rápido,  si esos malditos no se hubieran infiltrado, ya me tienen hastiado— dice mientras veo como su mirada se va transformando en esa misma que coloca cuando el asesina a sangre fría, está siendo más profunda.

Sin decir nada seguí sollozando en su pecho mientras él estaba a mi lado acariciando mi cabello.

—Su cuerpo estaba frío— susurré— Necesitaba un abrigo, me pedía que la ayudará juro que no pude, la daga en mi pierna me lo impedía, solo me arrastraba, se ahogaba con su propia sangre en medio de la agonía sus palabras fueron te amo y así sin más vi como el brillo de sus hermosos ojos se desvaneció y estos se empezaron a cerrar y entre en colapso supe que no había más nada que hacer, que había perdido a mi pequeña— dije mientras lágrimas silenciosas salían.

Mi voz era ronca mientras lágrimas me mojaban totalmente la cara.

—No quiero a ni fin hipócrita mañana en su funeral— digo con dificultad.

—¿Dejará de doler?— susurró mirándolo.

—La herida siempre estará allí, pero con el tiempo iré cicatrizando hasta que solo quedará la marca— habla mirando a la nada.

Esmeralda (BORRADOR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora