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Esmeralda pov

¡No! ¡Porfavor! ¡Ayuda!— los gritos de Axel me despiertan, estaba teniendo una pesadilla.

—Cariño— digo tocándole suavemente el hombro— Axel— digo tocándole más fuerte al ver que no despierta, seguía gritando— ¡Hijo!— le digo más fuerte hasta que se levanta exaltado.

—¿Que?— dice sentándose de golpe algo desorientado por el sueño—

De la nada me abraza y empieza a llorar en silencio, sentía como varias de sus lágrimas se deslizaban por mi cuello.

—Prometeme que más nunca me volverán a hacer eso, porfavor mamá prométemelo— dice con la voz quebrada.

—Nunca mi vida, más nunca te harán daño, te lo prometo—digo sonriendo con melancolía.

No pude evitar nada de esto, no pude evitar que dañarán a mi pequeño, ni todo el entrenamiento pudo haber echo algo ¿O si?.

Duré un rato con el sentimiento de culpabilidad, el sueño me fue atrapando hasta quedar sumida en los brazos del morfeo.

El ruido de pasos me despierta, ya era de día y Zafiro se estaba terminando de desenredar su cabello.

Tenía el estómago revuelto, los sueños de ese día me atormentaba una y otra vez, era increíble que ya estábamos a mediados de Noviembre y aún seguía con esas pesadillas atormentandome a cada nada.

—Buenos días princesa— digo luego de estirarme un poco.

—Buenos días mamá— dice lanzando un beso dirigido a mi a través del espejo.

—¿Y Axel?— pregunto extrañada al no verlo.

Siempre están juntos en todo sitio, siempre es el primero en estar listo y espera sentado en la orilla de la cama a que Zafiro esté lista.

—Ya se fue, no está de buen humor—dice entornando los ojos.

Luego de ayudar a Zafiro a desenredar su cabello me fui a asear, mi cara estaba vuelta un asco, las ojeras eran muy notorias, a pesar de haber dormido fue como que si mi mente siguió trabajando, me sentía cansada.

Luego de una larga ducha opte por colocarme un pantalón, un suéter y una grande y pesada gabardina que me protegía del frío, un maquillaje sencillo y unas botas, ya estaba lista, hoy tenía ganas de salir.

Rusia se había convertido en uno de los países más temido, en todo este tiempo Damon se ha encargado de crear negocios millonarios y alianzas llevándolo a lo alto, según me comentó Andrés, va un paso delante de la mafia griega y la mafia italiana.

El mencionado anteriormente se la pasaba trabajando a cada rato, si no era trabajando era de viaje, pocos los momentos que tenía libre y los disfrutaba al máximo con sus hijos.

No me quejo, ha demostrado ser padre, solo... Solo que una parte de mi conciencia me dice que le produzco asco, no se me acerca a menos de dos metros de distancia, sí me dirige la palabra, entablamos conversaciones solo que... Lo extraño.

-P-ero mis cielas hoy no es momento de deprimirme fingiendo estar bien, hoy es día de disfrute- pensaba una y otra vez para no echarme para atrás.

Este tiempo me ha servido para entrenar arduamente he ir conociendo la casa, ahora poco a poco he sabido los pequeños puntos ciegos que las cámaras no ven.

Me movía como una espía, hasta llegar a mi destino, el único sitio de la casa que no tenía cámaras, donde se encuentran cada uno de los juguetes de Damon.

En todo el centro del garaje se encontraba el preferido, mi método de escape más seguro para que no sospechara, un Lamborghini Veneno Roadster color blanco, era espectacular, mis pies picaban por pisar el acelerador a fondo.

Esmeralda (BORRADOR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora