La chica infiltrada [Kaichou wa maid sama]

Capítulo 12

Ya llevaban casi media hora de clase, y la chica solo se concentraba en mirar como una fina lluvia comenzaba a caer.

— ¿Dónde estará ese tonto de Usui? — murmura la chica para si misma

Tras esa hora interminable corre a su habitación, y al abrir no encuentra a su apuesto compañero, se sienta en su escritorio y frunce el ceño.

— ¿Por qué estoy así? No es como si lo estuviera buscando... — abre uno de sus libros e intenta concentrarse — tan solo quiero que este año termine ya para poder irme de aquí

— ¿De verdad no quieres volver a verme? — se escucha una voz detrás suya

— No es eso — responde — de algún modo, al ser compañeros de habitación te he cojido algo de cariño, pero quiero volver a casa, mi madre seguro que necesitará mi ayuda, y mi hermana no puede hacerlo todo sola

— ¿Y tu padre?

— No tengo, y no es algo de lo que quiera hablar

— Lo siento — dice el rubio

Se hace un silencio bastante incómodo entre ambos estudiantes por unos segundos.

— ¿Tanto necesitas el dinero?

— Sí, la verdad es que no me agrada necesitarlo pero... El mundo se mueve con dinero, el mundo, funciona con dinero, lo necesito, mi padre no pudo darnos una vida digna, entonces la conseguiré yo por mi cuenta

— Yo podría dejarte dinero, si lo deseas — interrumpió Usui saltando a su cama

— No — respondió rápidamente — si dependes de alguien para subsistir todo lo que puede pasarte es malo, y no pienso estar atada a ti

— Eres más inteligente de lo que pensé — sonríe

El rubio se acerca a la chica y pone sus manos sobre sus hombros.

— ¿Cómo puedes soportar toda esa carga tú sola? A veces te miro cuando duermes, y eres demasiado frágil, pienso que en cualquier momento te derrumbarás con tu mismo peso — la abraza — déjame sostenerte

— Atento a donde poner esas manos Takumi — responde Misaki con la vena de su frente hinchada

— Jaja — ríe con su típica risa burlona — no seas tan dura, en realidad antes de que te des cuenta, el curso habrá finalizado y podrás volver a tu vida de siempre 

— A veces pienso que ves la vida demasiado fácil o que tu vida es demasiado perfecta — le mira — todos los que estáis aquí sois unos niños ricos y mimados ¿Cómo no ser una persona dura con todos los golpes que te da la vida?

— Deja de preocuparte, disfruta estos años, que los estás perdiendo tontamente Misa-chan — sonríe seductóramente — antes de que te des cuenta todo volverá a ser como antes

Tenía toda la razón, sin que se diera cuenta, acabaría el curso, se graduaría y volvería a su vida de siempre, trabajando duro.

¿Realmente quería eso? ¿De verdad volvería a ser lo mismo?

— No me importa, solo quiero irme de aquí — dijo ella sin pensar

— ¿Incluso si no volvemos a vernos?

— Sí

Realmente Misaki no quería decir eso, pero lo dijo. En ese momento el rubio, adoptó el comportamiento de un compañero de habitación promedio, hablar por romper el hielo, amistad por un año.

Ocho meses después

Era cierto, sin darme cuenta el tiempo pasaría, tarde tras tarde en la biblioteca, desde aquel día no volvió a ser lo mismo, y ya es tarde para solucionarlo. No volvió a sentarse a mí lado en el comedor, su presencia era tan fastidiosa como agradable, un sentimiento que apenas recuerdo y se va desvaneciando. Ahora me encuentro sentada entre dos desconocidos a punto de recoger mi diploma de graduada. Estoy lista para irme y no volver a verle nunca más. Estoy preparada para alejarme de Usui

La morena subió al escenario una vez dijeron su nombre, recogió su diploma y sin decir nada bajó para sentarse de nuevo en su silla.

Al terminar la ceremonia buscó a Tamaki entre la multitud, habían sido compañeros todo este tiempo, es normal que quisiera despedirse de él ¿No es cierto?

Lamentablemente, no lo encontró, se sintió como si todas las palabras que dijo ocho meses atrás atravesaran su corazón, un sentimiento horrible.

Estaría bien echar la vista atrás, para ver de nuevo aquella sonrisa resplandeciente antes de volver a la realidad, a casa, a la vida.

— No quiero volver... — susurró con la cabeza agachada mientras salía del recinto con las maletas

En aquel momento alguien posó la mano sobre su cabeza.

— Parece que he perdido

— ¿Usui? — su voz mostró más emoción y sorpresa de lo que querría

— ¿No estás feliz? Has terminado con unas notas fantásticas y nadie descubrió tu identidad — dijo sonriendo

— No — murmuró a punto de dejar que la primera lágrima cayera