Narra Takumi
Arrojo el libro a la alfombra de la habitación. Es aburrido, no me gustan esos libros en los que la chica tiene que elegir a un chico entre muchos pero luego no sabe si ha elegido bien.
Ruedo los ojos. Es tan típico.
— Okaaaasan — grito desde el cuarto
Espero unos momentos pero no contesta nadie así que decido salir, aún no me he peinado y mucho menos vestido, tan solo voy con los pantalones que usé ayer para salir y nada más.
— ¿Dónde está mamá? — le pregunto a mi padre el cual está en su sillón preferido leyendo un periódico
— Ah, se fue hace rato con tu hermana — dijo sin desviar la mirada
Un escalofrío recorrió mi espalda, que esas dos salieran juntas nunca era bueno, volví a mirar a mi padre y tosí un poco.
— ¿Y para qué se han ido exactamente? — pregunté con algo de temor a la respuesta
— Dijeron que iban de caza — respondió como si fuera lo más normal del mundo
Lo que más temía se hizo realidad, han vuelto a salir para buscarme una pareja ¡Yo soy un alma libre!
Corrí a mi habitación lo más rápido que mis piernas me permitían y me puse la primera camisa que vi, cogí los zapatos y sin ponérmelos salté desde la ventana a un árbol, luego al suelo. Me apresuré a colocarme los zapatos y salí por patas.
No me importaba hacia dónde me estaba dirigiendo, ya volvería cuando la nueva presa se fuera de casa.
Narra Misaki
— Bueno, ya me voy — dije saliendo por la puerta
— Ten mucho cuidado de vuelta Misa-chan, perdona por retenerte hasta tan tarde pero estábamos demasiado llenos — se disculpó la jefa
— Descuida, no importa — respondí con una sonrisa
Trabajar horas extra tan sólo significaba más dinero, y ahora mismo no es que no lo necesitara ni nada por el estilo.
Salí del callejón y al llegar al final me encontré con la niña de antes, me miraba con una sonrisa pero por algún motivo eso me provocó un escalofrío.
— Hola ¿ya has terminado de trabajar? — pregunta
— Ehm, ah, sí... ¿Llevas esperando aquí todo este tiempo?
— Haai
— ¿Por qué? ¿Esperas a alguien? Si quieres puedes entrar, a la jefa no le importará — le aconsejé con una sonrisa algo temblorosa
— Es que mi madre quiere conocerte — se apartó a un lado y vi a una elegante señora de unos cuarenta años
— Buenas, tú eres Misaki ¿Verdad?
— Sí
— Perdona que te molestemos tan tarde ¿Tienes mucha prisa? — dijo caminando hacia mí
— La verdad es que tengo que llegar a casa par... — antes de que pudiera terminar de hablar aquella señora se había colocado delante de mí había tomado mis manos
— Pues entonces vente con nosotras — dijo con una sonrisa malévola
Entre las dos me llevaron con rapidez a rastras hasta el coche y en un abrir y cerrar de ojos estaba delante de una gran mansión.
Mis ojos se abrieron como platos, era la primera vez que veía algo por el estilo, jamás habría imaginado que podría conocer a alguien con tanto poder adquisitivo y mucho menos ver con mis propios ojos una mansión.
— Bueno, entra muchacha, por favor — me dice la mujer
Ya no tengo miedo, siento como si nos conociéramos de hace tiempo, como si pudiera confiarles cualquier cosa.
— Hai — contesté
Entré en aquel edificio y mis pupilas se dilataron tratando de captar todo a mi alrededor. Era alucinante.
— Espera un momento aquí por favor, iré a llamar a mi pequeño — dijo la mujer subiendo las escaleras
Me quedé quieta mirando todo a mi alrededor, de repente escuché voces.
— ¿Cómo que se ha ido? ¡Cariño te dije que no dejaras que se marchara! ¡Ay este hijo mío siempre hace lo que quiere!
Después de eso la mujer bajó y me miró con una sonrisa pero se podía ver que estaba enfadada.
— Al parecer mi pequeño Takumi se ha marchado sin mi consentimiento, siento mucho las molestias, te pediría que esperaras pero dijiste que tenías prisa, espero que mañana y otro día puedas volver a conocerlo — se inclinó disculpándose y la pequeña hizo lo mismo
— ¿Takumi? — pregunté
A partir de esa palabra dejé de prestar atención a lo que decía la señora, me quedé atónita, ¿Cuántos Usui Takumi podía haber?
— Es el nombre de mi hijo, tiene más o menos tu edad, y seguro que te agradaría, si te digo la verdad a él no le interesan demasiado las chicas, pero es que con su edad ya debería madurar un poco y la única manera es conseguirle una disciplinada señorita — suspira — pero siempre las rechaza a todas
— Nos enteramos de que el día de su graduación estuvo abrazando a una chica la cual se marchó en autobús, nos costó bastante rastrearlo — dijo la pequeña — pero al final te encontramos
Luego madre e hija se miraron y empezaron a reír triunfantes.
— Me quedaré a esperar un rato — dije con el corazón en un puño
Deseaba verle de nuevo, no creo en el destino, pero si creo que existen las segundas oportunidades.
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La chica infiltrada [Kaichou wa maid sama]
FanfictionDesde que era pequeña mi madre la cual me crió sola me enseñó a ser mejor, mejor que todos incluso que los hombres. Desde ese momento me prometí dar lo mejor de mí. Pero en un mundo donde los hombres tienen una injusta preferencia me vi obligada a o...